miércoles, diciembre 17, 2008

Todo el año es Carnaval

“No hace muchas noches que me hallaba encerrado en mi cuarto, y entregado a profundas meditaciones filosóficas, nacidas de la dificultad de escribir diariamente para el público. ¿Cómo contentar a los necios y a los discretos, a los cuerdos y a los locos, a los ignorantes y los entendidos que han de leerme, y sobre todo a los dichosos y a los desgraciados, que con tan distintos ojos suelen ver una misma cosa?” Así arranca el artículo de Larra. Todo es máscara. Todo el año es Carnaval en esta Sevilla donde no se puede contentar a todo el mundo a la vez –uno de sus hijos más idolatrados diría ‘a la misma vez’- sin que se llene el texto con las babas de la ojana que tanto se estila en la ciudad del disfraz perpetuo.

El sevillano de postín no se viste en ninguna tienda rancia o progre, a elegir, sino en Pichardo, templo de la purpurina y de la careta que siempre hay que llevar en esta Sevilla del camelo para que nunca falte la cigala en el plato, la pincelada al centro, la subvención que cae del cielo de la Administración, el favor que otorga el poderoso a quien hinca la rodilla en el suelo y traga como sólo traga el subsuelo hispalense, capaz de tragarse un quiosco entero y pleno como se tragan los sevillanos las noticias sobre su ciudad.

Esta semana nos hemos enterado del penúltimo mangazo carnavalero. Acusan el empresario Troya, con premio repartido por el partido que le sostiene su empresa, de haber cobrado por adelantado un carnaval que nunca organizó. ¿Es surrealista o no es surrealista que a estas alturas del siglo XXI haya que investigar si el carnavalito cobrado a tocateja por ‘adelantati con tomati’ se llevó a efecto o se quedó en un titirimundi de papeles más falsos que las lecciones de Ética que Blas Ballesteros, alisa Erblacky, imparte en Antares?

El tal Troya no ha salido todavía del vientre del caballo para demostrar que su honor no está en almoneda. Se ha quedado más callado que un concejal delante de un bogavante con trapío cuando pronuncia la frase que gritan los toreros valientes delante del toro de Salinas: “¡Dejadme solo!” El tal Troya, carnavalero a sueldo de la muy engañosa ciudad de Sevilla, trincó el parné y si te vi no me acuerdo. Si Larra hubiera tenido que escribir sobre esta Sevilla se habría pegado dos tiros en vez de uno. ¡Niño, llena el revólver, que paga la casa! O habría hecho lo mismo que en aquel memorable artículo: “Animado con esta reflexión, cogí la pluma y ya iba a escribir nada menos que un elogio de todo lo que veo a mi alrededor”. Pues eso, elogiemos lo que vemos. A ver si así cae al menos una cuarta de gambas arroceras para echarlas en la cazuela…

Elogiemos a los concejales que asistieron al cursillo de los asesores de Obama… y a los que no fueron porque se lo impedía la pelea interna del partido. Ya saben: donde fueras, haz lo que Viera. Y como Viera no fue, ellos no asomaron la gaita. Elogiemos el uso del dinero público para organizar esta media jornada que tenía como único fin el aprendizaje de las técnicas precisas para ganar elecciones. Elogiemos la partitocracia pagada con fondos públicos mientras los padres y las madres del Antiguo Padre Manjón pagan de su bolsillo los gastos del colegio público.
Ya puestos a elogiar, elogiemos la campaña de Navidad que el aparatchick García, ese seguidor de los grandes libertadores como Lenin o Stalin, ha organizado para el Casco Antiguo. Elogiemos las conferencias sobre campos magnéticos, que son tan navideñas, y las competiciones de paint-ball, que son tan ecopacifistas como el programa que nos venden estos comunistas de saldo. ¿Será por elogiar? ¿No vivimos acaso en la ciudad que le rinde culto a la diosa Ojana, esa Astarté rediviva que representa como nadie el espíritu crítico de la ciudad?

