lunes, octubre 30, 2006

El Estatuto del cuyo


En el patio mayor del Museo de Bellas Artes de Sevilla se expone un altorrelieve de Antonio Susillo, uno de los mejores escultores andaluces del siglo XIX. Inciso de memoria histórica: la misma Carmen Calvo que exigía el parné del Ministerio de Cultura para ampliar este museo cuando era consejera, lo niega desde su puesto actual. El altorrelieve de Susillo s una obra historicista, propia de la época en que se labró. Los Reyes Católicos –dicho sea lo de católicos sin ánimo de ofender a ninguna minoría religiosa- reciben a Colón cuando el almirante genovés –dicho sea lo de genovés sin ánimo de abrir ningún debate sobre la nación de don Cristóbal- llega a Barcelona acompañado de varios indígenas de las Indias: Vespucio todavía no le había dado el mangazo a su paisano Colón, y América aún eran las Indias. El escenario de ese encuentro es muy significativo: el Salón del Tinell.

Esta historia viene a cuento del acuerdo estatutario al que han llegado PSOE y PP en Madrid, que no en Andalucía. Este consenso ha impedido que se repita la historia plasmada por Susillo, si bien en su vertiente de farsa más o menos cómica. El sector más duro del PSOE andaluz perseguía desde hace tiempo un Pacto del Tinell que su sectarismo analfabético traduciría con ese vocabulario rústico que tanto les va: el Pacto de la Tinaja. Pretendían encerrar a Arenas en una tinaja y taparla con cinta aislante.

Pero Arenas ha deshecho el entuerto en el Congreso con el apoyo de Alfonso Guerra, autor del teorema de los espejos. Guerra, que es más largo que un discurso de Chaves sobre la Segunda Modernización, lo vio desde el primer momento. Al PSOE andaluz y al PP de Madrid no les interesaba el pacto. Han tenido que cruzarse los unos con los otros para que el Estatuto de Andalucía salga adelante con más reformas que la casa de Lopera. Han alicatado el texto hasta provocar unos esguinces –algún parlamentario andaluz diría dejinse- en la sintaxis que reflejan el nivelito intelectual de los padres de la realidad nacional. Ese “cuyo” del preámbulo, sin antecedente que valga la pena buscar, nos recuerda la expresión que utilizan los concejalillos de turno cuando quieren hablar fino: “lo cual”. “Pienso de que hay que abrir un diálogo, lo cual mañana nos reuniremos con la oposición”.

Por fin hemos asistido al pacto de los montes, al parto de un texto reformadísimo que servirá para que los andaluces seamos más felices durante los próximos años. Y de camino, a ver si Chaves y compañía se dedican a gastarse el pastón del nuevo presupuesto de la Junta en construir autovías que no sean como esa A-92 que tiene más parches que los vaqueros de un muchachito modernito. A ver si se dejan de tanta metapolítica que solo interesa a los que viven de “cuyo” sueldo, que diría un redactor del nuevo Estatuto. Ya estamos hartos de las zarandajas de la Segunda Modernización y del debatillo estatutario. La política no se ha inventado para crear problemas, sino para resolverlos.

Chaves ha declarado que no hay vencedores ni vencidos. Eso es altura de miras y lo demás es cuento. Lo ha traicionado el subconsciente, ya que su sector más sectario buscaba otra cosa. Arenas se ha librado de otro 28-F que lo habría dejado para el desguace. Por eso ha firmado. Lo tenía claro desde hace tiempo. Más o menos un año. No podía verse condenado a un Pacto del Tinell, o de la Tinaja, como sus colegas del PP catalán. No quería repetir la experiencia de aquella UCD que fue engañada por un PSOE que se subió al carro de un andalucismo feroz sin creerlo ni beberlo. Arenas no quería que se repitiera la escena del Salón del Tinell en el que unos se llevaban el oro y otros hacían el indio. Por cierto: el autor de ese altorrelieve se quitó la vida con las mismas manos que tallaron el Cristo de las Mieles del cementerio hispalense. El PP no quería suicidarse. Eso decían. Y tal vez tengan la razón.

