viernes, agosto 18, 2006

Poeta en Nueva York

¿Por qué se empeñan en buscarlo entre los muertos? Hoy se cumplen setenta años del texto del poema, no de su escritura. El fragmento nos provoca un escalofrío de barranco y cayuco.

“Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios de las iglesias.
Abrieron los toneles y los armarios.
Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados”.


Un zapatero prodigioso anunció, antes de su llegada al poder, que en Andalucía nacerían miles de Garcías Lorcas. Sin comentarios.

Los progres de hojalata

La revelación del pasado nazi de Günter Grass ha dejado al descubierto la impostura en la que cae el mester de progresía

En su artículo de ayer, Luis Olivencia hacía una lúcida reflexión sobre la arrogancia de la progresía a la hora de impartir una moral –“la moralina del impostor”- que termina en una acusación inmisericorde contra todo aquel que se salga de su redil. Olivencia aprovechaba la confesión de Günter Grass, ese icono de los progres europeos que ha reconocido, al cabo de los años, su pertenencia a las SS. A Borges, que es un escritor colosal, le negaron el Nobel por su incorrección política, aunque nunca estuviera enrolado en el ejército argentino que cometió unos crímenes similares a los de las SS, que por cierto son las últimas letras del apellido Grass.

El tambor de hojalata “grassiano” se ha quedado “grassiento” después de esta revelación. La gauche divine europea se ha atiborrado durante las últimas décadas del caviar que le suministraba el horrendo sistema capitalista, y del foie-grass que le untaba don Günter. En Andalucía han sido más “grassiosos”, ya que por estos lares repletos de bares se prefiere el trazo grueso de Canal Sur antes que la hojalata que da la lata con el tambor de los progres jartibles.

Por aquí tenemos progres de hojalata que pregonan la memoria histriónica después de haber vivido tan ricamente en casa militares durante la dictadura. Fueron tan hábiles que durante la juventud estuvieron en el bando ganador, y después se pasaron al de los vencedores. Pretenden que otros pidan perdón por lo que hicieron sus padres: nos referimos a los padres de los progres. Un destacado socialista, honesto con sus ideas hasta el límite de preferir la coherencia al cargo público, nos lo desvelaba hace unos días junto al azul de la costa andaluza. “El problema de Zapatero no es su abuelo, sino su padre, que vivió muy a gusto con el franquismo; por eso está obsesionado con rescatar la memoria del abuelo fusilado”. A ZP le pasa lo mismo que a la progresía andaluza. No soportan el pasado de su familia. Se criaron demasiado bien para fabricarse una historia épica. Pasaron por colegios de curas y ahora llevan a sus hijos a centros elitistas mientras hacen demagogia con la escuela pública.

Por eso necesitan alinearse con Castro, ese dictador que no se avergüenza de su pasado ni del presente en que ha sumido a los cubanos. O con Chávez, que en el colmo del esperpento asegura que al visitar a Castro “me emociono más que con mi primera novia”. ¿Qué harían los dos durante las tres horas de la visita? Estos despojos del comunismo que estuvo a la altura del nazismo en el ecuador del siglo XX son reivindicados sin problema alguno por los mismos progres que luego lanzan su moralina impostada e impostora sobre el resto de la población.
Grass tiene un pasado que ha desvelado al cabo de 50 años. El mester de progresía que habita entre nosotros tiene un presente del que presume aunque debería avergonzarse. Chaves se sintió tan fascinado después de visitar a Castro que lo dijo públicamente y aún no ha pedido perdón: las víctimas del comandante, como llaman al dictador en las televisiones públicas, ni le van ni le vienen. Como a sus socios en comandita, porque en IU acusan de facha al que se atreve a criticar, en público, a un dictador. ¡Qué “grassiosos” son estos discípulos de don Gúnter!

miércoles, agosto 16, 2006

El Bueno, el Leo y el Malo

Mientras en Galicia se rueda una película de acción con paracaidistas, en Andalucía seguimos con el langostino western

“El Bueno, el Leo y el Malo” es la película del verano andaluz, el remake que nos devuelve a esos años de cines de verano y músicas de Ennio Morricone, tan premiado como Sergio Leone. Tres novias en forma de cargos para tres hermanos. ¿Chaves contra Chaves, al estilo Kramer? Jamás. El presidente representa su papel, el que le adjudicó María Antonia Iglesias en su libro de desmemorias: el Bueno de Manolo. ¡Qué bueno es el Bueno de Manolo, que a sus hermanos no los deja solos! Este Manolo es como Manolo Escobar, que iba siempre con sus hermanos de guitarristas.

