Cándida y Sócrates
“Saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe”. Cándida Martínez, la consejera de Educación y Nociencia, ha superado a Sócrates. El filósofo griego sólo sabía que no sabía nada. Doña Cándida pretende “saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe”. Inciso terminológico: lo de Nociencia está en la línea de sus proyectitos para educar en la paz y la noviolencia, todo junto y sin avisar. La Nociencia, por si alguien no lo sabe, es el principio que utilizan los pedagogos demagogos –valga la redundancia- y los inspectores tipo Clouseau para firmar sin ruborizarse que “la educación debe servir no sólo para acumular conocimientos sino para la vida”. Como si una cosa fuera incompatible con la otra. ¿Es que los conocimientos se acumularan como muebles viejos que no sirven para nada? Están mejorando la solearilla de Manuel Machado: “La alegría / consiste en tener salud / y la mollera vacía”. De lo primero se encarga el SAS, y de lo segundo la Consejería de Educación y Nociencia.
Volvamos a la máxima de doña Cándida para desentrañar el objetivo de las pruebas diagnósticas, vulgo exámenes, que han demostrado el fracaso escolar de la Logse. “Saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe”. No es un trabalenguas, aunque estaría bien que se lo pasaran a Chaves para que lo soltara en un debatillo parlamentario. ¡La que se podría liar! Este saber llevado a la práctica naufraga cuando se analizan los resultados de esas pruebas diagnósticas. Menos mal que los padres no se enteran, porque habría cundido la alarma. “Mariano, estoy muy preocupada porque al Yonatan Manuel van a hacerle unas pruebas diagnósticas en el colegio, ¿habrá una epidemia de algo?”
Verán. Resulta que “los estudiantes abordan con mayor facilidad la organización de información presentada en distintos formatos que la estrategia de resolución de problemas”. ¿Se han enterados ustedes del asunto? Pues ahora viene una mejor todavía. Tomen nota, que invita la casa: “Hay alumnos que saben muchas matemáticas y plantean bien los problemas, pero no saben cómo transmitirlo”. El problema no está en la resolución del problema, sino en la forma de transmitirlo. ¿En qué quedamos? Pues en algo muy sencillo: se están quedando con nosotros. Tratan de maquillar un monumental fracaso. Han suspendido el examen que se han puesto ellos mismos. Doña Cándida hace trampas cuando juega a la solitaria, una variedad lúdico-naipera impregnada de la transversalidad de género.
Mientras la consejera más nefasta del gabinetillo chavesiano se dedica a jugar con observatorios y programitas que sólo les interesan a ella y a su coro de enchufados y enchufadas, la educación se degrada y la enseñanza alcanza las cotas más bajas. Hemos pasado de leer a Juan Ramón Jiménez a analizar un texto de Andy y Lucas: del andalucismo al andyluquismo. Los alumnos suspenden y nadie hace nada por remediar la situación. ¿A qué espera Chaves para destituir a la consejera que está cargándose la enseñanza en Andalucía? ¿Dónde está la fuerza ilustrada del PSOE andaluz? ¿Acaso se les ha olvidado a los socialistas el ideal republicano de la Instrucción Pública? Inciso para los progres revenidos y caducos: Instrucción Pública son las dos palabras más bellas del castellano según Muñoz Molina. ¿También es un facha el escritor de Mágina, que no aparece en los textos para los examinandos o diagnosticandos porque Andy y Lucas son más importantes que su obra?
La consejera Martínez quiere saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe. Más de uno se conformaría con saber qué quieren hacer los logsianos decadentes con la educación. ¿Hasta dónde pretenden llegar? Si tenemos en cuenta el nivel económico y tecnológico de nuestra época, podemos concluir que estaremos dentro de poco ante la generación más desaprovechada de la historia.
