Andalucía es como un coche
“Vamos de paseo, pi, pi, pi, / en un coche nuevo, pi, pi, pi, / pero no me importa, pi, pi, pi, / porque corre un h...” Esto de convocar un referéndum en domingo de carnaval es lo que tiene. La cosa se presta a esa variedad de la guasa que en Cádiz llaman mamoneo. Para colmo, el presidente Chaves se ha tirado el pegote de comparar este nuevo Estatuto con un coche de alta gama que viene a sustituir al vehículo familiar que nos sirvió para acceder al 151 allá por los albores de los años 80. Si Chaves habló de coche familiar, por algo sería...
El subconsciente sale a flote en cuanto un político se pone a enhebrar metáforas y metonimias: algunos las hacen sin saber qué están hilvanando, y llegan a configurar unas alegorías que no las supera ni el mismo Gracián. El coche era el tótem del concursante del “Un, dos, tres... responda otra vez”, y también es el icono sagrado del baranda de la Junta: cuando se sube en el audi ya no hay quien lo baje. Por eso Chaves no ha comparado la reforma del Estatuto con el cambio del gas por la vitro, con lo marujón que eso queda, o con el paso del radiocasé al hombro al “emepetré” que sirve para escuchar a Andy & Lucas, que son los picassos y los garcías lorcas que nos prometió Zapatero.
Escuredo se presentó en Madrid con un mil quinientos prestado: las comparaciones con el derroche automovilístico de la Junta actual no es que sean odiosas, es que son imposibles. Aunque para comparaciones con retranca, las que nos llevan a poner en la balanza el entusiasmo del pueblo andaluz en febrero de 1980 con el pasotismo de la presente reforma estatutaria. ¿Seguimos? Pues sigamos. Suárez anunció la elaboración de la Constitución tras ganar las elecciones del 15 de junio de 1977. Al cabo de un año y medio la teníamos refrendada por el pueblo. Chaves ha tardado casi seis años en llevar una simple reforma estatutaria a las urnas después de una promesa en el Parlamento.
Los mecánicos de Talleres Manolo están poniendo a punto el motor del coche de gran cilindrada que anuncian los nuevos señoritos de Andalucía. Los antiguos ,mantenían a los agradaores, vulgo bufones, para que les rieran las gracias. Los de ahora mantienen con el presupuesto público a los intelectuales adictos a la causa para que les den las gracias por la subvención a medida. Entre todos pagaremos el empeño personal de un presidente que confunde la Andalucía oficial con la real, y que por eso se emperra en comparar el coche familiar de 1980 con el carro de gran potencia al que ellos se han subido durante estos años.
Jesulín de Ubrique se hizo famoso en las imitaciones de los cómicos con una frase lapidaria. Cada vez que le preguntaban por algo respondía lo mismo. “La política es como un toro”. ¿La vida? “La vida es como un toro”. Chaves va por el mismo camino. ¿Qué es Andalucía? “Andalucía es como un coche”. Si luego lo para el Tribunal Constitucional y descubre que no tiene los papeles de la confrontación en regla, entonces se echa a la cuneta por donde le salen los tiros de aquella estrategia tan falaz como chocarrera. Eso sí: en la carrera de los autos locos de las autonomías españolas vamos los últimos. No le vemos la matrícula ni al presidente de Cantabria que le lleva las ancohas a ZP en un taxi. Por eso Chaves ha recibido en la Casa Rosa al presidente de la región francesa de Limousin: seguro que le habrá preguntado por los limusinos... y las limusinas.
1 Comments:
Estimado Paco, qué cruel eres con el verso florido y retórico de 'nuestro' Manolo.
Total, que el hombre quiere darse un gustazo y regalarnos un Audi, pues venga. Si el problema no es el coche, es a ver dónde aparcamos tanto cacharro y luego, los baches que hay en Andalucia (sobre todo en Sevilla que hay cada 'socavón' con serrín, que no veas).
El único defecto que le veo, es que los talleres Manolo,... como que no. Esos 'airebags' made in San Telmo no me convencen mucho.
Bueno, ya veremos qué tal va el motor de arranque; Y si empieza a andar, la medallita del carmen mu cerquita.
Un abrazo, de un gran admirador tuyo.
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