Cráneos ‘previlegiados’
Los investigadores andaluces que sobreviven gracias a una beca han recibido, por tercer año consecutivo, unas ayudas ganaderas que nadie sabe de dónde vienen ni adónde fueron a parar: esas ayudas sólo existen en la contabilidad de la Agencia Tributaria, ya que nuestros investigadores no han trincado ni el dobladillo de la tela del telón. Una vez más hemos comprobado que la gestión de la Junta es una mezcla de chapuza y propaganda. Se venden los parches como si fueran obras de arte. Andalucía, al máximo.
Ese mismo error se produjo en los dos ejercicios fiscales anteriores. Se prometió por activa, por pasiva y por perifrástica –en eso de las perífrasis son unos maestros- que no volvería a suceder. Pues nada. Ahí están otra vez nuestros sufridos cerebros enredados en un laberinto burocrático que nada tiene que ver con ellos ni con su labor. Pero hete aquí que gracias a la publicación de la noticia en este periódico nos hemos enterado de algo muy interesante: los investigadores de la Andalucía imparable son mileuristas. Cobran mil euros al mes por cabeza, o por cerebro, que sería más preciso. ¿Mileurismo en la Andalucía donde manan la leche y la miel cuando de pagar salarios a políticos del partido se trata? Pues sí. O ‘pozí’, que diría algún que otro concejal del régimen.
Las comparaciones son tan odiosas que hemos cogido la calculadora –el cálculo mental es facha según los apóstoles de la Logse- para sacar varias cuentas en claro. Un poner: Marisa Bustinduy, la sociata malagueña que acumula tantos cargos como derrotas electorales, gana lo mismo que diez investigadores juntos. Bustinduy se lleva a su cuenta corriente –que en estos tiempos no es tan corriente pero a ella le trae cuenta- alrededor de 120.000 euros al año. Doña Marisa suma y sigue cobrando de todo organismo que se le ponga a mano. Hagan el cálculo. Un investigador que tiene a sus espaldas un curriculum brillante y que trabaja para el progreso de la sociedad, 12.000 euros al año. Una política que sólo sirve para salir en las fotos al lado de Magdalena Álvarez, diez veces más.
¿Dónde está la pregonada igualdad que cacarean un día sí y otro también los pollos y las gallinas –el femenino de pollo no viene a cuento- del régimen chavesiano? ¿Y esa pomposa e inútil Consejería de Innovación, Ciencia, Empresa y lo que haga falta que dirige Francisco Vallejo? ¿Qué tiene que decir ese político que lleva toda su vida apoltronado y que ha demostrado con creces su mediocridad? ¿O es que vamos a seguir callándonos para que el régimen no nos tilde de enemigos de Andalucía, como dice Erchave cuando saca la camisa azul o la bandera roja del totalitarismo, que para el caso son lo mismo?
Un concejal puede ganar lo mismo que media docena de investigadores sin haber acreditado absolutamente nada. Ni el graduado escolar, ni oficio ni beneficio reconocidos. Fidelidad al partido, sectarismo a tope y repetición del argumentario cual papagayo a sueldo: los 60.000 euros no hay quien se los quite. ¿Y esas diputaciones provinciales plagadas de cargos públicos que han perdido alcaldías o concejalías y que no tienen otro sitio al que acudir? Sueldos que quintuplican sin problema alguno la paga que se lleva a su casa un cerebro de postín tras el arduo trabajo de la investigación: así nos luce el pelo de la dehesa.
Pero lo mejor viene ahora. Si Erchave cumple su promesa electoral –lo cual sería digno de estudio en Roma y conllevaría beatificación por causa milagrosa- un estudiante de Bachillerato podría costarnos lo mismo que un investigador. Súmenle a los 600 euros mensuales el costo de su plaza escolar y llegarán al mileurismo en el que sobreviven nuestras mentes más preclaras. Hasta aquí llega este esperpento que nos conduce inexorablemente a Valle-Inclán. Un investigador cobra mil euros al mes. ¡Cráneo ‘previlegiado’!