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Volvamos a la máxima de doña Cándida para desentrañar el objetivo de las pruebas diagnósticas, vulgo exámenes, que han demostrado el fracaso escolar de la Logse. “Saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe”. No es un trabalenguas, aunque estaría bien que se lo pasaran a Chaves para que lo soltara en un debatillo parlamentario. ¡La que se podría liar! Este saber llevado a la práctica naufraga cuando se analizan los resultados de esas pruebas diagnósticas. Menos mal que los padres no se enteran, porque habría cundido la alarma. “Mariano, estoy muy preocupada porque al Yonatan Manuel van a hacerle unas pruebas diagnósticas en el colegio, ¿habrá una epidemia de algo?”
Verán. Resulta que “los estudiantes abordan con mayor facilidad la organización de información presentada en distintos formatos que la estrategia de resolución de problemas”. ¿Se han enterados ustedes del asunto? Pues ahora viene una mejor todavía. Tomen nota, que invita la casa: “Hay alumnos que saben muchas matemáticas y plantean bien los problemas, pero no saben cómo transmitirlo”. El problema no está en la resolución del problema, sino en la forma de transmitirlo. ¿En qué quedamos? Pues en algo muy sencillo: se están quedando con nosotros. Tratan de maquillar un monumental fracaso. Han suspendido el examen que se han puesto ellos mismos. Doña Cándida hace trampas cuando juega a la solitaria, una variedad lúdico-naipera impregnada de la transversalidad de género.
Mientras la consejera más nefasta del gabinetillo chavesiano se dedica a jugar con observatorios y programitas que sólo les interesan a ella y a su coro de enchufados y enchufadas, la educación se degrada y la enseñanza alcanza las cotas más bajas. Hemos pasado de leer a Juan Ramón Jiménez a analizar un texto de Andy y Lucas: del andalucismo al andyluquismo. Los alumnos suspenden y nadie hace nada por remediar la situación. ¿A qué espera Chaves para destituir a la consejera que está cargándose la enseñanza en Andalucía? ¿Dónde está la fuerza ilustrada del PSOE andaluz? ¿Acaso se les ha olvidado a los socialistas el ideal republicano de la Instrucción Pública? Inciso para los progres revenidos y caducos: Instrucción Pública son las dos palabras más bellas del castellano según Muñoz Molina. ¿También es un facha el escritor de Mágina, que no aparece en los textos para los examinandos o diagnosticandos porque Andy y Lucas son más importantes que su obra?
La consejera Martínez quiere saber qué es lo que el alumno sabe hacer con lo que sabe. Más de uno se conformaría con saber qué quieren hacer los logsianos decadentes con la educación. ¿Hasta dónde pretenden llegar? Si tenemos en cuenta el nivel económico y tecnológico de nuestra época, podemos concluir que estaremos dentro de poco ante la generación más desaprovechada de la historia.
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11 Comments:
La Consejera lo ha clavado, yo también sé infinidad de econometría, pero durante el examen me surgen problemas de comunicación, y no lo transmito como sé. Gracias a Dios no me pasa, es una dramatización pero... ¿Suena ridículo verdad? ¿Qué excusa se están inventando los socialistas para defender a la tipa esa? Ardo en deseos de conocerlas.
Que se venga la consejera a Sebastián Elcano un viernes por la tarde y sabrá qué es lo que los alumnos hacen con lo que saben...
el cafre... el que menos sabe
el cabrón... el alumno aventajado
el delincuente... el más guai
y el cani... el cani.