jueves, octubre 26, 2006

Bono solitario


Era un atardecer de lluvias indómitas y luces artificiales. Una tarde de farolas que anulaban la belleza gris del poniente. Era el jueves pasado, un jueves pasado por agua. En las Charlas de EL MUNDO dictaba conferencia José Bono. Un socialista que viene del PSP. Allí aprendió las artes florentinas de don Enrique Tierno Galván, ese santurrón laico, ese apóstol del cinismo. Cuando apareció Bono, ningún socialista estaba allí. Sólo pudimos ver a Alfonso Lazo, implacable con las mentiras de la corrección política y de la demagogia imperante. Pero socialistas del régimen, ninguno. Y no será por falta de gente: ningún consejero autonómico, ningún diputado provincial, ningún alcalde, ningún concejal, ningún asesor, ningún presidente de cajas de ahorro, ningún director de ninguna empresa pública... La tarde estaba para parafrasear la balada de Bécquer aun a costa de cargarnos la métrica: “¡Dios mío, qué solos se quedan los perdedores!”

Cuando Zapatero fue elegido secretario general del PSOE, el socialismo andaluz apoyó casi en pleno la candidatura de Bono. Al momento se hicieron zapateristas de toda la vida, lo cual entra en los manuales –en Andalucía son “manueles”, que diría Chaves- de la supervivencia política. Pero dejar solo a Bono ya es otra cosa. Demuestra la falta de coraje personal de esta plebe de paniaguados que nos gobierna a golpe de veleta. Fueron de Bono mientras Bono podía ofrecerles poder orgánico. Y lo han dejado tirado en la cuneta –Chaves diría tirado en la culata, para compensar- en cuanto ha tenido el valor de dimitir como ministro de Defensa. Algo, por cierto, de lo que son incapaces los políticos profesionales andaluces que no tienen un sitio al que ir si dejan el escaño o la prebenda.

En su soledad, Bono dijo tres o cuatro verdades como puños con rosa socialista incluida. Bono nos reconcilió con esos principios de la socialdemocracia que tanto bien han hecho en la sociedad actual. Y a la vez nos dejaba un sabor agridulce en la inteligencia. ¿Por qué tiene que perder el que lleva la razón? ¿Por qué se ha convertido Bono en el perdedor de la izquierda mientras ganan terreno los zerolos y las pajines? Bono tiene un discurso formado y coherente sobre España. Podemos afirmar que sus ideas son las más progresistas del panorama político actual, sólo comparables a las de Rajoy cuando éste abandona a los zaplanas y a los pujaltes. Entre Bono y Rajoy hay debate. Entre los demás sólo es posible el grito demagogo, la consigna rastrera, la foto del niñato que emula a los terroristas de la kale borroka.

Este llanero solitario de La Mancha se fajó en el empeño de demostrar que la España de la transición es mucho más importante que los fantasmas de guerras perdidas y olvidadas por el pueblo. Sus palabras ponían luz donde el discurso oficial del PSOE zapaterista arroja sombras de confusión. Por eso no fueron a escucharlo los prebostes del régimen andaluz. Mientras escuchábamos a Bono nos preguntábamos por su equivalente en Andalucía. No existe. Chaves no tiene discurso. Un día dice que lo que es bueno para Cataluña es bueno para Andalucía, y al día siguiente afirma lo contrario. ¿Cuál es la idea de España de Chaves? El que lo sepa que levante la mano y la comunique a los demás.