Ese mismo error se produjo en los dos ejercicios fiscales anteriores. Se prometió por activa, por pasiva y por perifrástica –en eso de las perífrasis son unos maestros- que no volvería a suceder. Pues nada. Ahí están otra vez nuestros sufridos cerebros enredados en un laberinto burocrático que nada tiene que ver con ellos ni con su labor. Pero hete aquí que gracias a la publicación de la noticia en este periódico nos hemos enterado de algo muy interesante: los investigadores de la Andalucía imparable son mileuristas. Cobran mil euros al mes por cabeza, o por cerebro, que sería más preciso. ¿Mileurismo en la Andalucía donde manan la leche y la miel cuando de pagar salarios a políticos del partido se trata? Pues sí. O ‘pozí’, que diría algún que otro concejal del régimen.
Las comparaciones son tan odiosas que hemos cogido la calculadora –el cálculo mental es facha según los apóstoles de la Logse- para sacar varias cuentas en claro. Un poner: Marisa Bustinduy, la sociata malagueña que acumula tantos cargos como derrotas electorales, gana lo mismo que diez investigadores juntos. Bustinduy se lleva a su cuenta corriente –que en estos tiempos no es tan corriente pero a ella le trae cuenta- alrededor de 120.000 euros al año. Doña Marisa suma y sigue cobrando de todo organismo que se le ponga a mano. Hagan el cálculo. Un investigador que tiene a sus espaldas un curriculum brillante y que trabaja para el progreso de la sociedad, 12.000 euros al año. Una política que sólo sirve para salir en las fotos al lado de Magdalena Álvarez, diez veces más.
¿Dónde está la pregonada igualdad que cacarean un día sí y otro también los pollos y las gallinas –el femenino de pollo no viene a cuento- del régimen chavesiano? ¿Y esa pomposa e inútil Consejería de Innovación, Ciencia, Empresa y lo que haga falta que dirige Francisco Vallejo? ¿Qué tiene que decir ese político que lleva toda su vida apoltronado y que ha demostrado con creces su mediocridad? ¿O es que vamos a seguir callándonos para que el régimen no nos tilde de enemigos de Andalucía, como dice Erchave cuando saca la camisa azul o la bandera roja del totalitarismo, que para el caso son lo mismo?
Un concejal puede ganar lo mismo que media docena de investigadores sin haber acreditado absolutamente nada. Ni el graduado escolar, ni oficio ni beneficio reconocidos. Fidelidad al partido, sectarismo a tope y repetición del argumentario cual papagayo a sueldo: los 60.000 euros no hay quien se los quite. ¿Y esas diputaciones provinciales plagadas de cargos públicos que han perdido alcaldías o concejalías y que no tienen otro sitio al que acudir? Sueldos que quintuplican sin problema alguno la paga que se lleva a su casa un cerebro de postín tras el arduo trabajo de la investigación: así nos luce el pelo de la dehesa.
Pero lo mejor viene ahora. Si Erchave cumple su promesa electoral –lo cual sería digno de estudio en Roma y conllevaría beatificación por causa milagrosa- un estudiante de Bachillerato podría costarnos lo mismo que un investigador. Súmenle a los 600 euros mensuales el costo de su plaza escolar y llegarán al mileurismo en el que sobreviven nuestras mentes más preclaras. Hasta aquí llega este esperpento que nos conduce inexorablemente a Valle-Inclán. Un investigador cobra mil euros al mes. ¡Cráneo ‘previlegiado’!
3 Comments:
Efectivamente, un investigador cobra 1000 éuros al mes. Cierta jefa que tuve, de cuyo nombre no quiero acordarme, de alto cargo (que no rango) del nuevo régimen con carnet del Psoe, cobra 120 mil éuros al año. Cuando sale al extranjero para inagurar (en "buzzines", of course y siempre a países de habla hispana por aquello del idioma), su secretaria hace encaje de bolillos para redactarle un currículum decente ya que la chica no pasó del COU. Eso es lo que hay.
Afortunadamente, je, je, en la CEE o como se llame ahora, han entrado países de Segunda y de Segunda B, o como se llamen ahora las divisiones inferiores del furgo.
Si siempre teníamos a Italia para establecer comparaciones no demasiado dañosas para nuestras mordidas y/o corrupciones si es que no son lo mismo, y para nuestros nivelitos de burricie en los que destacan los y las -LAS, señoras feministas de oficio- comeollas rosicler al aroma de bellota, dejemos nuestros 'perversos complejos' y comparémonos con Letonia, con Grecia, con Rumania... Oeé, oé, oé, somos campeones.
Cómo vamos a incentivar a nuestros hijos para que estudien...Salu2.
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