Manos a la obra de Enric Sopena, penita, pena...
No fue una retransmisión en clave periodística, la efectuada una vez más por Telemadrid. Fue una apología o un publirreportaje gratis total. Estamos ya acostumbrados. La televisión pública de Madrid se ha convertido, desde que llegó Esperanza Aguirre –y llegó gracias al tamayazo-, en una plataforma propagandística al servicio de la derecha, sin fisuras, salvo alguna que otra de carácter interno.
Otro mitin itinerante del PP, desarrollado durante tres horas en directo y visto a través de la televisión de Aguirre. Sólo una voz -en medio de tanto disparate- prudente y sensata. La del colega Fernando Jáuregui. La excepción a la regla. En efecto, otro mitin gigantesco cuando faltan menos de cuatro meses para sus elecciones. Aguirre ayer tarde estaba ahí, en la manifestación. Alberto Ruiz Gallardón, también, aunque su ex televisión lo ninguneara. Aguirre y Gallardón Para ambos era su manifestación, la manifestación de su partido. El 13 de enero, Aguirre y Gallardón brillaron escandalosamente por su ausencia. Se escondieron. Ni siquiera luego pidieron disculpas. ¿Eran o no ciudadanos de Madrid los dos ecuatorianos muertos el 30 de diciembre por ETA? ¿Eran o no madrileños los ciudadanos que salieron a la calle hace tres semanas?
Neofalangismo. “Ésta es la España nacional, la verdadera España”, sentenció en Telemadrid Miguel Bernad, el secretario general de Manos Limpias, ese minoritario sindicato de funcionarios, que es una expresión más, y muy activa, de la extrema derecha. O de la derecha extrema. O del neofalangismo sin complejos. Tenía razón Tenía razón Bernad. Lamentablemente, este torquemada tenía razón. La manifestación, promovida por el Foro de Ermua, por la AVT y numerosas organizaciones -incluso fantasmagóricas y, por supuesto, ultramontanas-, todas ellas talladas a la medida de Génova 13, era la manifestación de los autoproclamados nacionales. Ahí estaban los herederos sociológicos de la España nacional o franquista. Su viaje al centro empezó en la plaza de Oriente. Ahora ha llegado a la Puerta de Alcalá. Himno Nacional La derecha siempre ha tratado de apoderarse de España.
Estos patriotas de conveniencia en el fondo son okupas. Practican desde siempre la apropiación indebida. Se les llena la boca con la palabra España, se envuelven en la bandera, transforman el escenario en una verbena de banderas y, en esta ocasión, la concentración concluyó con un efecto sonoro impactante. Los altavoces difundieron el Himno Nacional. Hubo de todo La verdad es que hubo de todo. La retransmisión se ajustó milimétricamente a las necesidades del guión.
Gran momento estelar para los travestís ideológicos. De pronto apareció Rosa Díez y soltó su retahíla de reflexiones genovesas. Iba acompañada de la Unificación Comunista de España, que es un partido estalinista que pidió el voto para Ciutadans en las anteriores elecciones catalanas... Rosa necesitaba un atrezzo de izquierdas a su altura y así lo tuvo. A Antonio Aguirre, uno de los oradores del mitin televisado, que fue presentado como militante del PSE, de UGT y del Foro de Ermua, le dijeron como piropo: “Este socialista sí es de izquierdas”.
Los detritus de Alcaraz . Habló Alcaraz y sacó detritus por la boca, como es su costumbre. “Sr. Zapatero –dijo-, la rendición a los pies de ETA es de cobarde e irresponsable”. Habló finalmente Mikel Buesa, el presidente del Foro de Ermua. Había adelantado su discurso en la tercera de ABC: “El Gobierno nos ha decepcionado. Su presidente, ignorando todos los antecedentes de nuestra historia democrática, no ha querido ponerse a la cabeza de la resistencia de la sociedad frente al terrorismo. Y por eso ha llegado la ocasión de decir basta”.
Charlatán de feria. Buesa, que parece un charlatán de feria con barniz de ilustrado, vivió su minuto de gloria. Muchos minutos de gloria. Se inventó que la manifestación era ideológicamente plural. Pero el pluralismo del que alardeaba incluía los sectores claramente fascistas –numerosas banderas requetés se mezclaban con algunas del aguilucho, recordando viejos tiempos- y los distintas tonalidades de la derecha española, con Aznar avanzando entre la muchedumbre.
Acoso y derribo. El PP exhibió de nuevo su capacidad de convocatoria y su obstinación por no concederle ni el más mínimo beneficio de la duda al presidente del Gobierno. Van a por Zapatero y centran toda su estrategia de acoso y derribo en el gravísimo capítulo del terrorismo. Para ello necesitan que ETA regrese a su maligna actividad asesina. ¿Son conscientes de que su futuro no está en su mano, sino en manos de ETA?
La manifestación del obispo. Ayer en la manifestación organizada por el obispo de Bilbao, monseñor Blázquez participaron varios miles de personas y estuvieron representados el PNV y el PSE. Blázquez exigió a ETA su disolución inmediata. Pero al presidente de la Conferencia Episcopal Española, que es un moderado con bastante sentido común, no se le pasó por las mientes criticar ni a Zapatero ni a Ibarretxe. Y, además, su lema se refería a la paz. ¿Blasfemia? ¿Sacrilego? ¿Cisma? A ver si este obispos es un luterano con piel de cordero y Alcaraz, mientras, con esos pelos. Y lo de pelos nunca mejor dicho.