jueves, mayo 31, 2007

Segunda vuelta

Segundas partes siempre fueron malas: quien crea esta aseveración sin más apoyo que el prestado por la frase hecha debería leer la segunda parte de El Quijote. Y después hablamos. El refranero, a todo esto, ponía de los nervios al ingenioso hidalgo cuando su fiel escudero lo repetía incesantemente. Hoy el escudero de un ingenioso político sería un asesor, un jefe de campaña, un secretario de organización, un adicto al convite y a la derrama generosa del dinero público que engrasa la maquinaria del gran teatro de la política para que nadie se quede fuera del escenario. Hoy Sancho Panza es un arquetipo multiplicado hasta la saciedad, que por ahí se empieza: por saciar el hambre de poder y el apetito que provocan el solomillo y la cigala, que no sólo de pan vive el baranda.

Segundas partes son buenas en política. Basta con echar un vistazo a la vecina Francia, al debate que mantuvieron durante dos semanas, frente a frente, Sarkozy y Royal. ¡Qué envidia! Dos fórmulas de gestión, dos maneras de hacer política, dos modelos de sociedad enfrentados y debatidos para que el personal pueda elegir con todas las consecuencias. Por contra, aquí vivimos en una tierra de demócratas advenedizos que pretenden enseñar a los esquimales las técnicas de construcción del iglú. Y que pactan debajo de la mesa camilla del poder los pactos y los pasteleos, los chalaneos que les sirven para intercambiar alcaldías como cromos con el único objetivo de conseguir más poder para colocar a los afiliados en un cargo público que les resuelva la vida. Eso es todo.

En Andalucía se echa de menos esa segunda vuelta que le permita a Monteseirín erigirse como vencedor de unas elecciones en las que se le ha quedado cara de segundón por mucho que se esfuerce en disimularlo. Una segunda vuelta para que los jiennenses se definan por Sánchez de Alcázar o por Carmen Peñalver: cuerpo a cuerpo, voto a voto. Así, en Almería no valdrían las componendas que a estas horas estarán tramando los meginos del GIAL, propietarios de la llave que abre esa golosina de la gerencia de urbanismo. ¿Quién cogerá la llave, matarile, rile, rile...? El que mejor juegue al trile, matarile, rilerón, chimpón.

Y en Córdoba la llana, lejana y sola como el andalucismo que ha naufragado en el charco que ellos mismos se han encargado de rellenar, el pueblo soberano elegiría al alcalde o a la alcaldesa, a Nieto o a Aguilar, al modelo del PP o al de IU. Nada de ponte tú aquí para que el mío de allí se coloque con los tuyos de más allá. La ciudad se convertiría así en la verdadera sucesora de la polis ateniense, en el paraíso de una democracia gobernada por el pueblo. Pero esto, ¡ay!, les restaría influencia a los aparatos de los partidos, a los burócratas que tejen redes y clientelas en las covachuelas donde el aparatchick se resarce de su mediocridad social. Quien no fue capaz de triunfar en la vida trama su dulce venganza en la sombra del poder. Ahí está la clave que explica tanta llave, la jugada de pizarra que llevan a cabo los pizarros.

En Andalucía hay alcaldes que se han ganado el sillón directamente en las urnas. Y alcaldesas que han roto moldes para afianzarse sin miedo a conjeturas: Pilar Sánchez en Jerez de la Frontera y Ángeles Muñoz en Marbella son dos claros ejemplos. Una del PSOE y otra del PP. Pero esos cambiazos que pretenden vendernos como pactos de progreso no se los creen ni los muñidores que a estas horas están encerrados en el aire viciado del círculo vicioso del poder. ¿No quieren fomentar una participación que va cayendo de forma continua? Pues que prueben el modelo francés. A pesar de lo que diga el manido refrán que tanto molestaba a Don Quijote, en política segundas vueltas siempre fueron buenas. “Allons enfants de l’Andalusie...”

pacorobles63@gmail.com

martes, mayo 29, 2007

29 de mayo de 2011

Cuando despertaste, el teleférico ya estaba ahí. Al otro lado del cristal de la ventana, con sus relucientes cabinas casi al alcance de la mano. Hoy no lo usarás para subir al Aljarafe como haces casi todos los domingos. ¡Cómo ha cambiado el Aljarafe en estos cuatro años! Si te hubieras ido de Sevilla durante este tiempo te resultaría imposible reconocerlo. Una línea de cercanías potente y eficaz ha terminado con los atascos que colapsaron la entrada de Sevilla hasta 2007. Y el teleférico te ofrece la oportunidad de contemplar una Tablada más verde que nunca, con su camping de lujo, con su parque botánico, con el arboreto más grande del mundo, con los paseos por donde transita una ciudadanía satisfecha y feliz.

Hoy no subirás al Aljarafe porque es el día de las elecciones municipales, 29 de mayo de 2011. La ciudad está sosegada y en calma, como te recuerda el policía de proximidad cuando te saluda nada más salir de casa. Cruzas el carril bici con cuidado para no molestar a los cientos de ciclistas que lo llenan a esta hora de la mañana. Entonces te asalta la duda que te obsesiona desde hace un año. ¿Qué medio de transporte vas a escoger para ir al centro?

Quieres darte un paseo por la ciudad histórica antes de votar y no sabes si te apetece más coger el tranvía silencioso y sin catenarias que te dejará en la Campana, el bus fluvial que te deja en la Torre del Oro tras disfrutar de un paseo por el río a bordo de un catamarán de diseño, o tomar la línea 2 de metro en la estación Blas Ballesteros: le han puesto una calle después de la Champions que consiguió el Betis en 2010 bajo su presidencia. Eliges el metro para no tener que sacar el coche del aparcamiento que te han construido justo debajo de tu bloque de pisos. Cuando llueve y quieres dar un paseo sólo tienes que ir de aparcamiento en aparcamiento para recorrer la ciudad por sus entrañas sin mojarte la cara ni enfangarte los zapatos como antes.

Después de un trasbordo el metro te deja en Champiñon’s Square, el lugar donde se emblematizó la centralidad vanguardista de una ciudad que dejó el rancio nombre de la Encarnación en el baúl del olvido. Te tomas un cortado en el Seta’s Coffee mientras la calle se anima con los artistas callejeros que han convertido Imagine Street en el Covent Garden del sur de Europa. Por la calle Regina aparecen los paseantes que estrenan el nuevo pavimento enmarcado en el proyecto “El pellejo sentimental”, una síntesis ecléctica de granito multicolor que refleja el mestizaje fecundo y pacifista que se dio en la ciudad de las tres culturas.

