Vivir del presupuesto
Vivir del presupuesto no es solamente el título del libro que recopila los mejores artículos de Félix Bayón. Vivir del presupuesto es algo más que un oficio para los que no tienen otro beneficio: es una forma de plantearse el ser y existir. En Andalucía se ha instaurado un régimen caciquil formado por la legión de barandas, asesores y correveidiles que se dedican a vivir del presupuesto y a fabricar, de camino, unos presupuestos mentales con fórmulas apriorísticas que convierten a cualquier ciudadano en un peligroso extremista de la derecha golpista. Sólo hace falta que tenga la osadía de criticar al bueno de Manolo o a cualesquiera de sus paniaguados, aunque en este caso el pan y el agua se conviertan, como si fuera un milagro laico, en solomillo y reserva.
Para vivir del presupuesto hay que cumplir ciertas normas. La primera es muy simple: callar ante los desmanes para beneficiar al partido, que es lo único importante. Ya lo dijo Chaves el pasado lunes en el comité director del PSOE andaluz: hay que poner en marcha las instituciones para conseguir la victoria del partido en las próximas elecciones, que serán como siempre conjuntas. El partido no sirve a la institución, sino al revés. Los partidarios de esa partitocracia callan como corderos con piel de lobo –otra paradoja- ante el caso más doloroso que se ha registrado últimamente en el oasis chavesiano. A Inmaculada Gálvez, la diputada que dio la cara ante el gilismo hasta que se la partieron, la juzgarán por un inexistente delito de agresión al policía municipal marbellí que está empapelado en la operación Malaya. Escandalosamente cierto.
Ante semejante demostración de injusticia, los que viven del presupuesto mantienen sus boquitas cerradas. Les da igual que a su antigua compañera de escaño en el Parlamento de Andalucía la persigan por haber defendido a una mujer que vio cómo le cerraban su cafetería “por hablar mal del alcalde”, o sea, de Gil. Vieron en su día la foto, vieron a Inmaculada Gálvez en manos de cinco maderos aleccionados por lo peor del gilismo, la vieron en volandas a pesar de que era parlamentaria y por lo tanto no podían tratarla de esa manera. Lo vieron todo, pero ahora callan. El motivo es muy sencillo. Inmaculada Gálvez se atrevió a salir de la secta, a abandonar el Grupo Socialista, a criticar los métodos de un partido que va de verde por la propaganda cuando la realidad desmiente los hechos de forma tozuda y a veces siniestra.
Los que tuvimos la fortuna de dejar unas líneas en el libro de Féliz Bayón como homenaje a su valor cívico no podemos callarnos. Dejemos el silencio para los cobardes, para los que viven del presupuesto porque no saben hacer otra cosa. El próximo miércoles juzgarán a una parlamentaria que fue vejada por los maderos del gilismo y la acusarán de lo contrario, de haber agredido a Rafael del Pozo, el jefe de policía imputado en la operación Malaya. ¿Alguien puede creer que una mujer mande al hospital a un policía del GIL mientras la sujetaban cinco agentes de aquel autoritarismo feroz?
El delito que ha cometido Inmaculada Gálvez no ha sido ese. Su verdadero crimen ha sido otro muy distinto: se ha atrevido a romper la argamasa de la disciplina ciega que une los cimientos del régimen chavesiano. Y hasta ahí no se puede llegar. Esta mujer valiente quería usar el presupuesto para que los demás puedan vivir mejor, pero no la dejaron los que viven del presupuesto. Recordamos aquellos días en que los prebostes del régimen no soportaban sus discrepancias. No están acostumbrados. Funcionan como una secta. El partido y el presupuesto son sus formas de vida. Por eso callan cuando su antigua compañera está a punto de entrar en el juzgado por defender la libertad y la justicia. Se llama Inmaculada, que significa sin mácula, libre de mancha. Qué bien la nombró quien le puso ese nombre.
pacorobles63@gmail.com
Para vivir del presupuesto hay que cumplir ciertas normas. La primera es muy simple: callar ante los desmanes para beneficiar al partido, que es lo único importante. Ya lo dijo Chaves el pasado lunes en el comité director del PSOE andaluz: hay que poner en marcha las instituciones para conseguir la victoria del partido en las próximas elecciones, que serán como siempre conjuntas. El partido no sirve a la institución, sino al revés. Los partidarios de esa partitocracia callan como corderos con piel de lobo –otra paradoja- ante el caso más doloroso que se ha registrado últimamente en el oasis chavesiano. A Inmaculada Gálvez, la diputada que dio la cara ante el gilismo hasta que se la partieron, la juzgarán por un inexistente delito de agresión al policía municipal marbellí que está empapelado en la operación Malaya. Escandalosamente cierto.