En Andalucía no se hace política. En Andalucía se manejan los hilos del poder, y con eso basta. Todo se reduce al tacticismo de Zarrías y al exabrupto de Pizarro cuando ejerce de portavoz de Donmanuel. Los profesionales de la política no se mueven por ideas, sino por el sueldo. No se plantean, como Fukuyama, el fin de la historia: sólo les interesa llegar a fin de mes. Por eso no fueron a arropar a Bono. Al mismo, no se olvide, que votaron para que liderara el barco del socialismo español. Pero ya se sabe que cuando el barco se hunde, los primeros en abandonarlo son siempre los mismos. O las mismas, para ser genéricamente correctos...

sábado, octubre 21, 2006

De hidalgos y sobrinalgos


La revista Andalucía Económica desvela un dato que ha sorprendido a más de uno. Los jóvenes andaluces se dividen en tres clases según sus expectativas profesionales. De cada diez pipiolos o bollycaos, a elegir, hay dos que quieren trabajar por cuenta ajena, tres que se sueñan con ser emprendedores, y cinco que aspiran a ser funcionarios. La mitad de nuestra juventud busca el seguro de la función pública, lo cual demuestra que el rollo macabeo de los emprendedores sólo sirve para que Manuel Campo Vidal siga haciendo programitas de televisión y campañas de propaganda: nada mejor que arrimarse a los buenos, como le aconsejaron a Lázaro de Tormes.

La pregunta salta a la vista. ¿Por qué nos sorprendemos cuando los jóvenes se decantan por un futuro ligado a la función pública? La pregunta se responde sola si nos fijamos en el páramo empresarial andaluz. ¡Si hasta los mismos empresarios viven del trabajo que les da la Junta! La economía andaluza depende del sector público que impúdicamente lo ocupa casi todo. Una red espesa de Consejerías, de Ayuntamientos y Diputaciones, de empresas públicas, cajas de ahorro, instituciones variopintas, organizaciones subvencionadas... Lo milagroso es que haya un 30% de jóvenes que a pesar de todo quieran ser emprendedores, ese eufemismo que la progresía gobernante utiliza para no caer en la palabra tabú: empresario.

En esta Andalucía de régimen y paso atrás estamos volviendo a la época del feudalismo. En vez de avanzar hacia la sociedad abierta donde cada uno es el empresario de sí mismo, vulgo autónomo, la autonomía andaluza está llenándose de hidalgos de nuevo cuño. Si antaño había hidalgos de sangre, ahora nos encontramos con sobrinalgos que se mueven por la burocracia del poder como pez en el agua. El sobrinazgo es la gran aportación de la pax chavesiana a la vertebración familiar de Andalucía. Y si en tiempos del Antiguo Régimen existía el hidalgo de gotera –no es cachondeo, búsquenlo en el DRAE- ahora nos topamos con el sobrinalgo de Climo-Cubierta. De la gotera a la carpa que se cae y se vuelve a levantar por la misma empresa. La historia se repite en forma de farsa, que diría el único Marx que no era hermano de nadie.

El hidalgo de bragueta –seguimos en serio, vuelvan al DRAE- conseguía su título después de “haber tenido en legítimo matrimonio siete hijos varones consecutivos”. Que ya es tener puntería... y munición. ¿Hidalgos de bragueta a la andaluza? Sí, pero sin necesidad de que papá o mamá engendren tantos vástagos. Basta con llevar un apellido insigne en el partido para convertirse en sobrinalgo de solar conocido, que ya no es el hidalgo que poseía casa solariega, sino el sobrino que consigue la recalificación del solar que venderá posteriormente con las casitas incluidas: así cualquiera gana al Monopoly que diseñan los que detentan el monopolio del poder andaluz. Y como no hay nobleza sin privilegios, el arquitecto Chaves Leonardo, hijo de Leonardo Chaves, puede trabajar en la empresa de su tío Antonio José sin problema alguno: para eso está el tito Manolo. ¿Incompatibilidades? La empresa presenta un papelito y la consejera López lo presenta como una prueba. ¿Se imaginan que el contribuyente fuera el que le dijera a Hacienda si la declaración es correcta o no? Pues eso mismo.