Tu mujer te llama por teléfono para recordarte que tienes que recoger a los niños antes de comer. El mayor está en la piscina cubierta que presta servicio a la mitad de vecinos del barrio: la otra mitad prefiere acudir al centro cívico que ya abre los domingos con una serie de actividades que convierten el día festivo en algo maravilloso. Como hoy es 29 de mayo, mañana se celebra el Día de la Interculturalidad, festividad que sustituyó al rancio festejo de San Fernando, ese rey genocida que exterminó a los musulmanes que se sentían heridos en su intimidad y que promovieron el cambio de denominación festiva con el éxito que salta a la vista.

Tu hija pequeña asiste a un taller infantil de presupuestos participativos. De camino al colegio electoral te cuenta la última experiencia: para educar a los niños y niñas en los principios de representación política han decidido que el coordinador de la asamblea del barrio disponga de una bici oficial, y que las niñas que forman parte del comité de paridad de género puedan utilizar la Visa Chuches en el quiosco que se construyó gracias al reciclaje de la cubierta de la Copa Davis.

Llevas a los niños a votar para que vayan aprendiendo el valor del sufragio, y les explicas que gracias a las anteriores elecciones municipales de 2007 la ciudad pudo elegir un modelo avanzado que la ha igualado con las grandes urbes de Europa. Ya no hay atascos cuando llueve, y tus hijos disponen de sendas viviendas de protección oficial adjudicadas en el Fondo de Reserva Habitacional: como sobran pisos, se creó el año pasado una lista de adjudicatarios donde se incluyen a los niños y niñas que ya hayan cumplido los diez años de edad.

Tus hijos te miran emocionados. Entre tanto ordenador y entre tanto laboratorio de mecánica cuántica se divisa una vieja urna transparente que acoge en su ámbito democrático las papeletas con los votos que servirán para que la ciudad siga avanzando, con confianza en el futuro, en la construcción de un sueño que se llama Sevilla.
pacorobles63@gmail.com

viernes, mayo 25, 2007

El viejo verde

El socialismo andaluz ya ha aportado un espécimen político digno de conservación como el lince: el viejo verde

El régimen ha resucitado en Sevilla al guerrero del antifax, con equis de incógnita que siempre hay que resolver por arriba. ¿O es que el alcalde de las facturas falsas y la red clientelar no sabía nada? El guerrero del antifax es ese portavoz que desmiente lo mismo que la policía científica certifica al poco tiempo, pero esto también les da igual. En Granada también los han trincado con el carrito de los helados punto com, con el ordenador dispuesto a convocar un botellón que convierta la víspera del 27-M en una fotocopia compulsada de los días que precedieron al glorioso triunfo de ZP. Salvador Pendón ya lo hizo hace tres años y ahí sigue: no le ha pasado nada.

Del voto al botellón sólo hay un paso en forma de convocatoria por Internet que no han desmentido los sociatas de San Vicente. Dan mil rodeos pero no niegan la mayor. ¿Salió la convocatoria del botellón de la mala follá anti Torres Hurtado desde San Vicente al igual que se envió el fax del mangoneo desde el Grupos Socialista del Ayuntamiento de Sevilla? ¿Sí o no? Esa es la pregunta y lo demás son rodeos y mamoneos varios que solo sirven para marear la perdiz. Erchave, a todo esto, se queja de campaña sucia cuando tiene a los suyos pringados hasta arriba. Lo han cogido haciendo trampas con los consejeros que acuden a socorrer a los candidatos del partido. Pero también le da igual: nunca pasa nada.

Si aparece un conflicto de envergadura echan mano de los sindicatos más amarillos de la historia. Ahí están Pastrana&Carbonero asociados para que nadie le tosa al señorito Donmanuel. El ugetista Pastrana amenazaba hace tres años con volar el puente Carranza. Ahora ha rebajado la intensidad de la protesta para no molestar a su partido. De la escala de Richter al índice Pastrana: el puente no se vuela, sólo se corta muy de vez en cuando y se les echa la culpa de Delphi a los americanos.

La guinda de la campaña la ha puesto el candidato del partido -¿qué partido va a ser si vivimos a cuerpo de régimen?- en Arriate. Un candidato de cuyo nombre no merece la pena acordarse, pero que se llama Frutos Barbero, acusa al PP de “promocionar por bares y rincones a su candidata número uno como si tratara de montar una casa de señoritas”. El Instituto Andaluz de la Mujer se ha tragado el comentario de Frutos Barbero como se tragó el de Felipe González cuando hizo su particular disquisición sobre la violencia que sufren las mujeres maltratadas: “De vez en cuando hay alguna que le da caña al tema”. El IAM que derrocha el dinero público en chorradas gramaticales no ha salido en defensa de las mujeres por una razón muy simple: los que insultan son hombres del partido, y eso es sagrado para esta progresía feministoide que cambia su dignidad por un plato de lentejas.

El régimen funciona como una máquina. Los sindicalistas del amarillismo chavesiano, fieles a los acuerdos de concertación que les permiten vivir del presupuesto, entretienen a los trabajadores de Delphi con promesas etéreas de empresas que nadie conoce. En los sótanos se traman redes de facturas falsas y se convocan botellones que le fastidien la campaña al adversario que tratan como si fuera un enemigo a muerte. Y las feministas se callan ante el machismo de los suyos. Ya sólo falta que el candidato Frutos Barbero sea promovido, a sus 66 años, a la categoría de símbolo modernizador que compagina la longevidad activa con el desarrollo medioambiental sostenible: ¿o no es un viejo verde?

martes, mayo 22, 2007

La fe de Zapatero

El presidente del Gobierno alaba en un mitin unas obras que ni siquiera ha visto: de la fe del carbonero a la fe de Zapatero

Llegó Zapatero a Sevilla, la capital del virreinato que gobierna su compañero Chaves, y nos regaló la clave de la política actual. Con su proverbial estilo del talante, unas veces por detrás y otras por delante, el presidente agradeció al alcalde socialista de Sevilla que esta ciudad sea “cada día más admirable por todos los españoles, los europeos y los ciudadanos del mundo”. Eso es un elogio a Monteseirín y lo demás son facturas falsas.

¿Facturas falsas? Para Chaves no pasan de un documento (sic). Ya que estaba Rodríguez presente, podrían haber entonado la canción que les ha dado justa fama a Los Rodríguez: “Sin documentos”. El problema de Monteseirín es que ha ido dejando un reguero de documentos que no tienen nada que ver con la labor que ejerciera en su día Juan Guerra, el hermano del aclamado Alfonso. “¿Dónde están los papeles?”, repetía el gran hermano ante las cámaras de televisión. Ahora sí hay papeles, facturas duplicadas y triplicadas, faxes con el número a la vista y las instrucciones precisas para la señorita Pepi.

