sábado, diciembre 30, 2006

Derecha resignada

Hay una derecha liberal que cree en el individuo antes que en la rigidez del Estado, y existe una derecha conservadora que salvaguarda lo mejor de la tradición para no perder el rumbo de la Historia. La derecha puede ser monárquica o republicana, laica o católica con ribetes democristianos. En España hubo una derecha carca y cerril, cuartelera en el peor sentido de la palabra cuartel, una derecha maloliente y despótica. De ese molde han sacado los nuevos progres el espantajo de la derechona que luego han derivado en la derecha extrema, como dice Pepiño Blanco para cumplir con el argumentario del partido que se fabrica él mismo. En vez de extrema derecha, derecha extrema. Así está el nivelito de las ideologías en este arranque de siglo o de milenio, a elegir.

En Andalucía nos encontramos con la derecha más inverosímil: la derecha inexistente. Es un hecho que en esta realidad nacional no existe político alguno que se declare, con luz y taquígrafos, de derechas. Todos se esconden bajo el paraguas del centro, y lo máximo que reconocen es su encaje en el híbrido del centro-derecha. Les da vergüenza declarar lo que son como si fuera un pecado original. En la acera de enfrente, sociatas y comunistoides se permiten el lujo de presumir de izquierdismo sin pudor alguno. Y eso que algunos vienen de la peor tradición política de occidente y de oriente, por no hablar de los que se empeñan en defender a dictadores en chándal.

Frente a este complejo de inferioridad política y moral se ha levantado Esperanza Oña para denunciar la falta de coraje que anida en las mentes de sus propios compañeros de partido. La alcaldesa de Fuengirola ha dicho en voz alta lo que otros hemos escrito más de una vez y más de dos: en Andalucía el PP ha tirado la toalla, el albornoz y el gorrito de la ducha. Esperan que les toque el poder como si fuera la lotería. Se conforman con estar en la oposición, que no es el duro banco gongorino, sino el banco donde cobran los duros antiguos del salario público que les permite vivir del cuento.

Los miembros del núcleo duro del PP andaluz se han acostumbrado a vivir de las rentas del régimen. Son meros figurantes. Viajan en coche oficial o en AVE de mangazo y disfrutan de unos sueldos que no soñarían en la empresa privada. Los parlamentarios tienen más vacaciones que un maestro. De momento, el mes de enero es como más de un culiparlante o culivotante de la camarita andaluza: inhábil. Y el resto del año se limitan a rellenar el expediente.

A la derecha andaluza le hace falta, en primer lugar, reconocerse como tal. Sin complejos y sin ataduras con un pasado que no tiene nada que ver con ellos. Y a partir de ahí, ejercer la oposición con todas las de la ley. No tienen por qué hacer las trampas que el poder perpetra en Andalucía. No hace falta llegar a tanto. Basta con denunciar los abusos del régimen chavesiano sin que les tiemble la voz y sin retroceder ni un milímetro cuando el adversario se convierta en el enemigo que aparece cada vez que se le toca el lado oscuro y corrupto que pretenden ocultar como sea. Arenas sabe muy bien que sin apretar el acelerador no es posible remover las estancadas aguas del régimen andaluz. Y su segunda de a bordo, Esperanza Oña, ya les ha dado el primer toque a los suyos.

En Andalucía vivimos una situación de anemia democrática. Faltan anticuerpos en la oposición que combatan los virus que segrega el ejercicio continuado del poder. IU pretende convertirse en la muleta que dejó vacante el PA. Y el PP sigue anclado en su papelito de actor secundario, de portero suplente que se limita a cobrar el sueldo y a ver los toros desde la barrera. Por eso ha tenido que salir Esperanza Oña a decir lo evidente. En Andalucía la derecha está resignada a mantenerse en la oposición. A partir de ahí que cada vela aguante su palo, que diría el otro...