Con este panorama es normal que nuestros jóvenes se busquen la vida al amparo de la todopoderosa Junta de Andalucía. Fuera del ámbito de San Telmo hace mucho frío en invierno y mucho calor en verano. Tal como está el patio de Monipodio o del monopolio, a elegir, lo único que puede esperar la juventud andaluza es vivir al sol que más calienta, aunque no se lo lleven calentito. Tras veinticinco años sin alternancia, la única oposición que obtiene réditos en Andalucía es la oposición a funcionario de la Junta.

jueves, octubre 19, 2006

Andy & Lorca



Fue en Carmona, esa ciudad que reúne en su elegante serenidad los estratos vivos de la Historia. Fue en la vieja Carmo, villa romana antes que laberinto islámico. Allí se redactó el Estatuto aún vigente, mucho más sabio que este cúmulo de majaderías que quieren vendernos como si el Guadalquivir fuera el único río andaluz, como si el reino de Granada no hubiera existido nunca, como si el flamenco fuera materia sometida al régimen burocrático que todo lo domina. En Carmona fue donde pronunció el entonces candidato a la presidencia del Gobierno una frase que aún retumba en las galerías irónicas de la memoria. Anunciaba Zapatero en un mitin que gracias a su gestión, en el futuro nacerían miles de Picassos –no confundir con el monovolumen de Citroen- y de Garcías Lorca en Andalucía.

A la vista está que ZP cumple lo que promete. Y que la Junta sigue sus pasos, que para eso son del mismo partido y llevan a gala cubrirse las espaldas institucionales mientras dejan al adversario fuera de juego. Que se lo pregunten al alcalde de Carmona. Sebastián Martín Recio sigue empeñado en su loable y quijotesca campaña para conseguir que tan histórica villa sea considerada Patrimonio de la Humanidad. ¿Apoyo de Carmen Calvo? Ninguno. ¿Dónde están los raperos de Carmona? La dama de Cabra, sectaria como ella sola, prefiere otro tipo de actividades para lucir su modelito cultural. Si Martín Recio fuera socialista en vez de comunista, otro gallo cantaría, y no la gallina del vuelo raso y ramplón que todo lo fía al sectarismo de partido.

La promesa de Zapatero se cumple diariamente en Andalucía. Y por eso la Consejería de Educación somete a las pobres criaturitas de Primaria y Secundaria a un esfuerzo sobrehumano. En una prueba –la palabra examen es fascistoide- que doña Cándida les han pasado para averiguar su dominio lingüístico, los alumnos y las alumnas han tenido que resumir la letra de una canción de Andy&Lucas, esa apoteosis de la literatura cani. Está visto y comprobado que Juan Ramón Jiménez está superado, que Luis Cernuda ya no tiene nada que decir, que los hermanos Machado están rancios y obsoletos, que Aleixandre es incomprensible, que Bécquer duerme como un arpa muda, que Alberti se ha quedado en tierra con su cayuco varado, que García Lorca es un anacronismo para la Andalucía de la Segunda Modernización.

Y está visto y comprobado que el profesorado andaluz se deja llevar por esa campañita de falso apoyo que le sirve a doña Cándida para hacerles la pelota y financiar, de camino, a los medios de comunicación que halagan su demagogia progre. ¿Por qué no se ha negado en redondo ningún profesor o profesora, que dirían los apóstoles laicos de la Logse, a pasar esta prueba humillante para su profesionalidad? A doña Cándida habría que decirle, y en voz alta si puede ser, que los profesores andaluces no han estudiado una carrera universitaria ni se han preparado unas oposiciones para esto. Lo de las oposiciones no vale para los interinos ni para el sobrino de Chaves, pero esa es otra historia. El profesorado de Secundaria no ha estudiado Filología para pasar una cancioncilla de Andy&Lucas. A ver si nos vamos enterando.