5 RETROVISORES ROTOS: PROGRESA ADECUADAMENTE
Nuestra NoConsejera se limita a copiar de manera burda las pruebas que Esperanza Aguirre puso en marcha en Madrid hace algunos cursos. Por cierto, Simancas y su tropa despotricaron contra la iniciativa con su típica verborrea progre. Pero hay enormes diferencias entre las pruebas que se pasan en aquella Comunidad y las que se han pasado este curso en nuestra Realidad Nacional. Para empezar, en Madrid los encargados de realizarlas son unos agentes externos a los centros. En Andalucía son los propios maestros los encargados de pasarlas y corregirlas. El zorro a cuidar las gallinas. Desconozco la realidad de lo que ocurra realmente en cada centro madrileño, pero sí sé, de buena fuente, qué ocurre en los nuestros. Los centros reciben a principios de curso unos modelos de pruebas para que los maestros se dediquen a repasar con los alumnos y éstos tengan mejores resultados. En segundo lugar las pruebas llegan, sin ningún tipo de control, a los centros con mucho tiempo de antelación, lo que anula cualquier garantía mínima de discreción y seguridad. Nadie de la Administración Educativa se ocupa de velar por el desarrollo de dichas pruebas. Nadie vigila si se "recomienda" a determinados alumnos que son de nivel bajo que ese día no acudan al centro, nadie supervisa si durante el examen los alumnos son "ayudados" por sus profesores... Si a esto le sumamos las subjetivas normas de evaluación, podemos deducir sin lugar a equivocarnos que la validez de los resultados es la misma que la de una moneda de 3 euros y medio. A pesar de todas estas circunstancias, los resultados son para llorar. No me extraña que el informe esté redactado con frases de malabarista. Hay que hacer todo lo posible porque el personal no se entere de la monumental estafa que ha supuesto la LOGSE. Y los padres tan contentos con su AMPA (¡qué falta le hace la H!), sus Consejos escolares, Actividades Extraescolares y demás juguetitos.
Estimado Sr, Robles. Soy un joven periodista que desde hace años leo sus artículos y le sigo en la tv siempre que puedo. Debo decirle que me fascina su forma de crítica y su valentía en decir las cosas por su nombre. Tengo muchas ganas de conocerle algún día para tener un autógrafo suyo y de paso debatir temas de nuestra ciudad e incluso hablar de cofradías, algo que me apasiona y llevo con devoción, que no hoby. Mi correo es ppsantos27@yahoo.es. Me encantaría poder enviarle cartas al director que escribo y que casi nunca llego a enviar para que la publiquen. Amo a Sevilla, y noto y observo que algunos dirigentes la están estropeando y cambiando. Como puede comprobar, tengo muchas opiniones que comparto con usted y que se me encoje el alma al salir a la calle y ver cómo está la ciudad y hacia dónde está yendo. Sin más, recibe un cordial saludo de un admirador y colega suyo.
Atentamente, José Santos.
Bien, no seamos alarmistas. Quizá debamos considerar otras opiniones como la que la Consejera hizo en El País. Dijo que eran unos resultados "brillantísimos" como material de investigación para abordar la situación del sistema educativo. (Tal vez no sean las palabras exactas las que siguen al entrecomillado, espero que sabrán perdonarme pues quedé algo cegado por el destello).
Demos por bienvenida esta aparición que se le ha presentado a Cándida después de varios años en que la alarma de padres y profesores se escuchaba menos que la del Titanic. De hecho, ante el fracaso en matemáticas, planteó ya una cuestión transcendental que lleva implícito un reconocimiento de responsabilidad: "Señores, ¿qué hacemos con las máquinas?. Están ahí. ¿Debemos permitir su uso después, claro, de una campaña de publicidad millonaria para explicar a los niños por qué cambiamos los condones rosa que expide por otros con la inscripción que explica que el "coseno" no es el que está al lado del "seno"?
¡Ah!. Ustedes verán, yo sólo soy la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía.
Que la educación haya de llegar a todos –cosa que está fuera de toda duda- no significa que obligatoriamente tenga que proveerla el estado. Ni, mucho menos, que tengamos que aceptar una planificación centralizada de la misma desde el gobierno. Si las panaderías fueran públicas, tendríamos menos pan, de peor calidad, menor variedad, colas y nos estaría costando mucho más. Y encima nos estarían contando que la culpa es nuestra, del mercado, de los individuos, del capitalismo, en vez de del estado.
