jueves, enero 03, 2008

Treinta ceniceros para una ciudad sin tabaco

En Sevilla se instalan treinta ceniceros callejeros y eso es noticia. Se convoca una rueda de prensa, los medios acuden solícitos para anunciar la buena nueva y el Ayuntamiento pone a funcionar lo único que funciona en la ciudad: la maquinaria de su propaganda. Al cabo de una semana se cierra la fábrica de tabacos más antigua de Europa y casi nadie se hace eco de la noticia. La ciudad que fue capital del tabaco, la urbe que atraía el producto que llegaba de las Indias para revolucionar hábitos y costumbres en el Viejo Mundo, la Sevilla que fue escenario de la Carmen de Bizet y Merimée se despeñaba por el hueco negro del olvido y casi nadie –los cuatro locos de siempre- decía absolutamente nada.

Para disipar el humo tabaquero que ya no saldrá empaquetado del abandonado barrio de Los Remedios, la Junta de Andalucía ponía en marcha la mejor estructura propagandística de España. Chaves, alias Erchave para el agente Castellano, se permitía el lujo de visitar las obras del metro que debería haberse inaugurado hace un año y medio. A todo esto, la consejera Gutiérrez, que no conoce el pudor desde aquel 23 de junio de 2006 en que debería haber presentado su irrevocable dimisión, se permitía otro lujo aún más inverosímil: anunciar que el metro funcionará en otoño de 2008. Dos años y medio de retraso para una obra que si al final cumple los últimos plazos previstos entrará en funcionamiento al cabo de casi diez años de su inicio: el pacto para que el entonces perdedor Monteseirín llegara a ocupar la poltrona de la mano de Rojas Marcos se firmó en 1999, o sea, en el siglo pasado.

En los dos años y medio que lleva la escuálida línea 1 de retraso se han hecho en Madrid 90 kilómetros de metro. A ver cómo cogen esa mosca por el rabo Erchave y su consejera. Se va el año 2007 y no se inaugura la línea que debería estar funcionando desde el año anterior y que se anuncia para el final del siguiente. Si esto no es un año en blanco, que venga Dios disfrazado de solsticio de invierno y lo vea. A cambio, ese tranvía del año o del desengaño que se avería un día sí y otro no, que se corta por cualquier manifa sin que haya un plan B para llevar a los viajeros de un punto a otro de su larguísimo recorrido. ¿Timo o tomadura de pelo? Que cada uno lo llame como más le plazca.

Frente al cierre de la fábrica que fue emblema de la Sevilla del Siglo de Oro, frente a la falta de infraestructuras que permitan el uso del transporte público en un área metropolitana colapsada –Lopera diría acolapsá-, frente a una ciudad que está entrampada hasta la coronilla, dicho sea en el sentido craneal y no monárquico del término para que no se molesten los fariseos de IU que van en coche oficial mientras propagan las bondades del chapucero carril para las bicis, los barandas que mandan en la ciudad se dedican a fragmentarla. Divide y vencerás en las elecciones municipales. Búscate un enemigo que tape tus vergüenzas y te mantendrás en el poder.

Chaves Nogales –no confundir con Erchave cuyo nogal agita Pizarro para que caigan las nueces del amordazamiento a la prensa libre- no podría escribir hoy su libro con el título en singular. La ciudad se ha convertido en las ciudades. Sevilla es la ciudad donde se planifica un gueto gay como si los homosexuales fueran, a estas alturas del siglo, unos especimenes diferentes al resto de la humanidad. A los musulmanes pretenden llevárselos fuera del laberinto urbano que es precisamente el mayor legado de la Ixbiliya islámica. En vez de integrarnos todos en la ciudad barroca que siempre fue Sevilla, se hacen compartimentos estancos para que el poder imperante pueda ejercer su demagogia al uso y al abuso.

Gays en la Alameda, inmigrantes en el Cerezo, seguidores de Mahoma en un descampado más allá de la nueva muralla que ya no es la coracha sino la SE-30, fachas y pijos en Los Remedios, los nuestros en Pino Montano y en Sevilla Este… Y el casco antiguo convertido en un parque temático despojado de su fisonomía tradicional para dejar claro que aquí mandan los catetos posmodernos de la ciudad de las personas. El círculo se cierra y el puzzle se completa. Así será, así está siendo ya la Sevilla del siglo XXI.

De la Carmen de Merimée, a la Concha Gutiérrez de Chaves sin Nogales. Las cigarreras pertenecen a la memoria muerta de la Sevilla rancia, que diría un posmoderno a sueldo. Sevilla se ha liberado del humo fatídico del tabaco. Se ha cerrado una fábrica que tenía 400 años y se han inaugurado treinta ceniceros. Feliz y Próspero Merimée 2008.

Garrido&Moeckel

Moisés en el Salvador. Escritos así parecen una pareja de abogados o de asesores de prestigio. Entre los dos llevaron las riendas de la gran obra que se ha hecho en esta ciudad a lo largo del siglo que ya está entrando en el final de su primera década. El Salvador es hoy una gozosa realidad porque Garrido y Moeckel se empeñaron en que lo fuera. Ninguno de los dos asistió a la reinauguración del templo. El uno, por aquello de la muerte que siempre madruga en esta ciudad que le rinde culto a sus imágenes mayores durante la Madrugada de Dios, que diría Montesinos. Y el otro, por esos silencios cortantes, por esa dejadez calculada que anida en todos los sectores de la ciudad: no hay que darle protagonismo a la gente, no vaya a ser que nos deje en evidencia. Un Moeckel, por cierto, que no tiene nada que ver con el abogado de Erchave, ya que últimamente gana todos los pleitos. Garrido&Moeckel: Moisés por partida doble que no vieron la tierra prometida del Salvador.

3 Comments:

Blogger Lopera in the nest said...

Paco, ¿quién es el Moeckel de la izquierda?. ¿Quién en Sevilla ha sustituido a aquellos abogados de Comisiones o de Capitán Vigueras?. ¿Estarán cobrando subvenviones?, ¿colocados en la Junta?. O ¿estarán integrados en el equipo de abogados que tiene "erchave" para perseguir periodistas independientes?.
Don Joaquín, mi admiración porque le ha ganado pleitos hasta al Reptor de la Universidad de Sevilla.

6:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sí, de acuerdo con el artículo, Sevilla está cada vez más cateta y el verdadero problema es que a la mayor parte de los ciudadanos les da igual, y la mayoría de los "pseudo-intelectuales" de la ciudad están muy callados, que con las cosas del comer no se juega.

12:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué bonitos los nuevos ceniceros!!!

http://www.flickr.com/photos/vfarboleya/
2172699943/

4:16 p. m.  

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