Pero de esto no habló Zapatero. Estos temas son más propios de Chaves, que ha convivido con ellos desde que fue ministro de Felipe González. Felipe, Guerra, Erchave... Para que luego digan que la política rancia es propia de la derecha. Zapatero, como hombre de fe, alabó las obras que ha ejecutado a toda máquina el único alcalde socialista de una capital andaluza. Obras que son amores pero que no ha visto el presidente: él mismo lo reconoció en el mitin. ¿Entonces para qué vino a Andalucía?

Otros que viajaron para nada, pero andando bajo el sol y sobre las ampollas de sus pies, han sido los trabajadoras de Delphi. ¿Por qué no los recibió Chaves en Puerto Real? Se habrían ahorrado esa caminata que ya no tiene tintes épicos como las manifestaciones de Novecento, sino un tufillo a antigualla sindical. ¿Sindicatos? Ahí están, guardándole la viña electoral a Chaves para que nadie entre en el granero electoral durante la campaña. Pastrana ya no amenaza con quemar el puente Carranza. Aquello quedó para la época en que gobernaba el PP. Ahora es tiempo de vivir plácidamente en los campos de concertación.

Pero lo más surrealista de la campaña electoral ha salido de los labios de Gaspar Zarrías. Sostiene el virrey de Jaén que el PSOE se encuentra en Andalucía “en inferioridad”. Eso no se lo cree Zinedine Zarrías ni harto de encuestas. Aquí la Junta Electoral ha ejercido su papel de árbitro para poner las cosas en su sitio. De camino han puesto a los consejeros en sus respectivos despachos, que eso de ir prometiendo inversiones si gana el nuestro es más propio de repúblicas bananeras que de una democracia avanzada.

Curiosamente Zapatero se saltó la norma al prometer en Sevilla la ampliación del Palacio de Congresos en un mitin que le sirvió para arropar la candidatura de Monteseirín. Pero ya se sabe que no se le puede pedir limpieza a quien situó en el frente de Madrid a Miguel Sebastián, el político que tiene el dudoso honor de haber situado el listón de la inmundicia política, vulgo mierda, en su cota más alta desde 1977. Y luego se queja Erchave de campaña sucia en la ciudad de las facturas falsas... Como ya se dijo antes, lo de Zapatero y su cuadrilla es el talante: unas veces por detrás y otras veces por delante. Cantan los querubines de Ferraz: Aleluya, aleluya, cada uno con la suya y Gallardón con la Corulla. Cuando tengan ganas de vomitar y no puedan, ya saben que ahí está Sebastián para echarles una mano.

pacorobles63@gmail.com

La Segunda Modernización rociera

Así abre hoy su página web la Junta de Andalucía. ¿Segunda Modernización? ¿Laicismo de conveniencia? Que cada uno lo interprete como quiera. Si queréis más, andaluciajunta.es

Un total de 42 hermandades peregrinan ya hacia El Rocío por los caminos de Huelva, Sevilla y Cádiz
Siete filiales embarcan en Bajo de Guía para cruzar el Guadalquivir hasta el Parque Nacional de Doñana
Andalucía, 22 de mayo de 2007

Más de 40 hermandades peregrinan ya hacia la ermita.Un total de 21 hermandades han iniciado su peregrinación hacia El Rocío, con lo que son ya 42 las filiales que se dirigen a la aldea almonteña por los caminos de Huelva, Cádiz y Sevilla con motivo de la Romería de Pentecostés. La normalidad es hasta el momento la nota dominante y no se han registrado incidencias destacables en el tránsito de los romeros.

domingo, mayo 20, 2007

La caña de Felipe




“Tiene aspecto de tener un motor potente”. Menos mal que ha sido Felipe González el que ha calificado de semejante guisa a Manuela Parralo.

Menos mal que ha sido Felipe el que ha calificado así a la candidata del PSOE onubense. Felipe tiene bula para decir lo que quiera en Andalucía. El aparato del régimen no se moverá un pelo diga lo que diga. La Segolène de Huelva –el hallazgo es del compañero Manuel Becerro- agradecería el cumplido felipista. “Tiene aspecto de tener un motor potente”. Palabra de Felipe. Te alabamos, dios, que diría Txiqui Venegas.

Felipe dio el mitin en todos los sentidos del término: en el ético cuando defendió a Vera, en el estético cuando alabó el motor potente de Segolène Parrado, y en el patético cuando se permitió el lujo de bromear con la violencia que sufren algunas mujeres. “De vez en cuando hay alguna que le da caña al tema”. Hagan un ejercicio de imaginación. Por un momento imaginen que Aznar dice algo así en un mitin de Pedro Rodríguez, alias Perico Rodri. Imaginen al candidato del PP onubense repartiendo abrazos junto al tío del bigote que nos metió en la guerra de Irak para salvarle al PSOE la campaña de las municipales al cabo de los años. “De vez en cuando hay alguna que le da caña al tema”.

Inmediatamente se pondría en marcha la omnipotente maquinaria del régimen andaluz. Las feministas paniaguadas del Instituto Andaluz de la Mujer saldrían a los medios para despotricar contra el machismo propio de la derechona. Los intelectuales orgánicos se ganarían el sueldo de la campaña y los medios públicos se pondrían a disposición de la consigna. Pero ha sido Felipe el que ha desbarrado. Puede permitirse lo que quiera, que para eso es el señorito que puso a Chaves de administrador en San Telmo. El bueno de Manolo también se permite las promesas que confunden la Junta con el partido. Utilizan las instituciones para hacer propaganda del PSOE sin ningún rubor. Lo tienen asumido. Andalucía es suya. Eso es todo.

Menos mal que de vez en cuando sale algún candidato para ponerle sal y pimienta a la campaña. Miguel Martínez, alcalde y candidato del PA en Encinarejo, promete el Viagra subvencionado “porque es una medida social”. De momento el Viagra sirve para aumentar la medida estándar del miembro de la sociedad que está bajo mínimos. La subvención tiene una clara rentabilidad social y electoral: una pastilla la disfrutan, como mínimo, dos personas. El que toma la píldora y la que toma... lo que haya que tomar. Dos por uno y en absoluta paridad. La campaña de las municipales donde tanto se habla de la guerra de Irak se calienta gracias a medidas como ésta, mucho más simpática y atractiva que los exabruptos de Felipe González, ese abuelito que va contando batallitas para no tener que abrir los armarios: los cadáveres que aparecen en cuanto se abren las puertas no son muy agradables.

