martes, abril 24, 2007

Buganvillas para Bayón

“Que todo el mundo sea culpable para que nadie me eche la culpa a mí”. La máxima de Chaves mejora la frase de Lampedusa que brilla con luz propia en El Gatopardo. Aquí también se trata de que todo cambie para que todo siga igual: de ahí la obsesión por los eslóganes y la propaganda que convierten un cursillo o una subvención en los motores de la Segunda Modernización de Andalucía. El presidente de la Junta ha dado en el clavo con su acusación general y generalísima. Todos somos culpables cuando se trata de buscar responsables para la corrupción malaya. Todos y todas: la clase política y los medios de comunicación.

Pero hete aquí que los hechos desmienten lo que Chaves afirmó para escaquearse. Hay un partido político que no tuvo nada que ver con esa estructura corrupta que ha corrompido las bases del Estado de derecho: Izquierda Unida, sin ir más lejos. Las responsabilidades por dejación del PP tampoco pueden confundirse con los talones que Jesús Gil le endiñaba al PSOE antes de cambiarse de bando. En vez de pagar al político de turno se puso en la poltrona para cobrar las comisiones y para edificar sin impedimento alguno.

Todos no son iguales ante la corrupción marbellí, así que Chaves puede ahorrarse la técnica del ventilador en esta caso. Y en cuanto a los medios de comunicación y a los periodistas que trabajan en ellos, más de lo mismo. ¿O es que puede compararse la labor de aquellos servidores mediáticos del GIL que se sirvieron a su vez de sus prebendas, con la tenaz oposición de periodistas como José Carlos Villanueva? Los primeros recibieron su parte del botín mientras el segundo tuvo que soportar amenazas y agresiones. Su rostro apareció como fondo de unas dianas que no eran precisamente de Gales. Y en el periódico que imprimía el grupo de amigotes del bueno de Manolo le hicieron la vida imposible. Así que no nos venga ahora Donmanuel con la milonga del igualitarismo.

En este punto tocamos el lado más delicado de este espinoso asunto. Un periodista cabal hasta el extremo del compromiso con la verdad fue maltratado por el régimen chavesiano por empeñarse en denunciar los abusos que padecían y siguen padeciendo los andaluces que no se pliegan al sistema. Se llamaba Félix Bayón. Hace un año se despidió para siempre. Añoraba una Andalucía que fuera como una Dinamarca con buganvillas. Añoraba el bueno de Félix algo que no había conocido en vida y que nadie puede contarle después de su muerte. Ni esto es Dinamarca, ni queda espacio en Marbella para las buganvillas, ni la libertad es el quijotesco bien más preciado por los nuevos señoritos andaluces.

Félix Bayón sufrió persecución por causa de la justicia que defendía con uñas y argumentos, con los dientes apretados de la palabra. Por eso el mismo Chaves se empeñó, personalmente, de que lo despidieran del grupo de comunicación donde trabajaba. El bueno de Manolo no podía soportar las verdades del barquero que le cantaba Bayón antes de embarcarse en la nave definitiva que pilota el inevitable Caronte. Todo esto no lo decimos a humo de pajas, ni es una invención surgida a golpe de consigna: los argumentarios se los dejamos a los partidos políticos que buscan comediantes para sus mítines... como si no tuvieran bastante con los caricatos que hacen de portavoces. Estas verdades como catedrales nos las contó Félix Bayón junto a la catedral de Málaga.

Ahora que corren vientos de odio y conveniencia a cuenta del cuento de la media memoria histórica –en algunos casos más bien histérica- bueno es recordar que no todos sucumbieron frente al envite del GIL. Valga este humilde artículo como ramillete improvisado de buganvillas que honren la dignidad de Félix Bayón y de todos los que han seguido su estela limpia y transparente.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se necesitan tantos Félix Bayón en nuestra perdida tierra andaluza de intereses inconfesables y dignidad vilipendiada...

Hay tanta boca agradecida que se muerde la lengua a cambio de vender el alma al diablo..., por un simple plato de lentejas...

Efectivamente la culpa es colectiva. El Sr. Chaves tiene toda la razón... Todos somos culpables de haber creado a un monstruo como él y a la secta que lo patrocina... Un ser adolescente, en el más estricto sentido de la expresión, incapaz de asumir sus responsabilidades y encauzar a esta sociedad nuestra para que converja con el resto de España y Europa..., no sólo en cuestiones monetarias o parámetros macroeconómicos. Pero eso es pedirle demasiado...

Sirvan también mis palabras de homenaje para D. Félix Bayón. Ojala muchos fueran como él. Que descanse en paz.

10:40 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sr.Robles:

le envío un ejemplar para sus perlas en Onda Cero:

Oído hace un ratito en Antena3:

Hablaban del personaje más influyente en la Historia de España en el campo artístico y después de nombrar a Buñuel, Almodóvar, Lola Flores….La periodista desplazada a la calle termina su encuesta diciendo “Y el inolvidable maestro del concierto de Aranjuez, Manuel de Falla”.

12:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Paco, gracias. Bayón se merece artículos como este y aprovechamos la ocasión para recordar que en las librerías hay un libro con su antología: Vivir del presupuesto. No podía ser de otra manera.

12:55 p. m.  
Blogger Lopera in the nest said...

Paco, es esto:

"Por eso el mismo Chaves se empeñó, personalmente, de que lo despidieran del grupo de comunicación donde trabajaba."

la definición del mezquino miedo que atenaza gran parte de las iniciativas en Andalucía. La gente como Bayón era uno de aquellos que fueron definidos por el histórico alemán: "esos son los imprescindibles...".

Lamento decirte que tú eres otro, y mi lamento es porque ser imprescindible es duro, muy duro, estos miserables tienen casi todo el poder, muchas veces parece que tienen incluso el de la palabra.

Gracias.

1:02 p. m.  
Blogger CON GARRAS Y A LO LOCO said...

¡Hombre Paco! Después de llevarme algún tiempo en el extranjero, un año en Australia, me he topado con tu blog. En estos días de Feria recuerdo los años que colaboré con “El Real” y tuve el placer de tratarte. Yo sigo con mi cámara al hombro, pero ahora más alejado de Sevilla. Me siento como si estuviera en las colonias.
En mi blog también suelo dejar algunos apuntes sobre esos “encantos de la sevillanía rancia”, esa sevillanía que tú sueles retratar magistralmente. Yo, como suelo decir, soy sevillano pero no ejerzo de ello, y creo que me he hecho muy mayor para ponerme a aprender esas formas.
Un abrazo,
Paco Molina

5:41 p. m.  

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