Así describe Isabel Martínez, la directora de la prisión de Algeciras, a los presos etarras: “Son personas tan normales como cualquiera, y de trato ameno. Son personas muy cultas, muy honradas, de un alto nivel intelectual. Nunca he tenido problemas serios con ellos, y son personas normales. Existe una realidad que todos desgraciadamente conocemos, pero son personas que dentro de la prisión tienen un comportamiento muy normalizado. Incluso, hasta a veces se puede aprender de ellos”.
Entre esas personas normales y educadas de las que se puede aprender está De Juana Chaos. Seguimos con las comillas y reproducimos lo que escribió el ameno De Juana cuando se enteró de los asesinatos de Alberto Jiménez Becerril y de Ascensión García Ortiz: “Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes”.
¿Debe seguir la señora Martínez dirigiendo una prisión donde hay etarras?
¿Sufre síndrome de Estocolmo?
¿O aquí hay gente que quiere blindarse como sea para que los tiros siempre busquen las nucas de los demás?