Que la enseñanza está en un proceso de degradación sistemática salta a la vista. Pero siempre saldrá un progre a sueldo, un liberado a costa del erario público, un desertor de la tiza con mando en Torretriana. Saldrá el vocero del régimen y tachará de facha a quien denuncia este descenso vertiginoso de los niveles educativos. Ya se cargaron en su día la asignatura de Literatura con mayúscula. Ahora pretenden que los jóvenes identifiquen la poesía con las letrillas canis de un dúo musical. ¿Imagina usted que le hubieran cambiado en su juventud a San Juan de la Cruz por los Pecos? Pues eso está ocurriendo en esta Andalucía donde la fusión de la confusión está al caer. ¿Quién escribió el Poema del cante cani? Andy&Lorca. Progresa adecuadamente.

lunes, octubre 16, 2006

Sevilla tiene un olor especial


¿A qué huele Sevilla? Esta pregunta originaría páginas brillantes en los poetas del 27 sevillano, páginas escritas por hijos del Mediodía que la compañera Eva Díaz Pérez retrató de forma magistral en su última novela, trufada de olores y de metáforas. Aquella generación de poetas que se inventaron la ciudad soñada nos dejó una Sevilla perfumada de jardines antiguos, que ése y no otro era el olor que adivinaba Romero Murube en su retiro del Alcázar. Olor a azahar pisoteado por el tópico de tanto pregonero al uso y al abuso, olor a jazmines y a madreselvas becquerianas, olor a ketama en las plazoletas de los años setenta del siglo XX. Los olores de Sevilla componen un mosaico aromático que ha ido degenerando últimamente hasta la síntesis que propugna Ramírez Lozano, escritor satírico y amante de la Sevilla paradójica y barroca: la ciudad huele a azahar y a cagajón. Mitad y mitad. Como pintaría Valdés Leal con sus pútridos pinceles, ni más ni menos.

El fiscal Anticorrupción ha llegado a Sevilla y ha notado, como quien no quiere la cosa, un tufillo acorde con su cargo. A don Fernando Delgado le ha ocurrido lo mismo que le sucedió a Cervantes, que vio a Rinconete y a Cortadillo en el laberinto de la ciudad que fue reina del grande océano (Fernando de Herrera dixit) allá por el dorado siglo XVI. Cervantes fue testigo del tránsito que nos llevó al Barroco. El oro se convirtió en plata, y la plata viajó de los galeones hasta las faltriqueras de los pícaros. Tal que ahora. El parné se genera con las recalificaciones aljarafeñas o con los pelotazos que algunos están dando en esos pueblos que Azaña denominaba burgos podridos. ¿Burguillos ha dicho usted? No, señor, pero dejaremos el diminutivo equívoco en el ámbito de la ambigüedad...

El fiscal Delgado ha notado en su pituitaria el hedor que lleva en su seno el dinero negro, el cambio en el PGOU local que convierte una parcela donde florece el amarillo jaramago (Rodrigo Caro dixit) en una parcela donde crece el adosado. Pero que nadie se llame a engaño. El fiscal Delgado ya nos ha dicho que no somos, en esto del trinconeo, el ombligo del mundo corrupto. Ni en eso somos líderes. Nos quedamos, como Rinconete y Cortadillo, en la medianía de la picaresca.

Hace unos años, cierta autoridad siciliana visitó Sevilla. Le preguntó al alcalde de entonces cómo era la camorra local. Manuel del Valle le respondió educadamente que en Sevilla no había mafia. “Claro que la hay, alcalde, lo que ocurre es que se llamará de otra forma”. Al cabo del tiempo, un fiscal recién llegado ya ha notado el hedor que despiden las alcantarillas del urbanismo provincial. Y eso que aún no ha entrado en esos depósitos de facturas falsas y de convidás a tutiplén que aparecen, como las cisternas romanas en la Alfalfa, allá por el distrito macareno. La Sevilla donde estuvo la Venta de los Gatos huele a melva y a cubata de güsqui, a choped y a botellín fresquito, a compra de votos, a ron Cacique y a caciquismo on the rock’s.