Ante semejante demostración de injusticia, los que viven del presupuesto mantienen sus boquitas cerradas. Les da igual que a su antigua compañera de escaño en el Parlamento de Andalucía la persigan por haber defendido a una mujer que vio cómo le cerraban su cafetería “por hablar mal del alcalde”, o sea, de Gil. Vieron en su día la foto, vieron a Inmaculada Gálvez en manos de cinco maderos aleccionados por lo peor del gilismo, la vieron en volandas a pesar de que era parlamentaria y por lo tanto no podían tratarla de esa manera. Lo vieron todo, pero ahora callan. El motivo es muy sencillo. Inmaculada Gálvez se atrevió a salir de la secta, a abandonar el Grupo Socialista, a criticar los métodos de un partido que va de verde por la propaganda cuando la realidad desmiente los hechos de forma tozuda y a veces siniestra.
Los que tuvimos la fortuna de dejar unas líneas en el libro de Féliz Bayón como homenaje a su valor cívico no podemos callarnos. Dejemos el silencio para los cobardes, para los que viven del presupuesto porque no saben hacer otra cosa. El próximo miércoles juzgarán a una parlamentaria que fue vejada por los maderos del gilismo y la acusarán de lo contrario, de haber agredido a Rafael del Pozo, el jefe de policía imputado en la operación Malaya. ¿Alguien puede creer que una mujer mande al hospital a un policía del GIL mientras la sujetaban cinco agentes de aquel autoritarismo feroz?
El delito que ha cometido Inmaculada Gálvez no ha sido ese. Su verdadero crimen ha sido otro muy distinto: se ha atrevido a romper la argamasa de la disciplina ciega que une los cimientos del régimen chavesiano. Y hasta ahí no se puede llegar. Esta mujer valiente quería usar el presupuesto para que los demás puedan vivir mejor, pero no la dejaron los que viven del presupuesto. Recordamos aquellos días en que los prebostes del régimen no soportaban sus discrepancias. No están acostumbrados. Funcionan como una secta. El partido y el presupuesto son sus formas de vida. Por eso callan cuando su antigua compañera está a punto de entrar en el juzgado por defender la libertad y la justicia. Se llama Inmaculada, que significa sin mácula, libre de mancha. Qué bien la nombró quien le puso ese nombre.
pacorobles63@gmail.com
7 Comments:
El problema Paco es que los "cobardes" hablan y los "valientes", o los que debían de ser valientes aspiran a eso ..., a vivir del presupuesto.
Yo no.
Lo cual no quiere decir que sea valiente, más bien superficial y encima no me paga Chaves. Quizá sea un afortunado.
Ya lo dijo y advirtió Alfonso Guerra, el ilustre rojo de barrio -del nuestro par más señas-: "El que se mueva no sale en la foto". Pues eso. Salu2. Mr. Appeltree.
Ya lo he comentado en otras ocasiones:Lo mejor que ha hecho elPSOE,para ellos claro,es que el que no está de acuerdo con el régimen,lo califican de facha y de ser de la extrema derechay la verdad es que es muy dificil luchar contra eso por de una forma o de otra te arrinconan.Pero siempre queda la esperanza de que personas como la Sra. Galvez o usted digan lo que piensan y sean escuchadas.
Saludos
Es una forma de adoctrinamiento. Que todos vean que el que no sigue las reglas "dictadas" por el partido sepa a que atenerse. En mis tiempos se estudiaba una asignatura que era F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional), ahora te adoctrinan con los presupuestos, aunque no deja de ser lo mismo.
Y "matar" o "morir" por el presupuesto.
Esto de que te llamen "facha", "derecha extrema" y otras lindezas intelectuales, lo explica muy bien el Prof. Sosa Wagner al final del artículo en el que analiza el borrador de acreditación del profesorado universitario.
Se puede leer en el blog:
http://garciamado.blogspot.com/
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