jueves, diciembre 28, 2006

Alfonso Perales

La muerte de Alfonso Perales ha teñido de luto el puente, el primer paréntesis de estas fiestas que para los apóstoles laicos del relativisimo son eso: fiestas sin adjetivos ni origen asumido. La muerte del político español y andaluz ha supuesto un aldabonazo en el silencio informativo de estos días. Escribimos español porque ése ha sido precisamente uno de los mayores elogios que el finado ha recibido después de su tránsito definitivo y fatal. Omitiremos el nombre del demagogo que lo calificó como tal y nos quedaremos con el acierto de su error. Perales era un hombre que llevaba el signo más en su calculadora política. Lo suyo era sumar y no restar. Por eso sabía ser español sin necesidad de salir de su rincón atlántico donde fue a entregarse a la mar, que desde Manrique es el morir.

Español, andaluz, gaditano... Y liberal. Heredero de la mejor tradición en que se asienta la izquierda democrática. Su último empeño salió adelante por una razón fundamental: Alfonso Perales veía en el otro al adversario, no al enemigo. He aquí la razón de su tenacidad a la hora de pactar con el Partido Popular su adhesión al futuro Estatuto de Andalucía. Lo suyo no era echar cerrojos ni blindar puertas, sino buscar el consenso en aquellos puntos en que fuera necesario. Y luego que cada uno se las avíe como pueda, que para eso la democracia es el conflicto al descubierto y no el juego con las cartas marcadas que algunos pretenden llevar a cabo hasta la instauración de un régimen vitalicio que les asegure, como el mismo nombre indica, la supervivencia.

De carácter afable, tranquilo y pausado, Alfonso Perales era un hombre extremadamente educado. En una de sus últimas entrevistas, cuando aún no había sentido el zaratán fatídico en sus entrañas, reconoció ante Carlos Herrera el error cometido a la hora de incluir a un alcalde del PP en un listado de presuntas corruptelas urbanísticas. No le tembló la voz. Ni el pulso. Rectificar no es de sabios, sino de hombres honestos. Desgraciadamente lo normal es la actitud del mantenella y no enmendalla que está pudriendo los albañales de la política actual. O la identificación del adversario con el enemigo al que no hay que ganar las elecciones solamente, pues el propósito final consiste en eliminarlo del panorama político y electoral para no dejar resquicio a la posibilidad de la alternancia.

En esta Andalucía de unanimidades crecientes, de miedos a hablar mal del poder, de reparos a la hora de ejercer la crítica es necesario que existan más hombres del talante de Perales, que desgraciadamente nos ha dejado antes de tiempo. Sobran esos políticos arrogantes y prepotentes que identifican el cargo con la carga de la hipoteca que pagan con del dinero público del salario que consiguen gracias a la fidelidad al aparato del partido. Sobran los que resuelven la disidencia –palabra que nos remite a otros tiempos y a otros regímenes- a golpe de insulto y de querella. Y falta la generosidad de la inteligencia, el ejercicio de la libertad como el don más preciado que nos dieron los cielos: habrá que seguir releyendo y recitando El Quijote aunque sea políticamente incorrecto.

Cuando se marchó a Madrid, Alfonso Perales nos llamó a un par de cronistas parlamentarios. Estábamos en la puerta del salón de plenos, enmarcados en la bellísima portada de piedra de la que fuera capilla principal del antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Nos llamó para despedirse como mandan los cánones de la buena educación, de esa cortesía que siempre ha identificado a los legítimos herederos del republicanismo tolerante. Le deseamos suerte de todo corazón. Entonces y ahora. Que la tierra le sea leve, como decían los romanos que fundaron ese pequeño paraíso de Baelo Claudia. Muy cerca de allí, Alfonso Perales cerró los ojos para entregarse su cuerpo y su espíritu al mar, que como se dijo antes, desde Manrique es el morir.

lunes, diciembre 25, 2006

La danza del vientre

Hay un Chaves institucional y viajero, amigo de alianzas civilizatorias y de cooperaciones internacionales, políticamente correcto hasta el ejercicio del buenismo zapaterista. A su lado convive el Manolo de andar por casa, el señorito cortijero que le encarga al administrador de la finca que le endiñe un buen zurriagazo a los miembros de ese consejillo audiovisual que pretendían ponerse las botas a cuenta de la casa. ¡Ni que fueran asesores a sueldo del régimen para llegar a esos extremos! Veremos en qué acaba el órdago que le ha enviado Vázquez Medel al virrey Gaspar.

