El silencio de las mujeres
Lo más llamativo de la sesión de control sucedió en la tribunilla que compartimos los invitados y la prensa. Tras la réplica de Teófila Martínez a cuenta del más que posible cierre de Delphi, varias mujeres de trabajadores que asistían al pleno se atrevieron a aplaudir. Un ujier se les acercó y les dijo que eso no se hace: por el tono parecía que eran niñas en edad escolar. Una de las señoras le replicó a su vez: ¿por qué los diputados sí pueden aplaudir y ellas no? La respuesta del ujier fue de libro: “Porque ellos están en su casa”. Aunque para respuesta la que le endiñó la buena mujer: “¿Y ésta no es nuestra casa también? ¿O es que ellos no viven de los impuestos que nosotros pagamos?”
¡Qué lección de ciudadanía! ¿No quieren implantar la educación para la misma en el sistema escolar que casi se han cargado del todo? Pues ahí tienen una demostración que deberían llevar a las escuelas públicas donde estudian los hijos de los trabajadores y a las escuelas privadas y concertadas donde acuden los hijos de los defensores de la escuela pública. El marcaje al que sometieron a las mujeres de los trabajadores de Delphi fue digno del régimen chavesiano. Hasta en la cafetería del Parlamento fueron seguidas de cerca por un guarda jurado y por un responsable de seguridad que iba vestido de paisano. La palabrería de la presidenta del Parlamento cuando les retiraron unos cartelitos que exhibieron fue digna de la corrección política que está llegando a unos extremos de hipocresía más propios de otros tiempos.
El mismo Parlamento que acoge una de esas exposiciones cursis sobre la paridad y la igualdad de género se niega en rotundo a escuchar las voces de las mujeres que consiguen entrar allí para defender los puestos de trabajo de sus maridos. Aquí no hay paridas ni paridad. Varones por un lado y mujeres por el otro. Esto no casa con la Andalucía de Alicia y de María del Mar Moreno. ¿Por qué no reprimieron los aplausos de los invitados cuando votaron a favor del Estatuto de Autonomía? ¿Por qué usan una vara de medir para unos y otra muy distinta para otras?
El resto de la sesión fue tan previsible que una de las mujeres remató la faena tras la última intervención de Chaves. “¡Hay que ver cómo le ha dado la vuelta a la tortilla!”. El mismo Chaves que alentaba las manifestaciones contra el Gobierno en vísperas de las elecciones de 2004 a cuenta de Astilleros pide ahora un silencio sepulcral a la oposición. Silencio, pueblo chavesiano. Y para conjurar la pérdida de puestos de trabajo propone la creación de “empresas de punta”. La tecnología se la salta del tirón. Empresas de punta... de solomillo con las papas fritas que les servirán a los trabajadores de Delphi para comerse el despido al que están abocados. O la prejubilación que pagaremos entre todos para que la pax chavesiana siga reinando en esta Andalucía donde los sindicatos ya no amenazan con quemar ningún puente: el acuerdo de concertación les tapa la boca, los oídos y el sentido de la vergüenza.
Quien sea capaz de enunciar una sola propuesta de Chaves para terminar con la crisis de Delphi que levante la mano. Ayer sólo se levantó la mano de la autoridad para acallar a las mujeres que llegaron desde Puerto Real hasta la puerta irreal de un Parlamento diseñado por Alicia y su país de las maravillas. Ni siquiera les dieron eso que Chaves denomina palmitas (sic) en la espalda. Una voz femenina lo resumió todo en una frase: “Manolo, te estás equivocando”. La andalucista Pilar González le había echado en cara al presidente el método del SAS: hay enfermos que se tiran un día entero sentados en un sillón. Chaves podría haberle respondido así: “Pues yo llevo diecisiete años en el mismo sillón y no me quejo”. A ver quién se está equivocando aquí...
¡Qué lección de ciudadanía! ¿No quieren implantar la educación para la misma en el sistema escolar que casi se han cargado del todo? Pues ahí tienen una demostración que deberían llevar a las escuelas públicas donde estudian los hijos de los trabajadores y a las escuelas privadas y concertadas donde acuden los hijos de los defensores de la escuela pública. El marcaje al que sometieron a las mujeres de los trabajadores de Delphi fue digno del régimen chavesiano. Hasta en la cafetería del Parlamento fueron seguidas de cerca por un guarda jurado y por un responsable de seguridad que iba vestido de paisano. La palabrería de la presidenta del Parlamento cuando les retiraron unos cartelitos que exhibieron fue digna de la corrección política que está llegando a unos extremos de hipocresía más propios de otros tiempos.
