Por tierra, mar y aire

El comandante Chaves ha tocado la corneta y ha puesto firmes a los suyos: el teniente Zarrías, el sargento Pizarro... El comandante Chaves quiere ganar el referéndum por tierra, mar y aire. Le ha faltado soltar el eslogan cuartelero que relaciona el valor con la testosterona, pero no era plan de cargarse la corrección de género que impregna el texto estatutario. “Vamos a ganar por tierra, mar y aire”. El referéndum está empezando a coger un tufo a movimiento regional, a todos a una marcando el paso, ¡un, dos, papas y arroz! Hasta los autores gaditanos del carnaval oficial –valga la paradoja- se muestran sumisos al cornetín de la Junta. ¡Lo que faltaba! Un carnaval dócil con el poder y unos letristas dispuestos a difundir las bondades estatutarias desde las tablas del Falla. Un estatuto de chirigota aprobado por los comparsas de siempre, con el pueblo como coro. Y el cuarteto, como en Cádiz, con tres miembros: “Chaves, Arenas, Valderas y a ver si te enteras, regaera”.

El comandante Chaves pretende ganar por tierra, mar y aire, pero luego pierde cada vez que se mete un árbitro imparcial por medio. Por tierra le han echado su pretensión de usar la Junta como plataforma propagandística. Ha sido la Junta Electoral, que le ha parado los pies y le ha mandado a los corrales la campaña propagandística que le diseñó la agencia Bassat: un emprendedor andaluz como todo el mundo sabe. El mar de la Audiencia Nacional se ha tragado su propuesta de prisión atenuada para De Juana Chaos. ¿Por qué le importa la vida de este criminal al presidente de la comunidad autónoma que ha puesto más muertos encima de la mesa donde se practican las autopsias? ¿Por qué? Ha tenido que venir Teresa Jiménez Becerril para poner al comandante Chaves en su sitio. “Que se lo diga a mi madre mirándola a la cara”. Y el aire le ha estallado en plena precampaña por culpa de otra sentencia judicial: el mamoneo, que dirían los carnavaleros independientes, de la deuda histórica era aire puro, mentiras infladas para alimentar la confrontación. Un cuento chino, que dicen los propios asesores áulicos del comandante Chaves.

Lo curioso del caso es que no hayan salido los apóstoles y las apóstolas de la corrección política para denunciar el lenguaje belicista del comandante Chaves. Como bien los retrató Muñoz Molina en un reciente artículo publicado en El País, estos progres de hojalata han encontrado la cuadratura del círculo: van de rebeldes por la vida mientras se dedican a alabar los logros del poder establecido. Se oponen a la oposición como si los males que nos aquejan estuvieran causados por los que no tienen mano en el BOJA. Una virguería.

Los soldaditos y las soldaditas del regimiento chavesiano se han puesto en marcha para que su comandante gane por tierra, mar y aire. Si esto no ocurriese, la culpa sería del PP, de Arenas y sus boicoteadores. Fue una pena el pacto de Madrid. ¡Con lo bien que tenían preparado el argumentario! Ahora están que no les llega la camisa al cuerpo. A pesar de que la Cadpea anuncia una participación del 64,8%, los tercios de Chaves se apresuran a adelantarnos una obviedad como la copa de un pino: sea cual fuere la participación, el referéndum será legítimo. Sólo les hace falta entonar a estos coristas del Falla o de San Telmo, a elegir, el estribillo que entonan los espectadores en el patio de butacas. “Ole, ole, y ole, y al que pida la abstención, que se le seque la subvención”.

Conclusión: Ave, Chaves, los que van a votar te saludan... con una mano mientras ponen la otra para recoger la manteca. Que la vida está mu mala...