Nos sentaremos una vez más a esperar. Esperaremos la reacción del IAM, la respuestas de las feministas a sueldo, el reproche que le harán a Felipe los defensores y las defensoras de la paridad y de la igualdad de género. A ver qué dicen ahora. Si se tragaron el guantazo que un concejal socialista le endiñó a una mujer en Aracena, ¿por qué van a discutirle al dios Felipe un simple chascarrillo? Cuando era joven iba de ligón por la vida universitaria. Ahora desvela el secreto de su éxito con las mujeres. “De vez en cuando hay alguna que le da caña al tema”. Pues nada, a dar caña se ha dicho. Que ya pasó a la historia el “Alfonso, dales caña” con que animaban a Guerra los antiguerristas de hoy.

miércoles, mayo 16, 2007

Los muertos también votan

En esta campaña electoral se hace presente la paráfrasis del célebre soneto de Quevedo: el voto más allá de la muerte puede quitar y poner alcaldes

En Sanlúcar la Mayor ha estado Chaves para pasearse por la feria con su antiguo escolta Escámez. Ya lo hizo hace cuatro años cuando para auparlo a la Alcaldía mediante la campaña electoral que más votos da: la que se hace de manera sorda en las barras de los bares, en la penumbra de las tabernas, en el murmullo de las tiendas de comestibles, en esas tertulias de media tarde donde se disecciona todo lo que pasa en el pueblo. Pero esta vez el escolta Escámez anda escamado por una sencilla razón. La gente ya no está tanto con él. Antes lo veían como el conseguidor que llevaría al pueblo todo lo que le pidiera a su señorito Donmanuel. En el cortijo andaluz no hemos superado todavía la dialéctica del señorito y el aperaó.

Escámez se olvidó de los muertos cuando se hizo con la ansiada poltrona. Venía de una Junta donde todos son unos vivos y se le fue la memoria que sostiene los cimientos de un pueblo. Escámez no acudía a los entierros, no les daba el pésame a los deudos, no hacía acto de presencia para cumplir (sic). En Sanlúcar la Mayor se le llama cumplir a la asistencia al entierro. Escámez no cumplió donde tenía que haber cumplido y ahí se le fue empezando a ir el electorado. Luego quiso remediarlo, pero ya fue demasiado tarde: se le veía el plumero.

En los pueblos de la Andalucía profunda los muertos votan con su silencio sepulcral, con la memoria histórica, histérica e histriónica que reivindican los que no tienen nada que reivindicar. Los muertos sirven para arrojarlos a la cuneta del adversario hasta convertirlo en enemigo. Con los muertos se cavan fosas demagógicas y artificiales cuando se pregona a los cuatro vientos que la derecha volverá a fusilar a los pobres como hicieron con sus abuelos. Algo que repiten los hijos de los militares franquistas que pueblan las elites de la progresía.

Los burgos podridos de Azaña se convierten en albañales putrefactos con tanto muerto y tanta corrupción urbanística. Los alcaldes prometen más puestos de trabajo a través de la vía digital del enchufe. Para ello se elige preferentemente a quien tenga muchos hermanos, una familia numerosa que agradezca el regalo con una urna repleta de papeletas. Y si no, se buscan los votos como sea, que de eso saben mucho los caciques de Carboneras. El Gobierno de ZP los indultó sin que ni el alcalde Fernández ni su hermana pidieran perdón, que el voto es el voto y aquí hay que ganar como sea.

En Marbella resucita todos los días el cadáver vociferante de Jesús Gil, la memoria arrojadiza del partido que fundó, los talones que prescribieron aunque algunos cobraran la tela del telón. En Marbella, el presidente de la Junta también ha resucitado la vieja manía del caciquismo. Chaves utiliza su cargo público para apoyar al candidato de su partido con todo el impudor al que nos tiene acostumbrados. Es lo mismo que hace en Sanlúcar la Mayor cuando se pasea del brazo de su antiguo escolta por la feria de las vanidades y de las iniquidades.

El caciquismo campa por sus fueros, y nunca mejor dicho lo del fuero. Vuelven los cesantes aunque ya no sean funcionarios sino personal de confianza. Los ayuntamientos se han convertido en agencias para colocar al personal adicto. Se sortean pisos y dormitorios de caoba. Se compran votos por correo. Se sacan los muertos de los armarios de la historia. Andalucía camina inexorablemente hacia el nuevo siglo: el XIX ya está aquí.

pacorobles63@gmail.com

lunes, mayo 14, 2007

Casa tomada. Fernando Savater

Este artículo de Savater, publicado en el diario digital de ¡Basta ya! no tiene desperdicio:


Como no soy jurista –y cada vez entiendo menos el guirigay de quienes lo son- no puedo decir nada relevante sobre la sentencia del Tribunal Supremo que parte salomónicamente por la mitad a ANV, éstos si, aquellos no, pasemisí, pasemisá. Lo único claro es que el brazo político de ETA (que adopta nombres distintos pero practica siempre la misma obediencia) va a estar ampliamente presente en las elecciones y luego en las instituciones vascas, salvo una intervención de última hora del Tribunal Constitucional. Y también resulta indudable que la Ley de Partidos hubiera autorizado otras salidas legales para impedir real y totalmente esa presencia. ¿Qué no había plazo para una impugnación de ANV? Si usted lo dice, le creeré, pero resulta raro que se nos haya echado el tiempo encima cuando la estrategia de ETA se conoce desde hace meses: primero un partido en clara continuidad con Batasuna como señuelo, luego reactivar la cáscara vacía de otro partido “dormido” en la legalidad y dotarlo milagrosamente de militantes, medios etc…de modo que permita el avance travestido de los de siempre. Larvatus prodeo, que diría Descartes. ¿Qué ANV rechaza desde 1930 el recurso a la violencia? Parece que a estas alturas y mediando un reciente atentado con víctimas habría que exigir un deslinde del terrorismo etarra más explícito a quienes tan a las claras provienen de él: si no le entendí mal, se lo oí decir al propio Fernández Bermejo en una entrevista con Iñaki Gabilondo en la Cuatro.
¡Ah, pero es que lo realmente infumable es la Ley de Partidos! Ahora se oye por todas partes: en el País Vasco lo dicen desde el consejero Azkárraga, ese espejo de juristas, hasta el rejuvenecido Alfonso Sastre, cuyas ideas políticas siempre han sido un poco peores que sus obras de teatro, háganse una idea. Pongo la radio y en la tertulia escucho a un mequetrefe que compara esa ley aprobada por amplia mayoría parlamentaria con las dictadas por Franco: es que prohíbe cosas y nuestro héroe es partidario caiga quien caiga (él no caerá, descuiden) del prohibido prohibir. Supongo que de genialidades como ésta le viene el descrédito a Mayo del 68.
Acudiendo a fuentes mas serias, me deja perplejo leer en un editorial de El País (7 de mayo) que “es una ley excepcional y de muy problemática aplicación, en la medida en que es limitativa de derechos”. Hombre, muchas leyes limitan derechos… pero siempre los de quienes los utilizan para lesionar o impedir el ejercicio de los de otros. Como explica a continuación el propio editorial, es el caso de quienes impiden la libre competencia democrática apoyando la eliminación física o la intimidación permanente de sus adversarios políticos. La Ley de Partidos defiende el ejercicio de los derechos políticos de todos, menos de los que quieren simultanear política y crimen para ganar a dos bandas. ¿Y “excepcional”? ¿Por qué es excepcional, si no fue dictada por decreto del ejecutivo sino aprobada en la sede legislativa adecuada? Claro que siempre contó con la oposición de los nacionalistas de toda laya y desde luego hoy mantener una ley que contraríe a los nacionalistas es algo realmente excepcional… ¡Ha sido recurrida en el Tribunal de Estrasburgo! Bueno, no sabemos si prosperará el recurso, pero existe algún precedente orientativo. Por ejemplo, cuando se ilegalizó el Partido de la Prosperidad turco –al que pertenecía entonces el islamista Gül y que contaba con seis millones de votos- por apoyar la violencia separatista y atentar contra la laicidad de Estado, el Tribunal de Estrasburgo ratificó tal medida dictaminando que “la democracia representa un valor fundamental en el orden público europeo pero si se demuestra que los responsables de un partido político incitan a la violencia o mediante mecanismos ilegítimos buscan la destrucción de la propia democracia su disolución puede considerarse justificada” (citado por R. Navarro Valls, “Las dos almas de Turquía”, El Mundo, 3-V-07).
Puede ser que la culpa de todo la tenga, en última instancia, el obstruccionismo del PP a la buena voluntad pacificadora gubernamental. Es lo que parece dar a entender, entre otros miles, John Carlin en su artículo “Es la hora de gobernar juntos” (El País, 6-V-07). Compara la oposición inicial de Ian Paisley a sentarse junto al Sinn Feinn, sus actuales socios de gobierno, con declaraciones semejantes de Mariano Rajoy o María San Gil respecto al reconocimiento de Batasuna. Entre otras diferencias que sería obvio señalar (los dos extremos irlandeses en colisión tenían mutuos lazos con grupos violentos, mientras que en España el brote de terrorismo antiterrorista no vino precisamente de los populares), omite Carlin que la intransigencia de Paisley no ha cesado porque sí, sino porque IRA ha entregado las armas y el Sinn Feinn a reconocido finalmente la policía y la magistratura norirlandesas. Puede que el feroz clérigo haya cambiado, pero sólo cuando también han cambiado las circunstancias, tras una suspensión del parlamento autonómico y una renovada actitud de firmeza del siempre oportunista Blair. Muchas cosas pueden objetarse a la política del PP, sin duda, pero ahora que la valiosa y valerosa María San Gil se ha visto apartada momentáneamente de la política por enfermedad, conviene recordar en su honor y en el de su partido que cualquier concejal del PP en el País Vasco ha hecho más por la defensa de las libertades constitucionales de ustedes y mías que todos los intelectuales abajofirmantes que luchan contra la derechización del mundo desde sus cómodos negocios artísticos o académicos.
Aunque duela decirlo y dejando a un lado la pureza de las intenciones iniciales, ejem, lo indudable ya es que el Gobierno de Zapatero ha fracasado en toda regla en el supuesto “proceso de paz”. Una ETA acorralada, políticamente cortocircuitada y que podía haber sido eliminada en año y medio de haber seguido la política conjunta PP-PSOE de finales del ejecutivo anterior (según afirma la policía francesa) se encuentra hoy revitalizada, rearmada y dispuesta a actuar en cualquier momento. Batasuna no ha cambiado ni un ápice sus planteamientos políticos, ha pasado de fuerza marginal y casi mendicante a interlocutor político privilegiado, además de volver como fuerza electoral y recuperar probablemente sus posiciones perdidas en muchos municipios claves para su financiamiento y reafirmación estratégica. Ha aumentado la presencia radical en los medios de comunicación vascos, sigue la coacción sobre los ciudadanos disidentes y desde luego la extorsión a empresarios y profesionales, contra la que por lo visto nada puede hacerse (¿se imaginan lo que sería saber que cientos de empresas, comercios, restaurantes, profesionales, etc… están pagando mensualmente cantidades importantes a Al Qaeda pero que nada puede intentarse penalmente contra ellos porque bastante sufren ya los pobrecillos?). De Juana Chaos se pasea tranquilo por el mundo y dentro de poco tendrá problemas de sobrepeso, por lo que habrá que mandarle a su domicilio para que haga régimen. Y para colmo todo el mundo asume como inevitable que ETA volverá matar. Digo yo que en cuanto acabemos de desvelar las patrañas y mentiras de la supuesta “conspiración” del 11-M, habrá que empezar con las del “proceso de paz”. Denunciar a quienes dijeron que no había negociaciones políticas (lean, lean los documentos incautados al Comando Donosti), a los que aseguraban sin enrojecer que Aznar hizo lo mismo, a los que sacaban la foto de las Azores cada vez que se les señalaba la de Patxi López con Otegi, a los que nos contaron las virtudes humanitarias y los efectos salvadores del tratamiento penal a De Juana, por no mencionar a quienes aseguraban que había “indicios borrosos” de la voluntad de ETA de dejar próximamente las armas… La Cuatro podría hacer otro buen reportaje, muy objetivo, sobre este tema y hasta les sugiero un título, más triste pero no menos verdadero que el del anterior: “La victoria de los embusteros”.
Uno de los mejores cuentos de fantasmas que conozco es “Casa tomada”, de Julio Cortázar. En él, una pareja de hermanos mayores y solteros vive en la casa de sus antepasados. Poco a poco, deben ir cerrando habitaciones y bloqueando puertas de las estancias “tomadas” por entidades que no se precisan pero se presienten… hasta que finalmente tienen que abandonar su hogar invadido por el Mal. En el País Vasco, muchos de quienes hemos luchado contra el expansionismo del nacionalismo obligatorio estamos en la misma tesitura. ETA y adláteres ocupan las localidades pequeñas, luego las medianas, luego barrios de las grandes y espacios públicos comunes: nosotros vamos cerrando puertas y retrocediendo. Cada vez con menos apoyos y más críticas de quienes se impacientan por nuestras quejas. Los socialistas vascos por ejemplo nos tienen por “miserables”, cuando no por extremistas de derechas (con el PSE pasa lo que con la Ertzaintza, aunque peor: en sus filas hay gente decente y combativa, pero con los mandos actuales no hay manera). Y aún eso es preferible a los que nos muestran su “solidaridad humana” por las amenazas que sufrimos, para acto seguido criticar la Ley de Partidos o recomendar el diálogo como solución de nuestros males. No, que quede claro: no queremos solidaridad “humana” sino política. La “humana” que se la guarden los simpáticos dónde mejor les encaje…
Y habrá que irse, claro. Ya no podemos hacer más. Ustedes, nuestros conciudadanos, tienen la palabra. Si refrendan electoralmente lo que hasta ahora se viene haciendo, sólo nos queda salir a la intemperie y buscar refugio dónde sea. “Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada”.

viernes, mayo 11, 2007

El Partido Institucional

En esta Andalucía ultraconservadora del siglo XXI no gobierna el PSOE, que al fin y al cabo es una reliquia como la imprenta que utilizaba Pablo Iglesias. Aquel partido se ha quedado en las cuatro siglas, en el puño y la rosa, en esa confusa tradición que les sirve a sus dirigentes para darse un baño de republicanismo cuando toca. Quien de verdad manda en Andalucía es el Partido Institucional, un remedo conservador de aquel PRI mexicano que añadió la I de Institucional con todas las consecuencias.