De vez en cuando se unen los dos rostros del Jano bifronte chavesiano y nos damos cuenta de que los caminos de la verdad son inescrutables. El mismo Chaves que se encaja la kipá en Nueva York para darse un baño de multiculturalidad en el jacuzzi de Kofi Annan, se dedica a financiar danzas del vientre y monólogos cómicos en un pub de Aljaraque donde uno de los suyos se hace la campaña electoral con el dinero de todos. El rabino –tómese en la rijosa acepción popular- junto a la que baila con el vientre: peligro... Mas como diría Jack el Destripador, vayamos por partes.

Una cosa es hacerse una foto con un rabino y otra muy distinta volver a difundir el falso tópico de la Andalucía idílica donde convivían las tres culturas. ¿Acaso ningún consejero áulico le ha explicado a Chaves que las juderías eran unos guetos que se cerraban cal y canto por las noches? ¿O tampoco sabe que el mismísimo rey Al-Motamid tuvo que exiliarse porque lo echaron sus propios hermanos de religión islámica? Coger el rábano picante de la Andalucía medieval por las hojas de la corrección política es un disparate que sólo puede entenderse en una sociedad calada hasta los huesos por la ignorancia logsiana.

Para ejercer en el plano de lo concreto ese multiculturalismo enriquecedor –hay gente que se está enriqueciendo con esta nueva industria- los sociatas de Aljaraque, provincia de Huelva, organizan un espectáculo de danza del vientre como colofón a una serie de monólogos cómicos en un bareto del pueblo. De la izquierda republicana que llevaba las comedias de Lope a los burgos podridos denunciados por Azaña, a la hazaña de financiar con dinero público los monologuitos del club de la comedia con cargo al presupuesto de la Consejería para la Igualdad. Todos y todas iguales e igualas por abajo, y al que asome la cabeza se le tilda de facha y en paz.

¿Cómo es posible que no protesten las feministas de guardia que viven, a cuerpo de reina o de princesa, a costa el presupuesto de la consejería igualitaria que promueve estos espectáculos de danzas abdominales? ¿Ahí está el papel de la mujer en la Andalucía al máximo que pregona en candidato a la Alcaldía de Aljaraque? Porque esa es otra: aquí los candidatos del PSOE hacen campaña con el dinero del departamento que dirigen, y si no, compran los votos directamente, que luego vendrá el Gobierno de ZP y les regalará un indulto al carbonero modo.

El mismo régimen que pregona la tolerancia con otras culturas se dedica a laminar en Andalucía al disidente, al que tiene la funesta manía de pensar, al que dice en voz alta lo que otros callan en el silencio de los corderos o de los borregos, a elegir. Nadie escapa a su voracidad. Ni los miembros del Consejo Audiovisual que ellos mismos han creado, ni el minusválido que sufre le humillación de la mentira que lo convierte en falsa víctima del terrorismo. Los mismos que defienden a boca llena los derechos de los más débiles se ceban con ellos en cuanto se sitúan fuera de sus fronteras.

