domingo, septiembre 23, 2007

La santa sede

Decíamos ayer, que en esta vanidosa feria de las vanidades fue el domingo pasado, que Sevilla es la Nova Roma, la heredera directa de la ciudad imperial y barroca. Si entonces hablábamos del coliseo loperiano que el ditero del Fontanal –no confundir con la Fontana de Trevi- va a construirse con el dinero de la recalificación que el Ayuntamiento de progreso le ha puesto en bandeja, hoy no tenemos más remedio que hablar de la santa sede con minúsculas laicas que el PSOE hispalense está levantando, y nunca mejor dicho lo de levantando, cabe la Puerta Carmona. Inciso muy sevillano: aquí siempre se dijo Puerta Carmona, sin preposición.

La santa sede se elevará sobre su propia planta como se alzó la magnificente –rancio vocablo- cúpula de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro. Que para eso Sevilla es como Roma, y alberga en su seno un Estado independiente, una república de Ikea que se monta y se desmonta sus propios edificios, que por algo son los nuevos amos de la ciudad. El Estado Vaticano al sevillano modo tiene su papa y todo, un papa vitalicio con despacho en el palacio que acogió al seminario. No es Benedicto, sino el bueno de Manolo. Una mezcla de Pío XII y de Juan XXIII pasado por Pablo VI y por Los Pajaritos: ya que estamos con las barriadas, sigamos el camino que nos trazó en vida el filósofo Silvio.

El bueno o benedicto de Manolo, papa de San Telmo en esta ciudad de papafritas, sabe que su Estado Chavesiano tiene bula. Y gula, ese pecado que ejercen los clérigos de su laica congregación en los reservados de los mejores restaurantes de la ciudad según el método ideado por el cardenal Paganini: el que visa no es pagador. El Estado Chavesiano se basa en esa versión del sermón de la montaña donde se escriben las tablas de la ley urbanística: del Monte Sinaí, al Monte Seirín. El partido único, que en Sevilla es el único partido que todo lo gobierna, adora al becerro de oro del urbanismo aunque luego vaya pregonando lo contrario. El pelotazo que han dado en la santa sede de la Puerta Carmona es la señal inequívoca de que están por encima del bien y del PGOU.

A todo esto, al cardenal Monteseirín le ha salido un monaguillo de lujo, un acólito turiferario que va echando incienso por la pipa que antes exhalaba el humo del tabaco. Con su incensario en forma de cachimba, el otrora reivindicativo Rodrigo Torrijos se ha convertido en el Múo de San Francisco, versión laicista del Múo de Santa Ana que lleva en Semana Santa la cruz parroquial, vulgo manguilla. Torrijos prefiere llevar la cruz del mangazo ajeno con sus ciriales de guardia: Lolo Silva, que tiene pinta de monago posconciliar, y Jon Ander Sánchez, ese sacristán con hechuras de canónigo que guarda en la sacristía de IU las esencias del comunismo rancio.

El párroco Viera va diciendo por ahí que el partido, esa iglesia sin Dios y con minúscula, ha tenido suerte con la recalificación. Como la fe mueve montes, montañas y ‘monteseirines’, seguro que hay gente que se lo cree y todo. Aquí la fe no consiste en creer en lo que no se ve, sino en mirar a otro lado para no creerse lo que ha ocurrido en la Vía de la Recalificazione que llega hasta la santa sede de estos poceros hispalenses, de estos recalificadores en casa propia. El pocero de Seseña empezó cavando y los ‘psoeros’ ya están levantando azoteas y multiplicando, gracias al sermón del Monte Seirín, los panes y los peces de un urbanismo que no está bajo sospecha: más descarado no puede ser.

Cuando hagan el sótano es posible que salgan los muertos que reposan en lo que fue antaño el convento de San Agustín. El doctor de la Iglesia dejó una máxima que resumía la moral cristiana en una frase: “Ama y haz lo que quieras”. Los tiempos han cambiado, y en la santa sede que ocupa parte de lo que fue convento se repite sin cesar la jaculatoria: “Recalifica y haz lo que quieras”. Recalifica tu santa sede, emite facturas falsas, mete dinero negro en bolsas de plástico, coloca a los tuyos en puestos de libre designación, inventa cargos para darle un sueldo al que te mantiene en la estructura interna del partido... No hace falta que cumplas tu palabra: ni metro, ni Ciudad de la Justicia ni nada de nada. Haz lo que quieras: eso es todo.

Saben que pueden perpetrar lo que les dé la gana, que para eso el pueblo los vota y los seguirá votando pase lo que pase. Ahí está el secreto de lo que sucede en la Nova Roma que acoge al Estado Chavesiano y chabacano que gobierna el recalificador Monteseirín bajo el papado del bueno o benedicto de Manolo, el papa ideal para la ciudad de los papafritas.

pacorobles63@gmail.com


Crujíos y crujías

Chavesiano y chabacano. El Ayuntamiento de Sevilla no ha tenido más remedio que meter en cintura a su propio partido. Las obras en la santa sede del PSOE se han paralizado porque han incumplido la ley. ¿Cómo puede exigir un partido que los ciudadanos paguen sus impuestos si ellos mismos incumplen las normas que dictan? En un país medianamente democrático estarían rodando cabezas. Aquí no se mueve nadie. Chaves ya dictó su sentencia absolutoria: todo se está haciendo conforme a la ley. Mentira cochina. Este papa de los papafritas no dice la verdad ni cuando se equivoca. Lo chavesiano y lo chabacano son la misma cosa. Estamos hartos de que manejen la ciudad como si fuera su cortijo, pero eso es lo de menos. Mientras el pueblo tenga pan, cerveza y fútbol, los cimientos del poder se mantendrán intactos. Han derribado una crujía de forma ilegal pero el pueblo no les meterá un crujío en las urnas.

2 Comments:

Blogger Natalia Pastor said...

Gracias por mostrar en "Las Noches Blancas" que otro sur, también existe.

10:04 p. m.  
Blogger el escritor escondido said...

Lo de Sevilla como Nova Roma es una verdad como un templo (pagano). Enhorabuena por tu prosa, Paco. Salu2

10:29 a. m.  

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