En esta trilogía del langostino western es imprescindible el personaje del Leo. Del feo, al Leo Chaves, al hombre que encontró en una dirección general de la Junta el refugio que buscan los desertores de la tiza. Como el mundo es un pañuelo, uno de sus antiguos alumnos de instituto lo ensalza. “Leo era un auténtico liberal, un profesor de Educación Física que nos ponía a correr, o a jugar al fúltbol, y que se iba a la cafetería del instituto para no molestarnos”. Eso es algo que no le perdonará nunca la derechona autoritaria, la misma que pide autoridad y disciplina en los colegios como si aún viviéramos en el florido pensil del franquismo.

Y el tercero en cuestión es el Malo, el que hace un papel con forma de papelón. Antonio José, el pobre, tiene que pagar a un precio muy alto su afán por mejorar las cuentas de resultados de las empresas andaluzas. Es el Climo Eastwood que cubre a sus hermanos bajo la cubierta de su asesoría. Ahora es el Bueno el que cubre al Malo con su manto de silencio, con esas balas con sordina que impone el sheriff del poblado andaluz. “Hablaremos en septiembre”. Cuando cierren los cines de verano.

El langostino western andaluz no tiene nada que ver con el cine de acción que se rueda en Galicia. El zapador Zapatero se ha encajado en tierras gallegas como si fuera el también premiado Oliver Stone o Steven Spielberg. El zapador ZP ha suspendido sus vacaciones en Lanzarote –los premios nunca vienen solos- y ha viajado hasta Santiago. Hace dos años no pisó las tierras quemadas de Riotinto, ni envió paracaidistas, ni impulsó ayudas desde el primer momento, ni hubo declaración de zona catastrófica, sino catastral: todo el empeño de la propaganda chavesiana se centró en trucar los datos para rebajar el número de hectáreas arrasadas.
Las comparaciones, como siempre, son tan odiosas que saltan a la vista. Andalucía podrá ser una realidad nacional del calibre que use el Bueno de Manolo en su revólver. Pero no estará en primera línea de fuego. No aparecerá nunca por el poblado andaluz el Séptimo de la Caballería pacifista que comanda el zapador ZP cuando le ve las orejas al lobo. Riotinto no fue el Río Bravo, sino el arroyo manso que se quemó sin hacer ruido hace dos años. Entonces, el Bueno dejó por un mes el plató del langostino western mientras el Leo y el Malo seguían bien cubiertos bajo el techo del régimen andaluz. El Bueno de Manolo sabe que aún no ha llegado el forastero que pueda echarlo del poblado. Por eso no tiene problemas a la hora de rodar a plena luz del día la segunda parte de su película: “La cubierta tenía un precio”. En los mejores cines.

jueves, agosto 10, 2006

La dama de Cabra


Vuelve, Carmen Calvo, la ministra de Cultura, a los papeles. La dama de Cabra se queja de los buitres que la han matado varias veces después de su operación: ella misma anunció el falso infarto cerebral de una artista que estaba muy malita, con lo cual se demuestra que el que no está libre de pecado sigue tirando piedras. Carmen Calvo propone la creación de una unidad móvil de peluquería para las mujeres que tienen cargo y que no tienen tiempo. Literal. Como su perla de medianoche: “Soy el único ministro que a la doce de la noche está aún en algún sitio”. ¿Dónde están los demás a esa hora? Si no están en ningún sitio estarán en la nada, en el vacío. En fin...

martes, agosto 08, 2006

Estatuto de verano

Bajo las sombrillas de agosto se discute acaloradamente sobre el tema estelar del verano: la reforma del Estatuto de Autonomía.

No se habla de otra cosa en los chiringuitos ni en las tertulias playeras. Las familias se dividen a la hora de defender ciertos artículos, y los camareros meten baza en las terrazas. Andalucía vive una ola de efervescencia autonomista que no se recuerda desde los lejanos tiempos del 28-F.

La consejera Naranjo está de vacaciones, comprando pescado en la plaza de abastos más cercana para cocinarlo ella misma. Si sigue así la veremos dentro de poco como la Arguiñana del sur. Pero antes de entonar la canción del verano por antonomasia –“Evangelina se fue, buscando el sol en la playa, con su maleta de piel y su bikini de rayas”- la consejera de Gobernación nos ha dejado una perla cultivada: “Con el nuevo Estatuto se resolverán los problemas de vivienda”. Esta afirmación ha provocado un tsunami de optimismo, una euforia desbordada que se plasma en multitudinarios brindis dedicados a la consejera que les susurra a los pescados.