¿Por qué no subvencionan al consumidor de educación en vez de a los productores? ¿Por qué no dejan libertad a los padres para elegir su proveedor de educación? ¿Por qué no dejan a los centros y a los profesores autonomía para que, mediante el método de prueba y error, vayan ensayando y depurando sus propios métodos pedagógicos, sin necesidad de tener que sujetarse a corsés logsianos hechos por burócratas que nunca se subirán a una tarima? ¿Por qué no devuelven su libertad de cátedra y su capacidad para hacerse respetar en el aula al profesor? ¿Por qué no dejan a los centros que gestionen ellos mismos sus propios recursos, aplicando modernos criterios de gestión empresarial y teniendo que esforzarse por atraer a los padres hacia su oferta educativa? ¿Por qué no dejan que la iniciativa social se organice libremente para crear nuevos colegios? ¿Por qué se empecinan en hacer que a los niños sean educados por funcionarios en vez de por maestros? ¿Por qué se empeñan en impedir que llegue a la enseñanza el aire fresco de la innovación, la responsabilidad y la competencia que existe en otros ámbitos?
Pues muy sencillo: porque el estado no educa, adoctrina. Es dificilísimo que un gobierno quiera soltar semejante herramienta de control social. Quieren moldear siervos sumisos, adoradores del estado, que no se pregunten si de verdad no existe otra forma de hacer las cosas más ética, más eficiente y más libre.
Por seguir con el tema te contaré que no hace mucho, en cierto debate de infausto recuerdo, un profesor de secundaria me preguntó que qué haría si los alumnos me dijeran que han decidido en asamblea que eso de las cuatro faltas de las gordas y ¡quince tildes! como tope para catearles en Lengua en Bachillerato que yo defiendo es un atropello fascista intolerable a su derecho estatutario a la burricie y la comprehensividad logsiana. Y yo tuve la osadía de contestarle que creo que ya es hora de que, ya desde la primaria, alguien les explique a estos botelloneros asilvestrados que hay cosas como la ortografía, la matemática o la física que no son negociables y que para llegar a alguna parte en la vida son imprescindibles el esfuerzo y la responsabilidad personal. Nunca lo hiciera. Mi arranque de sinceridad no tuvo más premio que cuatro miradas de odio (cuatro de cinco: vean la proporción) y algo más que me callo. No, si está visto que lo mío no es hacer carrera en la administración. Yo no valgo para hacer lo que la ratita: dormir, callar, cobrar y andar de baja en baja y tiro porque me toca.
No, el mal es mucho más profundo y viene de mucho más atrás. Y no es sólo la inefable Cándida quien lo provoca. El mal se llama funcionarización de la enseñanza y patrimonialización de la misma por parte de los ingenieros sociales de la izquierda. Y ahora viene una nueva vuelta de tuerca, de la que ya verás qué poquitos de nuestros aguerridos y esforzados docentes se quejan. Como que las premisas de esta inmensa operación de lavado de cerebro masivo progre las tienen interiorizadas de cabo a rabo, empezando por el miedo a la libertad.
Los hay que, con toda razón, se rasgan las vestiduras porque los alumnos les pegan. Pero a la hora de la verdad, no tienen la menor intención de ir a la raíz de los problemas. Les hablas del cheque escolar, de convertirse en accionistas de sus propios centros, de evaluaciones de calidad externas (a poder ser, hechas por agencias privadas en competencia) y de tener que ponerse las pilas para captar alumnos, y se te ponen como fieras. Con lo cómodos que están ellos bajo el cálido edredón funcionarial.
Y, mientras, Arenas diciendo que lo que hace falta es más dinero público. Como si la plaza de la concertada no nos costara tres veces menos, fuera mejor y se hiciera ella solita sus infraestructuras. Y eso que lo mismo la demanda que la oferta las tienen cautivas, que si no ... En fin.
Por cierto, estimado Paco, coméntale a tu director que a mí Camino de Servidumbre no me parece la obra cumbre de Hayek. Si acaso sí la más popular, la más divulgativa. Aquello fue como arrojar una piedra al putrefacto estanque keynesiano, que llevaba a Occidente al desastre. Pero el maestro aún tenía que crecer mucho intelectualmente. Faltaban Chicago, Friburgo. Y lo hizo en su portentoso Los fundamentos de la libertad , en Derecho, Legislación y Libertad y, sobre todo, en su última obra, La fatal arrogancia , que nos hace entender cómo funcionan los órdenes extensos basados en la cooperación espontánea y voluntaria entre los individuos, en los cuales se genera el verdadero progreso que, pese a los gobiernos, ha guiado al hombre en su largo camino desde los pantanos hasta las estrellas.