Por un lado anuncian la buena vieja del buenismo zapaterista universal en Naciones Unidas, y por el otro hacen caja electoralista en un pueblo de Huelva con chistes pagados con dinero público y espectáculos de la danza del vientre. El Jano Bifronte ha sustituido al puño y a la rosa.

miércoles, diciembre 20, 2006

La cagané del belén



Doña Mercedes García del Álamo es la Mariana Pineda del siglo XXI. Esta Mercedes le ha negado la merced de la permanencia en el aula al nacimiento que montaron los alumnos de Religión que cursan dicha materia –dicho sea en el sentido espiritual de la palabra- en el IES Las Lagunas de Mijas, provincia de Málaga. La señora García del Álamo es la directora de dicho centro escolar, que amén de público es laico en el sentido más terminante del término. Por eso retiró el dichoso nacimiento y lo guardó en una bolsa de basura para que se llevara a cabo la metonimia que tiende a identificar el continente con el contenido, que no con el carrefour. Una proeza. Una heroicidad digna de figurar en los anales de la lucha por la libertad.

El argumento que esgrimen estos laicos de nacimiento –o de belén- es de libro: no se deben permitir semejantes montajes, ya que pueden ofender a los alumnos de otras confesiones religiosas. Aquí nos encontramos con el primer escollo, o sea, con la primera mentira o falacia, a elegir. ¿Se ha quejado algún alumno de religión distinta a la cristiana por el belén instalado en esa aula? ¿Lo ha hecho algún padre o alguna madre? Respuesta negativa. De momento, la directora García del Álamo está criminalizando a los alumnos de otras confesiones: los considera unos intolerantes en potencia. Algo que difiere de la realidad.

Para confirmar este rollo macabeo –con perdón por el uso de los seguidores de Judas Macabeo- nada mejor que escuchar al que sabe. Sostiene don Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, que en su estancia tangerina pudo comprobar que cristianos y musulmanes compartían fiestas y se invitaban los unos a los otros: la Navidad y la fiesta del cordero eran pretextos para darle rienda suelta a la amistad, que es de lo que se trata. Puestos a llevar las situaciones al límite del absurdo, señalemos que es lógico acudir a un cumpleaños aunque nosotros no hayamos nacido ese día. Incluso hay gente que se alegra cuando se casan los amigos y acuden a su boda...

Continúa el cardenal Amigo –o el Amigo cardenal- su argumentación con un hecho tan curioso como clarificador. Cuando las cosas cambiaron en Tánger y la ciudad pasó a formar parte del reino de Marruecos se decidió suprimir la procesión del Corpus para no herir la sensibilidad de los musulmanes. Esto enfadó a los seguidores de Alá y de su profeta Mahoma, ya que se les consideraba fanáticos e intolerantes. Ellos, precisamente ellos, querían que la procesión saliera a la calle para confirmar que los cristianos eran hermanos y no enemigos.

Si en la Consejería de Educación siguieran al pie de la letra la actuación de la directora García del Álamo, ¿cómo podrían justificar que la consejera Cándida Martínez dirija el coro de parlamentarios que cantan villancicos en el salón de plenos por estas fechas? ¿Se puede asumir eso en un parlamento que también representa a personas que no profesan la fe cristiana? ¿Y qué podemos decir de los barandas que dentro de nada estarán presidiendo procesiones y romerías?

Así pues, que no se confunda y que no nos engañe esa directora que se ha pasado varios pueblos a la hora de aplicar un laicismo mal entendido, peor digerido y fatalmente expelido. Tan mal le ha sentado la ración de laicismo rancio y caducado, que la pobre señora ha dejado su huella en el propio belén que ha desmontado. Para no desentonar con su progresía multiculturalista que respeta a todas las culturas menos a la propia de la tierra donde trabaja, le adjudicaremos una figurilla que hemos importado de Cataluña. La feminizaremos para que no haya desigualdades belenísticas de género. Doña Mercedes García del Álamo se ha ganado, a pulso como es obvio, el papel de cagané. Le deseamos, como a todo el mundo, Felices Pascuas, con perdón. Firmado: la oveja descarriada del nacimiento.

sábado, diciembre 16, 2006

Tomate marroquí



Allí hay tomate. En Marruecos, donde se cultiva uno de los mejores productos que nuestros antepasados trajeron de América, hay tomate. Mucho tomate. De momento hemos invertido 200.000 euros en un museo que es una joya para que Chaves tenga una excusa para bajarse el moro, dicho sea sin ánimo de ofender a nadie. Si en Andalucía es Erchave para sus votantes más fieles, en el cortijo de Mohamed se refieren al augusto presidente andaluz con el artículo árabe que para nosotros es contracción. “Vamos a recibir con mucho gusto Al-Chaves”.