En Sevilla se ha descubierto el pastel y el pasteleo que se traía entre manos doña Susana Díaz, esa diputada nacional que deja en pañales a Castelar, que ha superado en sus discursos la oratoria de Azaña y la prosa límpida de Ortega y de Gasset. ¿Quién no se ha solazado con la lectura pausada de las gloriosas intervenciones de la congresista Díaz Pacheco en la carrera de San Jerónimo? Con sólo treinta y dos años ya ha cursado estudios de Quinto de Derecho (sic). De momento le saca cuatro cursos a Pepiño Blanco, lo cual no es moco de pavo ni de pava.

Además de ejercer como Vocal del Delegación española en el Grupo de Amistad con la Gran Asamblea Nacional de Turquía, doña Susana se dedica a su altísima misión de llevar la Secretaría de Organización del PSOE sevillano. Toda una responsabilidad en estos tiempos que corren. Por eso hace uso y abuso del coche oficial que ella misma se ha asignado en la Diputación Provincial de Sevilla. Los más quisquillosos se preguntarán qué hace una chica como Susana en un coche como ése, pero esta interrogación no es pertinente en el esquema del régimen andaluz. Aquí todo es lo mismo: la frontera que separaba el partido de las instituciones se ha borrado definitivamente, y los viejos señoritos de antaño han dejado paso a las nuevas señoritas de hogaño.

Lo más curioso del caso es que doña Susana justifica semejante atropello automovilístico sin pudor alguno. Los coches oficiales están a disposición del partido. “Claro que me monto y me seguiré montando”. Tanto monta, monta tanto, todo con tal de no ir andando. Esta nueva casta a la que pertenece la casta Susana no sabe qué es un autobús ni un taxi, desconoce qué se debe hacer para aparcar el coche en zona azul, ignora todo lo que se refiere al transporte público que luego pregonan como si lo usaran a diario. Son la viva representación de la demagogia más pura que imaginarse pueda. Es la progresía que criticaba a Martín Villa por su adicción a los coches oficiales. ¿Recuerdan? Doña Susana se montó en el primero cuando aún tenía 24 años de edad y todavía no se ha bajado... ni piensa hacerlo.

Mientras tanto, el sufrido contribuyente andaluz sigue pagando impuestos para que la clase política viva a cuerpo de rey. Se saltan todas las normas habidas y por haber. ¿Qué queda de los ideales republicanos que anteponían la sobriedad machadiana a los lujos de la aristocracia decadente? Nada. Apenas un grupo de comprometidos ciudadanos como el abogado José Luis Escañuela. El republicanismo falso de estos priístas de nuevo cuño es de oropel. Se han hecho los dueños y las dueñas de Andalucía, convirtiendo la Junta en una sede del partido, y viceversa. Las Diputaciones están a su disposición para colocar a la gente de la estructura del partido: los asesores van creciendo a ritmo vertiginoso, y su misión es trabajar para el partido mientras cobran del erario público, como el acompañante habitual de doña Susana en el coche que les pagamos entre todos para que no sufran las molestias que el pueblo tiene que soportar.
“Claro que me monto y me seguiré montando”. Que cada uno le ponga el nombre que mejor le cuadre a la frase. Doña Susana se montó hace tiempo en el taco y en el coche. Y de ahí no hay quien la baje mientras el Partido Institucional siga mandando en Andalucía.

pacorobles63@gmail.com

miércoles, mayo 09, 2007

El Sarkozy andaluz



¿Quién es el Sarkozy andaluz? ¿Existe un político entre nosotros que se atreva a decir, en voz alta, lo que proclama el nuevo presidente de la República vecina? No hablaremos de Rajoy, que sigue enredado en esos complejos que tan buenos resultados dan... a sus rivales, claro está. Centrémonos, que viene del verbo centrar, en la Andalucía de las Hespérides que describió Marguerite Yourcenar: ¿dónde está el Sarkozy andaluz?

La pregunta tiene guasa. Y más peligro que un concejal delante de una fuente de cigalas. De momento hay que señalar lo evidente. En Andalucía no hay ningún Sarkozy porque el pueblo andaluz es incapaz de votar a un individuo que proponga, del tirón, la cultura del mérito, del esfuerzo, del trabajo como medio para ganarse la vida y para ascender en la pirámide social. Eso quedará bien para Francia, pero aquí nos conformamos con el PER, con la Logse que iguala por abajo, con el enchufe que se consigue a través de un conocido que tiene fuerza en el régimen, con los acuerdos de concertación, con las subvenciones que trincan los nuevos intelectuales orgánicos.

El Sarkozy andaluz tendría que aguantar carros, carretas y carriolas rocieras en cuantito dijera que hace falta autoridad para terminar con los problemas de los guetos que rodean las grandes ciudades: eso de barrios marginales quedó para la historia. Una autoridad democrática que preserva todas las garantías del sospechoso, que no se trata de volver al toque de queda. Una autoridad legítima, moralmente avalada por la mayoría de los ciudadanos, ejercida para que los individuos que orillan el sistema de libertades puedan integrarse en la sociedad. Una autoridad, en suma, que nada tiene que ver con esa caricatura que la progresía enarbola en cuanto alguien saca la palabra del diccionario.

Andalucía es tierra abonada para lo contrario. La autoridad es compartida por los alumnos y el profesor. El delincuente es una víctima de la sociedad aunque se demuestre lo contrario. La escuela sirve para que los jóvenes se entretengan con el bachillerato lúdico antes de engrosar las listas de beneficiarios del régimen al que luego tendrán que votar para conservar el subsidio, la ayudita familiar, la subvención que le permita salir del apuro. Si a la criatura se le ocurre romper el mobiliario urbano, el poder se dedica a buscarle una alternativa botellonera y a pregonar a los cuatro vientos que la culpable es la sociedad. O ese perverso sistema promovido por Bush, por Aznar o por esas señoras tan fachas que forman el grupo Las Azores.