Que lleven a este fiscal de excursión por las Tres Mil Viviendas, que va a enterarse cómo es el olor que despiden los bloques de pisos donde aún no ha entrado el aire fresco del Estado de Derecho. Que le den un garbeo por los bloques que ocupan los chabolistas que fueron desalojados de Los Bermejales a golpe de dinero negro. Poco a poco irá notando una gama de fétidos olores injertados en la piel putrefacta de la ciudad. El mismo olor que no despiden los cadáveres musulmanes que han sido convenientemente enterrados por segunda vez para que no molesten las obras de ese tranvía al que llaman metrocentro.

Como el fiscal Delgado empiece a destapar el tarro de las esencias hispalenses, aviado va. Su colega Fungairiño declaró en cierta ocasión que sólo veía los documentales de la BBC. Pues ya puede ir preparando el DVD para seguir la serie de la BBC provincial: Bormujos, Burguillos y Camas. Sin embargo, esto no es más que el inicio del serial. Trabajo no va a faltarle si se empeña en desenmascarar a tanto pícaro como se ha agarrado al lápiz recalificador del poder. Si las cloacas huelen antes de levantar los husillos, ¿qué puede ocurrir cuando lleguen los varilleros de la Justicia? No habrá operación Malaya porque ni siquiera tenemos el dinero que abunda en otras zonas de Andalucía. Somos tan pobres que no llegamos a la delincuencia de guante blanco. Aquí se roba a mano. Habrá que parafrasear el título de la canción que compuso César Cadaval. Sevilla tiene un olor especial. Que rima con lo que ha dicho el nuevo fiscal.

miércoles, octubre 11, 2006

El juego sucio



Javier Arenas es el problema y la solución. En esta paradoja se mueve el Partido Popular en Andalucía, que por fin tiene el líder que antes tenía. Inciso rocambolesco: no hay ninguna errata en la frase anterior, ya que Arenas es el líder que el PP-A tenía antes, cuando estaba en Madrid, y sigue teniendo ahora. Es lo mismo pero no es lo mismo. ¿Entendido? Tampoco lo entendemos algunos, pero qué se le va a hacer. El caso es que Arenas viaja al centro de forma continua, lo cual no es nuevo ni viejo, sino eterno. Ya lo dijo Alfonso Guerra en una de sus mejores perlas: “Llevan años viajando al centro y todavía no han llegado. ¿De dónde vendrían?”

Guasas y bromas aparte, el problema de Arenas y del PP en Andalucía no está solamente en ellos. Está sobre todo en el juego sucio al que se tienen que enfrentar. Un juego sucio admitido por una buena parte de la sociedad andaluza. Y por esos intelectualoides del régimen que le exigen a la oposición lo mismito que callan cuando lo hace el poder: escudriñan la Tele-Teo de Cádiz con ojos de lince –también son especie protegida por la Junta- y guardan un escrupuloso silencio ante las burdas manipulaciones que cometen los comisarios políticos de Canal Sur.

El juego sucio es consustancial al régimen andaluz. Los mismos prebostes justifican el uso partidista de las instituciones para apoyar a los candidatos socialistas a las próximas municipales. Lo dice Luis Pizarro públicamente, con luz y micrófonos, y casi nadie le pide cuentas. Sus candidatos contarán con el apoyo de la Junta y del Gobierno. ¿Y los demás? ¿Acaso es de recibo en una democracia que los ciudadanos de un pueblo tengan que quedarse sin polideportivo o sin piscina climo-cubierta por haber cometido el delito de no votar al PSOE? Para Pizarro esto entra dentro del juego legítimo.

Con este ambiente contaminado y enrarecido es normal que ocurran sucesos como la desaparición del alcalde de Málaga. ¿Dónde está Francisco de la Torre, que no se le ve? En la Consejería de Obras Públicas se han colado unos cuantos virtuosos del estalinismo fotográfico. Manejan el photoshop como la Junta reparte sus presupuestos: a discreción. Esto de eliminar a un adversario político de la foto es algo más que un ejercicio de imagen y de imaginación. Es la demostración palpable de que el juego sucio ha llegado a rebasar los límites de la decencia. ¿Y esa consejera Alatriste que pretende terminar con el escándalo presentando unas excusas tan falsas como la foto? Los ciudadanos andaluces merecemos que se llegue hasta el fondo. Que aparezcan los manipuladores y que salgan por la puerta de atrás. Si no, la consejera Gutiérrez del Castillo se convertirá en una sucesora de los métodos que llevaron a cabo Stalin o Franco. El que se mueve no sale en la foto. Y el que pertenece a otro partido, tampoco.

