Día del orgullo tránsfuga

Con tanto transfuguismo asumido por el régimen andaluz, ya es hora de que se organice la cabalgata del “Día del orgullo tránsfuga”.

¿No tiene todo colectivo que se precie -aunque otros lo desprecien- su día del orgullo tal? ¿A qué está esperando el bueno de Manolo para instituir el “Día del orgullo tránsfuga” en la Andalucía de las células madre que se fueron con el padre que las parió al Ministerio de Sanidad? Inciso celular: Bernat Soria cuenta como ministro andaluz en las quinielas del PSOE aunque no haya nacido aquende Despeñaperros, pues ya se sabe que Donmanuel reparte los carnés de progresistas y las partidas de nacimiento de los andaluces según le convenga en cada momento.

El “Día del orgullo tránsfuga” sería ideal para que todos los que tejen y manejan los hilos del poder en Andalucía desde la sombra vergonzante del pacto y del pasteleo puedan salir del armario y del despacho. De momento habría que diseñar una carroza con muchos jamones, con muchos morcones y con muchos chorizos –ojú, peligro- para escenificar el transfuguismo según Jabugo. Da igual que la ministra Salgado los tache de tránsfugas. Como diría la letra del reconvertido mirabrás: “¿Qué me importa que la ley me juzgue, si Erchave es grande y me perdona? Voz de Erchave, voz del cielo...” Si Donmanuel dice que eso no es transfuguismo, que se callen los de la mesa de Madrid. “¿Qué sabrán ellos?”, ha dicho Luis Pizarro con su habitual dominio de la filosofía unamuniana.

Carnaval de tránsfugas al valleinclanesco modo. Concejales travestidos con chaquetas del PP o del PA que cambian por cazadoras del PSOE o por camisas a medida fabricadas en Tejidos Zarrías, el plan nuestro de cada día. Que monten una gran carroza para que se suban los del PAL, ese partido progresista de la extrema derecha almeriense que mantiene en la Diputación a los sociatas que se suben el sueldo y que nombran asesores por un tubo. Y que nombren a Juan Enciso el progre del año o algo similar para darle un barniz de modernidad a los mismos que eran tachados de fascistas y xenófobos cuando eran militantes del PP.

El verano es la estación propicia para estas mascaradas. A ver si los barandas se animan y salen de las mesas de camilla para visualizar ese transfuguismo que ya no es un vicio, sino una virtud. Chaves ha conseguido lo mismo que Laporta o Calderón, que Del Nido o su tocayo Lopera: si no tiene un concejal, lo ficha a golpe de talón, esto es, dándole en el talón de Aquiles que vuelve vulnerable a casi todos los políticos. Se le ofrece una prebenda, una delegación de urbanismo, una vicepresidencia en la Diputación, una asesoría para la mujer o para el yerno, y vámonos que nos vamos en pos de la Tercera Modernización.

El PSOE ya no es un partido, sino una franquicia que permite adhesiones inquebrantables en cuanto salen las ofertas al mercado. Del Telepizza, al Telepizzarro que les lleva a los tránsfugas el encargo calentito a casa. De las franquicias de Mac Donalds, a las de Mac Nolo, de Chaves&Chaves Transfugation. Tránsfugas de Andalucía, levantaos y pedid poltrona y libertad para pactar con quien más os dé. Esto es como el “do ut des” de los romanos, o como la nueva ley de Mahoma –con perdón- que reza así: “tan tránsfuga es el que da como el que toma”.

El Bombero Zapatero

Charlotada presidencial. Como el espectáculo del Bombero Torero y sus enanitos es políticamente incorrecto, el presidente del Gobierno se ha puesto el traje de luces para lucirse en una tournée que lo ha llevado por la Cataluña del apagón y por las Canarias incendiadas. Es una pena que no haya querido pasarse por Cerro Muriano, donde habría cortado orejas y rabo. En la comarca de Riotinto se preguntan por qué no fue el Bombero Zapatero con sus ministritos cuando el incendio de Berrocal. La respuesta cae por su propio peso: no estábamos en temporada electoral. Aquello se saldó con un par de capotazos de Manolo Chaves, su peón de confianza en el ruedo andaluz. En realidad, poco importa que el Bombero Zapatero acuda con los engaños de las promesas. Estas visitas en las que huye del público y se refugia en los burladeros de los despachos no son más que una charlotada.

La ministra del tiempo

Calor africano. Antes los ministros construían autopistas o levantaban hospitales. Ahora se dedican a hacer algo mucho más importante: la ministra de Medio Ambiente anuncia, en solemne rueda de prensa, que nos invadirá una ola de “calor sofocante, calor africano”. De momento habría que decirle a doña Cristina Narbona, sucesora de Mariano Medina, que es políticamente incorrecto asociar el adjetivo sofocante con el gentilicio africano. Esa identificación no pasaría un test de xenofobia subsahariana ni magrebí. Después se lució anunciando que las temperaturas sufrirían (sic) un descenso brusco a partir del lunes. ¿Sufrir un descenso con la que está cayendo? ¿No será más bien un gozo? Como ven, las ministras del Bombero Zapatero sirven para posar en el Vogue y para anunciar el tiempo.

Consejo chistoso

Informe pericial. El mejor chiste del verano lo han contado los cómicos del Consejo Audiovisual de Andalucía, esa trouppe que ha montado Gaspar Zarrías para que le alegre la vida al personal. ¡Qué arte tienen! Ni el Manu que nos retrata a los andaluces como vagos en su programa de Canal Sur es capaz de arrancar tantas carcajadas como estos consejeros que bordan el borderío de la gracia. En un alarde surrealista digno de Tono o de Mihura, los cómicos del consejillo proclaman que Teleteo, vulgo Onda Cádiz, manipula la información. ¿No es para partirse de la risa? Son capaces de callarse ante los atropellos de ese Canal Sur que cada vez se parece más a la televisión venezolana, y acusan a una tele local para darle caña al PP. Seguro que Vázquez Medel, el exquisito, escribirá algún día una tesis sobre la semiótica de Juan Imedio o sobre el manuísmo de la mano de Manu. Sólo le hace falta que se lo encargue su señorito Gaspar.