Si los franceses fueran tan listos como los andaluces no habrían votado a Sarkozy. ¿Cómo se le puede encomendar la dirección política del país a un individuo que fomentará la identidad nacional? Eso es propio de fachas. Si en Francia hubiera autonomías la cosa sería distinta, y ese mismo fomento identitario pasaría por progre. Todo esto se bate en una coctelera y se sirve en los informativos de Canal Sur: los franceses se habían equivocado al votar a un reaccionario como Sarkozy. ¿Por qué le gusta tanto a la progresía andaluza decidir quién debe gobernar en el resto del mundo?

Las preguntas se quedan en el aire cálido de mayo. Las respuestas pueden esperar otros veinticinco años de pax chavesiana. Así seguiremos mientras existan los sindicalistas a sueldo, los empresarios cursillistas y los intelectuales paniaguados o ajamonados, que en este campo también hay sus categorías. La Logse nos iguala por abajo hasta conformar la nueva “mediocracia” que nos gobierna: un ejército de mediocres sin oficio ni beneficio que ven en Sarkozy al monstruo que puede terminar con su chiringuito. Vamos terminando el artículo y no damos con la clave que pueda deshacer el enigma. ¿Dónde está el Sarkozy andaluz? Y en caso de encontrarlo, ¿quién lo votaría en Andalucía?

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lunes, mayo 07, 2007

Falange andaluza

Todo el mundo tiene derecho a cambiar. Lo ha dicho Chaves para escabullirse del apretón en que lo ha puesto su partido en Córdoba. Todo el mundo tiene derecho a cambiar. ¿A qué viene esa obviedad? El PSOE cordobés ha fichado a un reconocido falangista para elaborar su programa económico. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y hay que hacer lo que sea para que el programa resulte atractivo: que se lo pregunten a López Aguilar, el candidato que pretende gobernar Canarias con el programa de Ciudadanos de Cataluña.

¿Un falangista en el PSOE? El guasón sacará su ingenio más ácido: pues sí que es raro que haya un falangista... solamente. Se pasaron a cientos cuando el carro del vencedor dejó en la estacada a la UCD. Durante la guerra civil hicieron lo propio cuando se unieron al bando franquista. Quedaron los que se denominan a sí mismos auténticos, como el camisa vieja cordobés que se resiste al cambio. Por mucho que diga Chaves este profesor de Economía no ha cambiado. Le pasa lo mismo que le ocurrió a Fernández Ordóñez: quien se ha movido no ha sido él, sino el suelo.

El falangismo del PSOE no se queda en este detalle. Canal Sur es el heredero de aquel Nodo que servía para distribuir la propaganda del régimen. La imagen de Zarrías junto a Rafael Camacho es digna de un noticiero documental al estilo más rancio que imaginarse pueda. Antes las artistas llamaban al palacio de El Pardo para que Televisión Española las tratara bien. Ahora descuelgan el teléfono, en plan Pantoja, y se quejan al virrey Gaspar.

Por mucho que pregonen desde el argumentario del partido que los candidatos deben vestirse de marrón, de gris o de negro, bajo la chaqueta de más de uno aflora el cangrejo que llevan bordado en la vieja camisa azul. Los modos y maneras los delatan. Esos tics autoritarios y totalitarios nos retrotraen a otros tiempos felizmente pasados. ¿O no es totalitario el afán por negarle la legitimidad al adversario político, considerado como enemigo a todos los efectos? “Son enemigos de Andalucía”. Premian a los buenos hasta convertirlos en intelectuales del régimen y castigan a los malos andaluces internándolos en los campos del ostracismo.

El falangista cordobés tiene, de todas formas, casi todo el trabajo hecho. La realidad económica andaluza es un calco del añejo sindicato vertical. Gracias a los acuerdos de concertación se ha establecido la pax chavesiana, esa paz social que no se daba ni en los tiempos el invicto caudillo. Todos a una, como en Fuenteovejuna, pero cambiando la honra por la subvención. Sindicalistas y empresarios se llevan tan bien con el poder político que llegan a confundirse. Había que verlos en la Feria de Sevilla, preludio festivo de un Primero de Mayo descafeinado hasta los extremos del extinto sindicalismo vertical.

Las recetas falangistas ya se han aplicado en Andalucía con el resultado que salta a la vista. Estamos a la cola pero el poder sigue en las mismas manos. Los sociatas se han vuelto ultraconservadores con el paso del tiempo. No quieren que se mueva una hoja sin su consentimiento. Pretenden planificarlo todo para que la sociedad se amolde a sus intereses: falangismo puro. Vivimos en democracia, y eso no puede discutirlo nadie. Pero los que ostentan el poder se sienten demasiado incómodos ante cualquier atisbo de crítica, y eso ya no está bien en un sistema de libertades. Se ha sustituido la información por la propaganda hasta unos extremos delirantes. El régimen lo copa todo. Así no es extraño que el PSOE cordobés cuente con el asesoramiento de un falangista con carné... de la Falange, se entiende. Con el carné del puño y la rosa hay más de uno y más de dos que en cuanto llega el verano levantan el brazo para cantar, cara al PSOE, con la camisa nueva que pagaron con la VISA oro ayer.

pacorobles63@gmail.com

domingo, mayo 06, 2007

El silencio de las mujeres

Lo más llamativo de la sesión de control sucedió en la tribunilla que compartimos los invitados y la prensa. Tras la réplica de Teófila Martínez a cuenta del más que posible cierre de Delphi, varias mujeres de trabajadores que asistían al pleno se atrevieron a aplaudir. Un ujier se les acercó y les dijo que eso no se hace: por el tono parecía que eran niñas en edad escolar. Una de las señoras le replicó a su vez: ¿por qué los diputados sí pueden aplaudir y ellas no? La respuesta del ujier fue de libro: “Porque ellos están en su casa”. Aunque para respuesta la que le endiñó la buena mujer: “¿Y ésta no es nuestra casa también? ¿O es que ellos no viven de los impuestos que nosotros pagamos?”

¡Qué lección de ciudadanía! ¿No quieren implantar la educación para la misma en el sistema escolar que casi se han cargado del todo? Pues ahí tienen una demostración que deberían llevar a las escuelas públicas donde estudian los hijos de los trabajadores y a las escuelas privadas y concertadas donde acuden los hijos de los defensores de la escuela pública. El marcaje al que sometieron a las mujeres de los trabajadores de Delphi fue digno del régimen chavesiano. Hasta en la cafetería del Parlamento fueron seguidas de cerca por un guarda jurado y por un responsable de seguridad que iba vestido de paisano. La palabrería de la presidenta del Parlamento cuando les retiraron unos cartelitos que exhibieron fue digna de la corrección política que está llegando a unos extremos de hipocresía más propios de otros tiempos.