El bueno de Manolo es como Almanzor pero al revés. En vez de razzias hace donaciones. Ya sabemos que la diferencia entre la caridad y la solidaridad es que la primera se ejerce con el dinero propio, y la segunda con el ajeno. En Marruecos reciben Al-Chaves con los brazos abiertos. De vez en cuando va por allí y les deja un sobrecito que contiene el dinero que pagamos todos a escote con nuestros impuestos. A cambio, el rey lo trata a cuerpo de príncipe. Que no le falte ni un perejil, dicho sea de lo de perejil en todos los sentidos peninsulares e insulares del término.

Nosotros donamos 200.000 euros para un museo y Mohamed VI se gasta 2.000 millones de los mismos euros en cazabombarderos que le compra a Francia. A ver quién es capaz de atar esa mosca por el rabo. A ver quién explica, ahora, el sentido profundo de la perla que soltó Al-Chaves para justificar su viaje al protectorado andaluz. Sostuvo Al-Chaves que la mejor cooperación con Marruecos era la cultural, y dentro de la cultural, la museística. Esto es arrimar el ascua a la sardina: a ver si aprenden los que tienen que lidiar con el régimen alauita a la hora de firmar acuerdos de pesca. Pues nada, a fundar el mueso de la patera para terminar con ese tráfico inhumano que consiente el rey que trinca nuestras donaciones mientras exhibe deportivos de lujo y palacios de ensueño. Sus súbditos cruzan el estrecho en pateras y él se dedica a esquiar en las estaciones más selectas de Suiza.

A todo esto, la progresía andaluza ve con muy buenos ojos esta colaboración con un régimen como el marroquí. Para justificar este montaje echan mano del cinismo diplomático, valga la redundancia. Son los mismos y las mismas que luego aplauden los gestos bordes hacia Estados Unidos en nombre de un puritanismo que luego olvidan en cuanto hablan de Marruecos. A cambio, Mohamed VI compra cazabombarderos a Francia para estrechar lazos con la Alianza de Civilizaciones que promueve Zapatero. ¿O no debemos interpretar esta compra de armamento en ese sentido?

Tres viajes en un año dan para mucho. Los dos primeros dieron para tanto, que Al-Chaves no le quedó nada por hacer en el último. Un viaje oficial sin contenido político. ¡Eureka! Si esto es así, ¿para qué fue el presidente andaluz por enésima vez al país amigo? ¿Para inaugurar un museo que ha recibido la calderilla de 200.000 euros? Una calderilla, por cierto, que le vendría bien a más de un monumento andaluz dejado de la mano de Dios, del diablo y de los laicos de temporada que ahora presumen de manifiesto laicista y que dentro de tres meses estarán presidiendo procesiones por toda Andalucía: y en Marruecos porque no hay cofradías al uso, que si no...

Cuando decimos que en Marruecos hay tomate, más de un baranda de la Junta se tentará la ropa. En la política internacional no se hace nada gratis ni por amor al arte. ¿Por qué nos gastamos nosotros el dinero y los franceses se lo llevan en forma de contratos militares? ¿De dónde le viene Al-Chaves esa generosidad con el vecino del sur? Este tema no le sirve al poder andaluz para tapar sus vergüenzas. Por eso no sale, como la Operación Malaya, en los programas del corazón. Aunque podría hacerlo en un momento dado. Como se dijo antes, en este asunto de las subvenciones a Marruecos hay tomate. Mucho tomate...

jueves, diciembre 14, 2006

Réquiem por Lauren

Ha muerto Lauren Postigo y todo el mundo sabe cómo ha sido. Y si no, ahí están los buitres tomateros para hurgar en su corazón de cenizas, que diría el inevitable Lauren con su voz de seda y de junco, con su engolada voz que remataba las frases con palabras rotundas como crisol. Andalucía era, para este rapsoda neobarroco, un crisol con la ele final muy remarcada. Se inventaba teorías sobre el duende andaluz como si fuera el redactor del preámbulo –otra palabra de resonancias postiguianas o postigueras- del nuevo Estatuto de Andalucía.

