jueves, abril 26, 2007

Flamenca descalza


Cuando la tarde cae después de la estocada que se hunde en las agujas del Aljarafe, ella viene por el puente después de un día de Feria en el sentido pleno del término. En su cuerpo se retuercen las volutas del volante y la cadera, la rotundidad del cuerpo femenino que serpentea el talle mojado por los goterones en flor de los lunares del vestido. Va envuelta en el mantoncillo que cubre los hombros levemente caídos por el cansancio. En sus ojos se adivina una pasión fugaz. Clava la mirada en la dársena, en el rizo ondulante de las aguas quietas: en la Feria todo es un engaño, como en el río que no se mueve jamás. Lleva en sus manos los zapatos manchados de albero. Entonces recordamos a Ava Gardner en “La condesa descalza”. Ese erotismo que impregna el perfil sinuoso de la sugerencia se queda ahí, en la escena que conmueve a un individuo que pasa junto a ella y que no se parece en nada a Humphrey Bogart. No es que ella no lo haya mirado a él: es que ni siquiera lo ha visto...

martes, abril 24, 2007

Buganvillas para Bayón

“Que todo el mundo sea culpable para que nadie me eche la culpa a mí”. La máxima de Chaves mejora la frase de Lampedusa que brilla con luz propia en El Gatopardo. Aquí también se trata de que todo cambie para que todo siga igual: de ahí la obsesión por los eslóganes y la propaganda que convierten un cursillo o una subvención en los motores de la Segunda Modernización de Andalucía. El presidente de la Junta ha dado en el clavo con su acusación general y generalísima. Todos somos culpables cuando se trata de buscar responsables para la corrupción malaya. Todos y todas: la clase política y los medios de comunicación.

Pero hete aquí que los hechos desmienten lo que Chaves afirmó para escaquearse. Hay un partido político que no tuvo nada que ver con esa estructura corrupta que ha corrompido las bases del Estado de derecho: Izquierda Unida, sin ir más lejos. Las responsabilidades por dejación del PP tampoco pueden confundirse con los talones que Jesús Gil le endiñaba al PSOE antes de cambiarse de bando. En vez de pagar al político de turno se puso en la poltrona para cobrar las comisiones y para edificar sin impedimento alguno.

Todos no son iguales ante la corrupción marbellí, así que Chaves puede ahorrarse la técnica del ventilador en esta caso. Y en cuanto a los medios de comunicación y a los periodistas que trabajan en ellos, más de lo mismo. ¿O es que puede compararse la labor de aquellos servidores mediáticos del GIL que se sirvieron a su vez de sus prebendas, con la tenaz oposición de periodistas como José Carlos Villanueva? Los primeros recibieron su parte del botín mientras el segundo tuvo que soportar amenazas y agresiones. Su rostro apareció como fondo de unas dianas que no eran precisamente de Gales. Y en el periódico que imprimía el grupo de amigotes del bueno de Manolo le hicieron la vida imposible. Así que no nos venga ahora Donmanuel con la milonga del igualitarismo.

En este punto tocamos el lado más delicado de este espinoso asunto. Un periodista cabal hasta el extremo del compromiso con la verdad fue maltratado por el régimen chavesiano por empeñarse en denunciar los abusos que padecían y siguen padeciendo los andaluces que no se pliegan al sistema. Se llamaba Félix Bayón. Hace un año se despidió para siempre. Añoraba una Andalucía que fuera como una Dinamarca con buganvillas. Añoraba el bueno de Félix algo que no había conocido en vida y que nadie puede contarle después de su muerte. Ni esto es Dinamarca, ni queda espacio en Marbella para las buganvillas, ni la libertad es el quijotesco bien más preciado por los nuevos señoritos andaluces.

Félix Bayón sufrió persecución por causa de la justicia que defendía con uñas y argumentos, con los dientes apretados de la palabra. Por eso el mismo Chaves se empeñó, personalmente, de que lo despidieran del grupo de comunicación donde trabajaba. El bueno de Manolo no podía soportar las verdades del barquero que le cantaba Bayón antes de embarcarse en la nave definitiva que pilota el inevitable Caronte. Todo esto no lo decimos a humo de pajas, ni es una invención surgida a golpe de consigna: los argumentarios se los dejamos a los partidos políticos que buscan comediantes para sus mítines... como si no tuvieran bastante con los caricatos que hacen de portavoces. Estas verdades como catedrales nos las contó Félix Bayón junto a la catedral de Málaga.