El mismo Parlamento que acoge una de esas exposiciones cursis sobre la paridad y la igualdad de género se niega en rotundo a escuchar las voces de las mujeres que consiguen entrar allí para defender los puestos de trabajo de sus maridos. Aquí no hay paridas ni paridad. Varones por un lado y mujeres por el otro. Esto no casa con la Andalucía de Alicia y de María del Mar Moreno. ¿Por qué no reprimieron los aplausos de los invitados cuando votaron a favor del Estatuto de Autonomía? ¿Por qué usan una vara de medir para unos y otra muy distinta para otras?

El resto de la sesión fue tan previsible que una de las mujeres remató la faena tras la última intervención de Chaves. “¡Hay que ver cómo le ha dado la vuelta a la tortilla!”. El mismo Chaves que alentaba las manifestaciones contra el Gobierno en vísperas de las elecciones de 2004 a cuenta de Astilleros pide ahora un silencio sepulcral a la oposición. Silencio, pueblo chavesiano. Y para conjurar la pérdida de puestos de trabajo propone la creación de “empresas de punta”. La tecnología se la salta del tirón. Empresas de punta... de solomillo con las papas fritas que les servirán a los trabajadores de Delphi para comerse el despido al que están abocados. O la prejubilación que pagaremos entre todos para que la pax chavesiana siga reinando en esta Andalucía donde los sindicatos ya no amenazan con quemar ningún puente: el acuerdo de concertación les tapa la boca, los oídos y el sentido de la vergüenza.

Quien sea capaz de enunciar una sola propuesta de Chaves para terminar con la crisis de Delphi que levante la mano. Ayer sólo se levantó la mano de la autoridad para acallar a las mujeres que llegaron desde Puerto Real hasta la puerta irreal de un Parlamento diseñado por Alicia y su país de las maravillas. Ni siquiera les dieron eso que Chaves denomina palmitas (sic) en la espalda. Una voz femenina lo resumió todo en una frase: “Manolo, te estás equivocando”. La andalucista Pilar González le había echado en cara al presidente el método del SAS: hay enfermos que se tiran un día entero sentados en un sillón. Chaves podría haberle respondido así: “Pues yo llevo diecisiete años en el mismo sillón y no me quejo”. A ver quién se está equivocando aquí...

martes, mayo 01, 2007

Vanidad de vanidades


Vanidad de vanidades, todo es vanidad en esta Feria de Abril que termina su lenta y larga agonía este domingo postrero. Vanitas vanitatis, que rima con el bacalati con tomati que hace unos días nos servía para proclamar la Semana Santa según Sevilla. La vanidad ferial se traduce en esos préstamos que solicitan los sevillanos que se rigen por el mandato de la apariencia. Un director de banco afincado en la ciudad de las trampas nos lo contaba no hace mucho. El hombre se sorprendió cuando llegó la primera primavera, valga la redundancia, y las solicitudes de préstamos llovían sobre su mesa. Cuando preguntó qué ocurría en la ciudad, el empleado de turno se lo desveló de un plumazo: estamos en vísperas de Feria.

La gente se entrampa de un año para otro. Las jarras de rebujito de hoy se convertirán en incómodos plazos que morderán la escuálida cuenta corriente cuando el hielo se haya convertido en las humedades de noviembre. Las gambas de ayer se abonarán en enero, y todo en este plan. Por no hablar de esos trajes de gitana –de faralaes en el dialecto madrileñí- que se estrenan como si fueran sayas virginales y que dormirán el sueño de los justos durante el resto del año. “No te engañes, los caballeros hispalenses no se gastan la tela del telón en Semana Santa, sino en Feria, entonces vienen a la tienda y se llevan los trajes, las camisas, las corbatas que pagarán poquito a poco...” Habla el encargado de una firma de rancio prestigio. “Y lo mejor del caso es que no cambian de talla a pesar de los años, se conoce que el avecrem no engorda...”

Las vanidades de la Feria se traducen en esos carruajes que pretenden retrotraernos a la Sevilla del señorito. La ciudad se debate entre el lujo de la marquesa y la marquesina que aún no acoge el tranvía de Monteseirín. Ahí está el artilugio, expuesto y más parado que el caballo de un retratista para que no nos “farte de ná” en esta campaña electoral. El tranvía de la vanidad personal y política del alcalde refleja el espíritu de esta ciudad que prefiere el parecer al ser. Los dandys locales van de estirados porque están más tiesos que una regla. Como la Sevilla alfrediana, se han entrampado para vivir de las rentas sin darle un palo al agua. Aquí todo el mundo debe más de la cuenta. Empezando por ese Ayuntamiento que ha hipotecado el futuro de la ciudad con tal de salir del paso de la urna.

Se anuncia un metro de mentirijillas como si fuera real. ¿Real? El real de la Feria se llena de carruajes que transportan a los que se sienten dueños y señores de la ciudad por un día, por una semana que pasará como todo lo que pasa en Sevilla: sin pena pero con mucha gloria bendita. En la Feria no da tiempo a pensar, por eso es mejor escribirla desde lejos, como hizo Cernuda cuando se fue a Glasgow para dejarnos el retrato de la Sevilla oculta tras el velo de Ocnos. Pero Glasgow ya no es el lugar cernudiano, sino la ciudad donde se jugará la final de la Copa de la UEFA. ¿Más copas todavía? El Ayuntamiento que no respeta la ética ni la estética se ha encargado de diseñar una “zona de respeto” en el corazón de la Feria para los farolillos verdiblancos. Como suena: zona de respeto para honrar al irrespetuoso Lopera, santo y seña de la peor Sevilla que se pasea por los albañales del humor carpetovetónico.

La Feria de las vanidades se reproduce cada año con ligeras variaciones sobre el mismo canon de la lona y el albero. La misma ciudad que desdeña sus retablos barrocos se encarga de conservar un piso lleno de charcos y cagajones de caballo. Allí se da cita, cada tarde, el zotal que convive con los devotos de san Ignacio de Loewe. El olor a fritanga impregna los costosos trajes que se llenarán de barro en el Charco de la Pava. Todo sea por una tradición tan mal entendida como peor miccionada. ¿O es que el albero es tierra santa para estos fundamentalistas del rebujito y la tortilla deshidratada?
Cuando un sevillano serio se enfrenta con la Feria siempre sale perdiendo. Por eso se marcha del alfoz y se refugia en esa Sevilla que es mucho más real que el teatrillo de toldos y mesas plegables que se monta cada año. Estos sevillanos finos y fríos –no confundir con los que llevan el catavino como si fuera una medalla- se van directamente al exilio temporal que los reconciliará con la ciudad que sigue latiendo en la memoria y en el deseo. Despojada de lunares y de ripios, la Sevilla esquiva y distante aparece desnuda y fatal. Entonces dan ganas de cantarle por esas sevillanas antiguas que jamás se cantan en la Feria. Paradoja de paradojas, todo es vanidad. O viceversa.