Este juego sucio le permite al alcalde de Sevilla invitar a güisqui y a cubatas a los vecinos de las asociaciones adictas. Así compra los votos o los alquila, que para el caso es lo mismo. Y en Marbella se presenta el candidato y consejero Paulino Plata para convidar al personal a costa del presupuesto. Candidatura servida con cubiertos de Plata: más no se le puede pedir al laboratorio fotográfico del aparato pizarrista.

Difícil lo tiene Arenas con este panorama. Lo peor no es lo que pasa, sino cómo pasa por las tragaderas de los que resuelven la corrupción con un razonamiento indigno de tal nombre. “Si tú estuvieras donde está Erchave, ¿no le darías trabajo a tu hermano o a tu sobrino?” Quien habla así ha asimilado el juego sucio hasta sus últimas consecuencias. Quien habla así necesita que el PP sea incluido en la extrema derecha según ZP para justificar los comportamientos franquistoides de los suyos, que son “los nuestros”. Quien habla así no se lo pone difícil al centrismo de Arenas, sino imposible.

domingo, octubre 08, 2006

La toma de la gasolinera



La toma de la gasolinera de La Raza, en Sevilla, por una turba de bebedores y fumadores foto es la prueba palpable de una claudicación. Sucedió el viernes, y nadie ha dado explicaciones hasta hoy. Bebían, fumaban y hablaban por el móvil junto a los surtidores. Los empleados de la gasolinera se refugiaron en su interior y llamaron a la policía, que tardó varias horas en acudir. ¿Con qué autoridad moral se multará a quien fume en una gasolinera, a quien reposte con las luces encendidas, a quien hable por el móvil mientras se sirve el combustible? ¿Quién puede prohibirle a un trabajador de una estación de servicio que haga lo mismo que hicieron los presuntos universitarios que tomaron la gasolinera de La Raza o de Las Razas, a elegir? Las macrobotellonas de Reina Mercedes son para mear y no echar gota. Cuando no cortan las calles se dedican a interrumpir el tránsito por la primera avenida que se les ponga a tiro de litrona. Se saben impunes. Con tanta gente bebiendo y fumando en plena gasolinera podría haber ocurrido una tragedia de dimensiones incalculables. Pero ahí está la foto para demostrar que todo es posible en Sevilla. Estamos jugando con fuego. Y ya se sabe lo que puede ocurrir en estos casos.

jueves, octubre 05, 2006

El tío y su sobrino



Cuando éramos niños los que hoy ya no somos jóvenes ni viejos, Radio Sevilla emitía unos sabrosos dialoguillos futboleros que endulzaban las sobremesas de los lunes. Con guión de Juan Tribuna, las voces de Manolo Méndez y Pepe Da Rosa nos hacían reír con sus pullas, palabra que en esta caso se escribe con elle porque no tiene nada que ver con la vara que gasta el picador.

Han pasado los años, pero aquel programa titulado “El tío Pepe y su sobrino” podría reeditarse. Cambiando los nombres, claro está. “El tío Manolo y su sobrino” sería un magnífico culebrón que nos descubriría el funcionamiento de la todopoderosa maquinaria burocrática del régimen. El guión correría a cargo de Gaspar Dunkin Zarrías. Lo de Dunkin va por la metáfora chiclosa que le ha servido para no dar explicaciones sobre la contradicción flagrante en que ha caído. Señala Dunkin Zarrías que no hay que estirar un chicle que está muerto y podrido. ¿Un chicle muerto? ¿Acaso los hay vivos? Buena greguería la de Zarrías.