Ahora que corren vientos de odio y conveniencia a cuenta del cuento de la media memoria histórica –en algunos casos más bien histérica- bueno es recordar que no todos sucumbieron frente al envite del GIL. Valga este humilde artículo como ramillete improvisado de buganvillas que honren la dignidad de Félix Bayón y de todos los que han seguido su estela limpia y transparente.

sábado, abril 21, 2007

Síndrome de Peter Pan

Lunes 16 de abril de 2007, página 36 de EL MUNDO de Andalucía. Dos noticias pared con pared, columna con columna. En la primera se lee este titular: “Un estudio advierte sobre la extensión del ‘síndrome de Peter Pan’ en Occidente”. Justo al lado, otro titular: “Rector sostiene que la represión no es la solución para combatir el botellón”. El estudio sobre el ‘síndrome de Peter Pan’ lo ha realizado la profesora Robles Ortega, de la Universidad de Granada, y en él avisa “del efecto negativo derivado de la sobreprotección a la que someten muchos padres a sus hijos”. El rector al que se refiere la otra noticia es el de la Universidad granadina. Las dos caras de la misma moneda y sin salir de la misma universidad.

El ‘síndrome de Peter Pan’ es algo tan evidente que la profesora Robles Ortega da en el clavo cuando apunta sus rasgos más comunes. Los niños sobreprotegidos crecen en un ambiente tan cómodo que no son capaces de enfrentarse con la realidad. Son los niños del trauma. ¿Recuerdan? ¡No nos ha dado nada el mester de progresía con el dichoso trauma! Al niño no se le podía reñir porque podía coger un trauma de tres pares de narices. ¿Castigarlo? ¡Por nada del mundo! Al cabo del tiempo ese niño hace botellón en la calle y llega el rector de su universidad para pedirle poco menos que perdón: “Todos podemos hacer un mayor esfuerzo, incluyendo a la propia Universidad”.

¿Qué esfuerzo deben hacer las universidades andaluzas? ¿Acaso van a convertirse en organizadoras de actividades lúdicas para entretener a estos mayores de edad? Aquí tocamos el quid de la cuestión y del artículo que pergeñamos por obra y gracia de la comparación citada. Los mayores de 18 años no renuncian a sus derechos, pero a la misma vez –que diría el de las sevillanas del guauguau- pretenden conservan las prebendas que se derivan de la minoría de edad. Todo reunido en un mismo pack, que dirían un cursi o un anglicano según Carmen Calvo.

Lo curioso del caso es que las características que la profesora Robles Ortega les atribuye a los peterpanes los acerca a los barandas políticos que nos gobiernan. Lean con lupa: “Algunas características de este trastorno son la incapacidad del sujeto de asumir responsabilidades, comprometerse o mantener su palabra, la excesiva preocupación por su aspecto físico y su bienestar personal y la inseguridad en uno mismo, a pesar de que no lo demuestre y pueda parecer lo contrario”.

Ahora podemos interpretar mucho mejor a la clase política. Padecen el síndrome de Peter Pan... con manteca, preferiblemente del color colorado, vulgo colorá. Juegan a la política partidista y partidaria y se esconden de sus responsabilidades achacándole todas las culpas al contrario. No hay nada mejor que un buen enemigo para gozar de la vida: ahí se depositan todas las culpas, todos los fracasos y todos los desengaños. ¿Seguimos? Esto que viene ahora es como la carne de membrillo, porque no tiene desperdicio: “Tienen ansiedad cuando son evaluados por sus compañeros de trabajo o sus superiores, ya que son absolutamente intolerables ante cualquier crítica”.

Los peterpanes ya no se quedan en el reducto empalagoso de las familias progres. Los peterpanes han llegado hasta los despachos donde ejercen como tales. A su inmadurez congénita le unen las volutas del colmillo retorcido por tantos años de demagogia. La mezcla es explosiva, y así nos va. Tras veinticinco años de poder en Andalucía, los peterpanes del régimen chavesiano son incapaces de asumir ninguna responsabilidad. Y de las críticas no hablamos. En cuanto alguien alza la voz o escribe lo que piensa, estos niños del trauma los convierten en enemigos del partido y de la patria. Sólo les falta que el rector los lleve de botellón, pero ese problema lo tienen resuelto. Entre todos les pagamos la VISA Capricho con la que dan rienda suelta a sus antojos. Ya se dijo antes: Peter Pan... con manteca colorá.

jueves, abril 12, 2007

Historia de Andalucía

La revista de Historia de la Junta de Andalucía favorecerá a los autores "progresistas". Lo dice su nuevo director, Carlos Martínez Shaw:

"Dada la configuración social de Andalucía, la revista tratará de ser progresista. Una publicación conservadora no tendría sentido, pues esta tendencia ya posee demasiados medios donde expresarse, en otras revistas que pertenecen a la caverna. Nuestra ideología es la democracia, el laicisimo y los derechos humanos".

domingo, abril 08, 2007

Vuelta a las andadas

Perdón por el paréntesis, pero ya estamos otra vez aquí. Volvemos a las andadas y a ese sano ejercicio de la crítica.
Chaves ha dicho que no hay necesidad de abrir el debate de su sucesión. ¿Cómo lo veis?
Además le ha lanzado un órdago al PP andaluz: si no saca más concejales en las próximas municipales, que se calle. ¿Una nueva cofradía del silencio en Andalucía?
Aquí no nos callamos, así que a debatir se ha dicho...