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Se queja Luis Pizarro, ese prócer andaluz que raya a la altura de un Séneca, de un Averroes, de un Fernando de Herrera o de un Juan Ramón Jiménez, del menosprecio que sufren las propuestas electorales de su partido. Y es cierto. Así funciona la Andalucía facciosa y carpetovetónica que huele a Varón Dandy según la brillantísima –no confundir con la brillantina- metáfora de Pepiño Blanco: el colega de Pizarro ha creado una sinestesia que va del perfume a la ideología pasando por el cuero cabelludo. Esa creación no la mejorarían ni Huidobro ni todos los poetas creacionistas creados y por crear. Y es que Pizarro y Pepiño forman un dúo de una altura intelectual que no la han superado ni siquiera los dos pensadores que más se les acercan: Ortega y Gasset.

Luis Pizarro ha presentado la campaña del PSOE andaluz para las próximas elecciones hispano-andaluzas, logro sintético que ha conseguido Chaves, ese hombre al que los suyos le llaman cariñosamente Erchave. En dicha campaña aparecen dos anuncios audiovisuales destinados a la tele y a la radio. El primero está protagonizado por un bebé masculino, vulgo un niño. Una voz en off recita la bellísima y acertadísima letanía laica que le da la bienvenida a nuestro paraíso chavesiano. “Bienvenido al mundo donde serás lo que quieras ser”. Cierto. ¿O es que la Logse no ha conseguido que los niños hagan lo que les dé la gana sin necesidad de amoldarse a las estructuras rígidas de antaño? “Bienvenido al lugar donde ya ha llegado el futuro”. No hay mayor atrevimiento intelectual que situar el futuro en el presente, o viceversa. A eso sólo han llegado tres personas en la Historia de la Humanidad: Albert Einstein, Stephen Hawkings y Luis Pizarro. Y la Academia Sueca haciéndose la ídem.

“Bienvenido al mundo donde los transportes vuelan y la investigación convive con el medio ambiente”. En Andalucía los transportes no van bajo tierra, como en el Madrid de Aguirre y Gallardón. Aquí los metros se dilatan en el tiempo para librarnos al menos durante unos años de ese incordio subterráneo. Aquí volamos todos, empezando por esos investigadores a los que la Junta no les pone ningún obstáculo para que se vayan fuera de Andalucía.

“Bienvenido al bienestar, al bienaprender y al bientrabajar”. ¡Pizarro y Chaves a la Academia! ¿A qué espera Víctor García de la Concha? Estos creadores de palabras compuestas se merecen un sillón en la RAE. El bienaprender es algo mucho más complejo y avanzado que el aprender a secas. Por eso el informe PISA nos ha situado a la cola, porque no se han enterado todavía de que en nuestra tierra no se aprende: se bienaprende. Y por esa misma razón los indicadores económicos nos ponen a la cola del paro, porque los cerebritos del capitalismo sin rostro humano desconocen el significado del verbo bientrabajar.

Aquí se han quedado cortos, ya que la modestia que es inherente al comportamiento de los líderes de esta Andalucía donde el futuro ya está aquí: nadie sabe lo que vendrá a partir de ahora, con lo cual habrá que reformar las conjugaciones verbales para adecuarlas al nuevo Estatuto de Autonomía. En nuestro edén no sólo se bienaprende y se bientrabaja. Algunos se biencolocan a cubierto y a cubierta... Nuevos verbos salen a la luz de la gramática que están cincelando estos herederos de Elio Antonio de Nebrija. Un poner: el verbo bienespiar, que hasta ahora no existía en castellano... con minúscula, claro está.

Por falta de espacio dejaremos para otro artículo el análisis detallado del anuncio donde se le da la bienvenida a las niñas que tienen la inmensa suerte de nacer en Andalucía. Las dos campañas, la masculina y la femenina, terminan de semejante guisa: “Acabas de llegar y ya estás de suerte”. Quien sea capaz de burlarse de una campaña así debería ser expulsado del paraíso andaluz. Pizarro y cierra Andalucía. Amén.