Sin embargo, el legado más valioso de Hayek quizá sea habernos hecho entender a los liberales que la forma más eficaz de luchar contra la ilusión colectivista propia de todo totalitarismo no es la política sino esforzarnos por contribuir en la medida de nuestras posibilidades a ganar la batalla de las ideas.
Invitaría a los que critican tanto a la consejera, y a la Logse siempre, que den respuestas reales a los problemas auténticos que tiene al escuela que poco tienen que ver con la Logse, como se empeñan ustedes, sino con los vertiginosos cambios de la sociedad española y con la generalización del acceso a la enseñanza. ¿O han olvidado los nostalgicos del BUP a cuantos alumnos dejaba el sistema atrás antes de llegar al añorado Bachillerato Unificado Polivalente?
Es que esto de ahora los deja detrás a todos. El verdadero fracaso escolar es que ya los que se titulan no saben nada. Vamos, ni lo que es el esfuerzo y la disciplina necesarios para memorizar cosas, para entender lo que leen. ¿Generalización de la enseñanza? Será de la ignorancia.
Mira, un maestro, tanto mi tía abuela en los años veinte como mi padre en los cuarenta –hijos ambos de obreros manuales- estudiaron. Con beca. Y su esfuerzo les sirvió realmente como herramienta de promoción social.
Mi tía abuela, andando el tiempo, se convirtió en maestra nacional y ejerció la docencia durante casi cincuenta años en un pequeño pueblo extremeño. En tiempos, cuando la montanera, mi tía pasaba las tardes recorriendo los campos para llevarles los deberes a los niños que en esa época no podían asistir a clase por tener que cuidar las bestias. A muchos de esos niños llegó a presentarlos a la reválida y estudiaron y progresaron en la vida. Pero el progreso de esos niños pobres fue posible precisamente porque mi tía nunca les bajó el listón.
El año pasado mi tía abuela murió, con más de noventa años. Bueno, pues aún nos siguen llegando a casa las felicitaciones navideñas de algunos de esos niños, ya algunos con nietos. Eso es una maestra.
Los títulos que te dan ahora te valen para lo que un tío en Alcalá. Ya conozco yo a gente jovencita y con carrera que no consigue superar los periodos de prueba en las empresas dado el calamitoso estado de su expresión escrita.
Y en cuanto a lo de los vertiginosos cambios en la sociedad, ¿tú sabes que en el mundo al que vamos los españoles no vamos a poder competir en cuanto a costes laborales y que la única ventaja competitiva que vamos a poder tener es la relacionada con la mayor cualificación y productividad de nuestros trabajadores? Pues eso es lo que hay que mirar y que arreglar. Y de prisa. Porque cuando las víctimas de la Logse lleguen a profesores y a padres – que ya están llegando: yo me libré por los pelos- apaga y vámonos.
Además, es que no todos tenemos que valer para estudiar, ni falta que hace. Nacemos distintos. Somos distintos. Hay gente que sin estudiar puede ser fantástica para otras cosas. O ser autodidacta. O revolucionar cierta actividad. La cuestión es descubrir cada uno nuestros propios fines y medios, y tener libertad para perseguirlos, siendo responsables de nuestro propio destino.
Creo que el otro día se me olvidó añadir que las motivaciones de mi tía abuela para hacer aquello tenían que ver, además de con su vocación docente, con cierto crucifijo que llevaba al cuello. Un crucifijo que, de no haber sido porque estaba aquí en Sevilla de vaciones, la habría llevado posiblemente a la muerte aquel verano del 36, cuando los milicianos irrumpieron en su casa, la destrozaron, le robaron los libros ... Y todo por no ser de los suyos y ser católica.
Pero, en fin, las motivaciones de cada uno para hacer lo que hace, sus valores, pertenecen a su mundo privado. El caso es que nos dejen elegirlos a nosotros.
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