El mismo Parlamento que acoge una de esas exposiciones cursis sobre la paridad y la igualdad de género se niega en rotundo a escuchar las voces de las mujeres que consiguen entrar allí para defender los puestos de trabajo de sus maridos. Aquí no hay paridas ni paridad. Varones por un lado y mujeres por el otro. Esto no casa con la Andalucía de Alicia y de María del Mar Moreno. ¿Por qué no reprimieron los aplausos de los invitados cuando votaron a favor del Estatuto de Autonomía? ¿Por qué usan una vara de medir para unos y otra muy distinta para otras?
El resto de la sesión fue tan previsible que una de las mujeres remató la faena tras la última intervención de Chaves. “¡Hay que ver cómo le ha dado la vuelta a la tortilla!”. El mismo Chaves que alentaba las manifestaciones contra el Gobierno en vísperas de las elecciones de 2004 a cuenta de Astilleros pide ahora un silencio sepulcral a la oposición. Silencio, pueblo chavesiano. Y para conjurar la pérdida de puestos de trabajo propone la creación de “empresas de punta”. La tecnología se la salta del tirón. Empresas de punta... de solomillo con las papas fritas que les servirán a los trabajadores de Delphi para comerse el despido al que están abocados. O la prejubilación que pagaremos entre todos para que la pax chavesiana siga reinando en esta Andalucía donde los sindicatos ya no amenazan con quemar ningún puente: el acuerdo de concertación les tapa la boca, los oídos y el sentido de la vergüenza.
Quien sea capaz de enunciar una sola propuesta de Chaves para terminar con la crisis de Delphi que levante la mano. Ayer sólo se levantó la mano de la autoridad para acallar a las mujeres que llegaron desde Puerto Real hasta la puerta irreal de un Parlamento diseñado por Alicia y su país de las maravillas. Ni siquiera les dieron eso que Chaves denomina palmitas (sic) en la espalda. Una voz femenina lo resumió todo en una frase: “Manolo, te estás equivocando”. La andalucista Pilar González le había echado en cara al presidente el método del SAS: hay enfermos que se tiran un día entero sentados en un sillón. Chaves podría haberle respondido así: “Pues yo llevo diecisiete años en el mismo sillón y no me quejo”. A ver quién se está equivocando aquí...
4 Comments:
Delphi se va, esta claro,las mvilizaciones es para ver en que condiciones quedan estas familias.
prejubilaciones y mas "economia sumergida"?
No creo que le deba de sorprender nada Don Francisco.Vivimos en un regimen y esto es lo que nos ha tocado padecer,Algunos diran que ya estamos con la demagogia,esos son los que no tienen argumentos.Como vivimos en el pais de la doble moral es decir:Lo que hacen los demas está mal mientras no lo haga yo.La inmensa mayoria se cree que votando a PSOE,vota a la izquierda y está votando a un partido conservador,un poco mas al centro que el PP pero poco mas.Si el anuario de la Caixa,año tras año nos sigue colocando a la cola de las comunidades autónomas solo delante algunas veces de Extremadura y Castilla la Mancha despues de 25 años de gobierno socialista que se puede esperar.LISTAS ABIERTAS YA,DEMOCRACIA SECUESTRADA
Bogar, las listas abiertas no solucionarán nada. Así se ha demostrado en otros países. El problema en España en general y en Andalucía, en particular, es doble: por un lado el poder no fluye de abajo hacia arriba, el pueblo no puede elegir a sus representantes; por otro, no hay división de poderes: hay un poder y división de funciones. Esto indica que vivimos en un sistema oligárquico. Ergo las listas abiertas no cambiarían nada. Hay que reformar la Constitución. Aparte, el pueblo está madurito para que pasemos de la Oligarquía a la Dictadura, porque está harto de los políticos, piensa que todos son iguales. Hay que luchar por la libertad: no hay nada gratis.
http://blogs.periodistadigital.com/servusveritatis.php/
Ciudadanos andaluces, hemos cometido muchos errores. ¿Por qué nos extrañamos de la conducta de nuestros políticos? Fuimos nosotros quienes los elegimos. Ciudadanos, nosotros tenemos una gran responsabilidad. Tenemos que examinar detenidamente lo que han hecho y lo que hacen. Después, confiar en que harán lo que dicen. Si no lo hacen, debemos intentar otros caminos. No permitir el engaño sucesivo. Si los votamos una y otra vez, nosotros somos los responsables de nuestra desgracia. Nadie más que nosotros.
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