Lauren Postigo podría haber firmado el dichoso preambulito si se lo hubieran propuesto desde la Junta. Habría respondido con esa frase que emplean todos los que viven del arte. “¿Y eso cómo se llama?” Lauren Postigo no era un friqui, sino un vividor. Lo mismo servía para llenar de coplas el Corral de la Pacheca que para inventarse una boda zulú con todos los avíos para remediar los desavíos de su frigorífico en número rojos. Pícaro con ínfulas de hidalguía intelectual. Un cursi, que dirían en Cádiz.

A este poeta que compuso La Ramona para que la cantara Fernando Esteso le han dado más que a una estera. ¿El motivo? Aquella cuña radiofónica que grabó para hacer la campaña más desastrosa que se ha perpetrado en España desde 1977. “Andaluz, este no es tu referéndum”. La voz de Lauren, que por aquel 1980 ya sabía lo que era triunfar en Televisión Española, fue crucial para que el PSOE lograra desbancar a Suárez. Y para que los socialistas andaluces vivieran, y sigan viviendo, del cuento autonómico del alfajor durante más de veinticinco años.

Gracias a Lauren Postigo se echó a las urnas el pueblo andaluz. Creían que la UCD era la mala de aquella película, pero ignoraban que las condiciones leoninas de aquel referéndum se habían pactado previamente en el Congreso... con el visto bueno del PSOE. La UCD se mantuvo fiel a sí misma, y así le fue. Los socialistas cambiaron de bando y aprovecharon el viaje para cambiar el Gobierno de España. En Andalucía iniciaron una larga hegemonía que se ha convertido en un régimen. “Si vas a votar, vota en blanco”. ¿Recuerdan?

Los músicos y los artistas, vulgo caricatos, que se han subido al carro del poder andaluz no han hecho por el mantenimiento del régimen tanto como Lauren Postigo con aquella cuña. Ni siquiera Los del Río consiguieron emularlo con su razonamiento sobre el voto en el referéndum de la Constitución europea. “Si los políticos, que son los que saben de esto, nos dicen que votemos sí, ¿quiénes somos nosotros para llevarles la contraria?” Lauren Postigo consiguió movilizar a esa Andalucía que Ortega y Gasset comparó con China a la hora de definirla como inmovilista e inamovible. Andalucía se movió, y desde entonces una selecta casta de privilegiados viven, y de qué manera, a costa de aquel invento.

Chaves debería dejar por un momento la dulzura que le provocan sus encuentros con los dictadores bananeros o con los sátrapas marroquíes. Que vuelva los ojos al año 1980. Entonces surgió una voz que llenó Andalucía de agravios irredentos. Era la voz engolada y melosa de un locutor que se prestó a hacer lo mismo que llevan a cabo los voceros del régimen andaluz. Exactamente lo mismo: la propaganda del señorito que le paga. Por eso sería un acto de justicia que el próximo 28 de febrero, con Estatuto nuevo y reluciente, el consejillo chavesiano nombrara Hijo Predilecto de Andalucía, a título póstumo, a Lauren Postigo. Que revisen sus nóminas y sus audis, sus despachos y sus enchufados a la causa. Seguro que no encontrarán a nadie que haya hecho tanto por esta autonomía que les ha dado un poder que jamás soñaron. Si han vivido un cuarto de siglo recordando el eslogan de Lauren, ¿por qué no le rinden el homenaje que se merece aunque ya esté con los artistas de Cine del otro barrio?