Imaginen el primer capítulo de la radionovela “El tío Manolo y su sobrino”. El protagonista descuelga el teléfono en su despacho, sito en el ala oeste de la Casa Rosa. La secretaria le pasa a su sobrino, que quiere hablar con él. Y ahí arranca el diálogo.

-¡Tito...!
-Dime, sobrino, que estoy muy ocupado.
-¡Qué arte tiene mi tío Manolo! ¡Ole la gente buena que trabaja por Andazulía...!
-Niño, menos cachondeo y vamos a la paja.
-Será al grano, tito. ¿Lo ves? Tienes un arte que no se pué aguantá...
-No tengo tiempo para perderlo, sobrino. Así que empieza ya, y no veas tanto Canal Sur, que te estás volviendo de un hortera “impasible”...
-Bueno, pues vamos al grano. Es que ha salido en el periódico que yo estuve trabajando para la empresa del tito Antonio José, la que hace las piscinas cubiertas, ¿tú sabes, no?
-Yo no sé nada, eso se lo preguntas a tu padre.
-No te mosquees, tito...
-No estoy enfadado, niño. Te digo que se lo preguntes a tu padre porque él se encarga de soltar el parné del “prosupuesto” para estos casos, criatura. ¿O es que tú no sabes cómo funciona esto?
-Tito, me estás dejando frío. Yo creía que habían sacado mi nombre en el periódico porque estoy en la vanguardia de la arquitectura. Había pensado ligarme una página web como la de Vázquez Consuegra y hacerte un proyecto para alicatar por fuera el Palacio de San Telmo, que los fachas que se manifiestan por allí son muy peligrosos y cualquier día lanzan huevos contra la fachada.
-Déjate de tonterías y dime ya qué es lo que quieres.
-¿Pues qué voy a querer, tito? Un trabajito güeno, ¿o la familia no está para estas cosas?
-A ver si me explicito, sobrinito... Para eso ya coloqué a tu padre en la dirección general, así que no me molestes más y déjame en paz.
-¿Entonces no hay nada para mí? Si no es plan de seguir con las piscinas cubiertas, yo estoy dispuesto a hacer albercas con un toldo, que al fin y al cabo dan el avío.
-Sí, claro. En eso estaba yo pensando ahora mismo.
-No te pongas así, tito, que eres el más grande que ha dado Andalucía después de Trajano, de Adriano y de Juan y Medio... ¡Ole mi tito güeno, que no se pué aguantá...!
-Bueno, ya veré qué se puede hacer. Pero deja de ver Canal Sur, que lo tuyo a ser “irredemiable” dentro de poco. Y de camino dile a tu padre que organice una barbacoa el domingo que viene.
-De eso me encargo yo, tito. Y para que no te moleste el sol, te voy a diseñar una climo cubierta de lujo.
-No mientes la bicha, que luego la gente se entera de todo. Y déjame ya, que voy a modernizar un rato...

Voz de locutor de continuidad: Este capítulo de “El tío Manolo y su sobrino” ha llegado hasta sus receptores por gentileza de pastillas Timoteo. Para el mosqueo, pastillas Tomoteo. De venta en las piscinas climo-cubiertas.

miércoles, octubre 04, 2006

Manual de supervivencia

Carlos Rosado fue uno de los redactores del Estatuto de Autonomía que se aprobó en 1981. En aquel tiempo pertenecía a UCD. Actualmente es un alto cargo de Canal Sur. Este artículo lo publicó en El Correo de Andalucía y posteriormente lo recogió Alfredo Sánchez Monteseirín en su blog.

lunes, octubre 02, 2006

Sevilla, 1 de octubre


¿Por qué no estuvo Chaves en la manifestación?
¿El PP manipula a las víctimas?
¿La AVT es un apéndice de la derecha?
¿Debería haber acudido Monteseirín como alcalde de Sevilla?
¿Estamos otra vez divididos, como siempre?