En Sevilla nunca hubo Carnaval aunque el tal Troya, que es el secretario del partido del Régimen en San Jerónimo, organizara un ‘tinglao’ chirigotero que nadie sabe si llegó a montarse aunque no haya duda de que se cobró como cobra el primo del alcalde: por adelantado. El Carnaval de la Alameda es una leyenda urbana, como se dice ahora. Ya lo demostró el maestro Burgos en sus impagables artículos sobre Regaera y Carabolso, sobre Escalera y Taburete. Pero aquellos artistas de la murga no tenían lo que tiene el carnavalero Evaristo Troya. No se puede ser más listo ni más ‘socialisto’ que Evaristo. Y en cuanto al apellido Troya, ¿cómo no vamos a darle el premio que se merece este organizador de carnavales imaginarios? Evaristo Troya… y agarra el dinero antes de que sea tarde, que la cosa está que arde.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

PACO BUENOS DIAS, AYER TE ESCUCHE CON CARLOS HERERA HABLADO DE UN LIBRO, CON EL TEMA DE ETA. NO PUDE TOMAR EL TITULO
PODRIAS INDICARMELO, GRACIAS
JALITO3005@HOTMAIL.COM

11:08 a. m.  
Blogger Patrimonio de Sevilla said...

Los peces de la amargura. Fernando Editorial Tusquets. Es una obra conmovedora. Cuando lo leas me cuentas.
Un abrazo,
PAco Robles

5:45 p. m.  
Blogger Patrimonio de Sevilla said...

Perdón: el autor es Fernando Aramburu

5:46 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sr. Robles:
Esta ciudad, la de la ojana, la del revenío más que rancio, la clasista, la del regimen sociata, la mantenedora del politburó supremo sociata, es atrasada, sucia, lamentable, opresora... pero es mi ciudad. Estudié fuera, trabajé fuera, y un día, un amigo me mandço un mensaje de móvil: Tío vente para la ciudad mas bonita del mundo y mas hija puta del planeta... y eso, que me volvi. Lo siento, pero no puedo vivir sin una mañana de Domingo de Ramos, llendo a casa de mi Madre a comer unos filetitos empanaos mientras otro año más me dirá que la Virgen de la Puerta Osario está más guapa que nunca. A veces pienso que hago aquí, porque esto no tiene arrelo, y siempre pienso en que esa mañana de Domingo de Ramos no la hay en ningún sitio. Lo penoso es que esto no tiene arreglo

12:05 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eso sí, todos los años me prometo que este es el último que paso aquí, pero soy debil. Porque la verdad verdadera es que la ciudad no es de carnaval... es del TBO. Y el tal troya, que me la agarre...Que cara más dura

12:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Admirado don Robles: Al lado de los de usted, los que calza el caballo del Cid son unos huevecillos de caca. Esta noche me acabo de enterar de un dato que no conocía: los sindicatos tienen 270.000 (doscients setenta mil) liberados. Si a estos les unimos los de los partidos políticos, los supuestos asesores (¿De qué asesorarán si en su mayoría son analfabetos funcinales, entre ellos el padre de alguna ministra, más cursi ella que Rodrigo Torrijos?)parientes, pesebreros del carnet en la boca, empresarietes de la cuerda que cobran por trabajos que nunca realizaron, redactores de facturas falsas, receptores de subvenciones como premio a su militancia, y un etcétera de la leche, yo me pregunto, don Robles: ¿A cuantos sinvergüenzas estamos OBLIGADOS a enviarles el sueldo a su casa?
Esa banda-ejército no tiene vergüenza porque nunca la conoció, pero ¿A qué altura queda la nuestra por consentirlo?rebenque

1:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero hay que vé como se ponen ustede por esto insidente sin importansia. Y que casualidá que siempre é arguien der soe o de isquierda unida. Dejarse ya de quejarze joé. Lo que tenía que habé son máh velá, máh carnavale, máh puente, mah langostino, máh sigala y tó subvensionao. Viva el solsticio de invierno. Niño!! porme otra servesita ijo y comostamo en navidá, media de langostino. Olé!! que bien se vive en sevilla...

12:52 p. m.  

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