viernes, diciembre 08, 2006

La fe del carbonero

“Si me votas te mantengo en tu puesto de trabajo y te subo el sueldo”. El conserje escuchó la propuesta de labios del alcalde, que ni corto ni perezoso le propuso un contrato electoral. ¿El contrato social de Rousseau? Eso quedó para el pasado de la Ilustración. La nueva izquierda zapaterista está más cerca del chavismo venezolano o de su versión andaluza. Puro caciquismo de caqui o de oliva, primera presión en frío al conserje del colegio para extraerle el aceite en forma de voto: así se engrasa la maquinaria electoral en Carboneras, provincia de Almería.

Menos mal que Montesquieu no está enterrado del todo. Alfonso Guerra prometió en su día que terminarían con el tercer poder, que en realidad es el segundo: legislativo y ejecutivo son la misma cosa desde que funciona la disciplina de partido como un reloj. O como un almanaque, ya que les recuerda a los políticos de turno que deben otorgar y callar para llegar a fin de mes o a fin de legislatura. Montesquieu regresa de vez en cuando, como un espectro ilustrado, para ilustrarnos sobre la división de poderes, verdadero eje de toda democracia que se precie. El alcalde carbonero se tiznó y fue condenado a seis meses de inhabilitación. Si en vez de corromper el sistema democrático hubiera cortado una mata de manzanilla habría terminado en la cárcel.

Pues ni siquiera eso. Ni inhabilitación ni nada. A la calle. O al ruedo electoral para seguir haciendo de las suyas. El Gobierno de ZP lo ha indultado para que pueda presentarse en las próximas municipales con su hermana Rosario. En esto se nota la “impregnación de género” con que la progresía zapaterista y chavesiana quiere contribuir a la igualdad entre hombres y mujeres. Hermanos de Guerra y hermanos de Chaves. Sólo hermanos varones. Ya estaba bien de tanto masculino fraternal. Por eso han indultado a Rosario, la hermana del alcalde carbonero que ha salido limpio de tizne y cisco por obra y gracia de su graciosa majestad zapateril.

En la fiesta nacional –con perdón y con una hora menos en Galicia- se indulta al toro que sale bravo y fiero, que mete los riñones cuando se topa con el caballo del picador, que no recula ni se duele en banderillas, que entra a la muleta para comérsela y que repite una y otra vez las embestidas. En la política se indulta al alcalde tramposo que utiliza el presupuesto de todos para comprar voluntades. Luego nos quieren vender desde la Moncloa el código del buen gobierno y del buen rollito. Pero siempre sale la patita sectaria que convierte en inocente al culpable por una sencilla razón: es de los nuestros.

El caso del alcalde de Carboneras desmiente esa aspiración de republicanismo cívico que le sirve a Zapatero para blasonar su progresía. Mentira. Pura mentira. Un republicano de verdad sentiría asco por un comportamiento tan repugnante. Azaña habló en su día de los burgos podridos. Ahora nos topamos con un pueblo carbonizado donde se pueden reunir doce mil firmas para apoyar a un alcalde corrupto que ha sido condenado por el Tribunal Supremo. No estamos hablando de suposiciones, sino de hechos probados y contrastados.

Gobiernan la Diputación almeriense a través de cuatro tránsfugas del PP y ahora indultan al alcalde de Carboneras. Frente a la razón que esgrimían cuando eran hijos de la Ilustración, estos sociatas de falso pelaje nos piden que practiquemos eso que tanta repulsión le daba a don Antonio Machado: la fe del carbonero. Mas no se trata de creer en lo que no se ve. Esto es más complejo: no hay que creerse lo que se ha escuchado. La propuesta del alcalde corruptor es digna de entrar en la historia provincial de la infamia. A ver si alguien imprime una pegatina para conmemorar la ocasión. “Merecemos un gobierno que no indulte a los corruptos”.

martes, diciembre 05, 2006

Los manolitarios

Lopera se llama a sí mismo la mayoritaria (sic) porque habla en nombre de la empresa que posee la mayoría de las acciones del Betis. De este loperismo han extraído los virtuosos de la ironía un vocablo que tiene mucha guasa: la manolitaria. En Andalucía ocurre lo mismo cuando nos asomamos al panorama político. El otro Donmanuel es el representante de la empresa mayoritaria de la región o de la realidad nacional, que por eso no vamos a discutir. Y sus incondicionales son, como no podían ser menos, los manolitarios.

¿Cómo se distingue un manolitario? Es muy fácil. Cuando habla del presidente andaluz no se refiere a él como Chaves, o como Erchave, que diría un votante castizo que piensa en su fuero interno que la pensión o el subsidio, vulgo paga, se lo apoquina Erchave de su propio bolsillo. Ni Chaves ni Erchave. El manolitario o la manolitaria hablan siempre de Manolo. Y cuando se pasan de rosca –o de copas pagadas con el dinero público del cóctel de turno- entonces se tiran al epíteto y lo llaman el bueno de Manolo.

Los manolitarios acompañan a Chaves, o a Manolo, allí donde quiera que va. Si en Guadalajara se celebra la Feria Internacional del Libro, allá que van los manolitarios y las manolitarias para que no le falte compañía al presidente. Viajaron en Bussines Class, que en este caso se pronuncia bisnes clac. Eran la clac del presidente y a la vez –o a la misma vez, que diría el otro Donmanué- desempeñaban el papel de azote de la oposición. ¡Qué valientes son estos progres manolitarios! ¡Qué cantidad de bemoles le echan al asunto cuando se trata de criticar a los que no ostentan el poder!

A la Feria de Guadalajara acudieron los escritores, verdaderos artífices del libro, en clase turista. Se alojaron en un hotel muy arregladito donde también se hospedó, dicho sea de paso y en honor a la verdad, la directora general del Libro: Rafaela Valenzuela trabajó de lo lindo durante los días de la muestra y demostró dónde está la línea que separa al currante del gorrón. Los escritores estuvieron el tiempo justo y necesario para su labor. Pero los manolitarios son otra cosa.

Como siempre hubo clases, los manolitarios se alojaron en hoteles más lujosos y viajaron en primera. ¿O es que alguien puede pensar que todos somos iguales? ¡Faltaría más! La pandilla de Manolo estaba formada por un ejército pacífico y pacifista de burócratas a sueldo, de paniaguados con jamón, de propagandistas adyacentes, de aduladores áulicos. Los de siempre. Los mismos y las mismas. Para que pudieran justificar el paripé se organizaron mesas redondas por medio de la dirección general de la Cuadratura del Círculo. Y allá que fueron en sintonía y armonía, vulgo buen rollito.

Todo esto no lo contamos de oídas, sino de primera vista. Los que estuvimos allí trabajando no tenemos que pedirle perdón a nadie. Ni vamos a callarnos la boca para que los manolitarios no se molesten. La democracia es así. Y la libertad, también. Lejos quedaron, o deberían quedar, los tiempos de las adhesiones inquebrantables. Separemos el grano de la paja, y pongamos al escritor en su sitio y al manolitario en el suyo. La FIL de Guadalajara ha sido un éxito para el sector editorial andaluz. En la Junta hay gente que ha trabajado mucho y bien para aprovechar esta oportunidad. Pero esto no es óbice para que denunciemos en voz alta la desfachatez de un régimen que aprovecha cualquier oportunidad para tejer su red clientelar.

En estos casos, uno está más cerca de Santos Rodríguez, el protagonista de La conspiración de la fortuna, novela imprescindible del escritor mexicano Héctor Aguilar Camín: “un liberal perdido en los meandros de una vida pública autoritaria que recelaba de los individuos autónomos y gustaba de los cómplices leales”. Pongamos manolitario donde Aguilar Camín habla de cómplices leales y entenderemos en qué se parecen México y Andalucía.