El nuevo Estatuto también le sirve al altavoz Pizarro para despotricar por enésima vez contra la oposición. Zinedine Zarrías es el poli bueno, y Pizarro el madero que siempre anda con la porra a mano. Zarrías es más hábil que Zidane, y por eso deja que sea Luigi de Alcalá de los Gazules el que le endiñe el cabezazo a Materazzi Arenas. El PSOE, en su infinito poder, no permite que nadie ponga en duda las bondades de un Estatuto que, como dijo en el Parlamento la futuróloga Pilar Gómez Casero –que rima y todo con Lola Montero- nos traerá una Andalucía verde. Otra perla: “Del verde autonomista del 28-F, al verde ecologista de la reforma estatutaria”.

Verde que te quiero verde, verde campo de golf. ¿O es que pensaban Los Verdes del proyecto Gran Simio que la Junta iba a sacar un decreto para paralizar las obras que financian los ayuntamientos... y lo que no son los ayuntamientos? Los verdes campos del Edén andaluz tienen más agujeros que las cubiertas de los hermanos Chaves, reparaciones a domicilio, presupuesto a convenir. Agujeros en el green para que Greenpeace se rasgue las camisetas en su defensa de un ecologismo que nada tiene que ver con la praxis chavesiana. Se predica una Andalucía verde y se cumple la palabra llenándola de campos de golf, esa superficie que tanto molesta a la progresía superficial que luego se traga, entero y pleno, el inmenso campo de concentración de la dictadura cubana, por poner un ejemplo.

Lo malo de la reforma del Estatuto es que siempre viene alguien para estropearla desde dentro. Esta vez ha sido Bono, que se ha plantado en Jaén, el virreinato del mago Gaspar, para acusar de veleidad la definición de realidad nacional que aparece en el preámbulo más cursi y absurdo que imaginarse pueda. Bono ha jodido el invento, pero no pasará nada. Las guantadas al ex ministro se las darán en el pecho a Materazzi Arenas, el único culpable de que el problema de la vivienda no se resuelva en Andalucía: su oposición a la reforma estatutaria no permite que los jóvenes andaluces puedan comprar sus pisos más baratos que en el mato. Conclusión: si Arenas no existiera, ¿qué sería del PSOE andaluz?

miércoles, agosto 02, 2006

Climo Descubierta

A Chaves lo han cogido con el carrito de los helados. ¡Al rico tutti fruti! Unos helados que se despachan, por cierto, en tarrinas de tamaño familiar.

La empresa a la que asesoraba el hermano Antonio José para que pudiera ser contratada por el hermano Leonardo, que a su vez manejaba los fondos presupuestarios que aprobaba el gabinete presidido por el hermano Manuel, ya no se llama Climo Cubierta. Desde que se descubrió el pastel del pasteleo ha cambiado de nombre: Climo Descubierta. De esta forma Chaves entra en la nómina de Colón, de Magallanes o de Vasco de Gama: todos fueron grandes descubridores. Como Donmanuel, que descubrió un día los secretos del poder.

Uno, dos, y tres, tres hermanos Chaves en el redondel... El poema de Benítez Carrasco ya no lo recita Gabriela Ortega. Le han cambiado la letra para que cuadre con la cuadrilla de lujo del régimen torero de Andalucía. Uno, dos, y tres, tres toreros se descubren en el redondel. Sólo falta que Climo Descubierta le ponga un toldo a la plaza para que nadie moleste al césar andaluz.

Y es que Chaves suele salirse por la tangente del mosqueo cuando se ve salpicado por algún asunto relacionado con la corruptela marinera de la tela del telón. Si encima aparece algún familiar por allí, entonces hay que recitarle los pareados que usábamos cuando éramos niños. “Para el mosqueo, pastillas Timoteo; el que las toma, disfruta de su aroma; en la botica, la venden a perra chica”. Las perras chicas se han convertido en miles o millones de euros a pesar del aperreo que se trae Donmanuel cuando alguien le mienta sus asuntos familiares. Un aperreo, o un mosqueo, que no tienen justificación alguna.

De momento hay que recordarle a Chaves que una cosa es la legalidad y otra muy distinta la ética. No digamos nada de la estética, esa aspiración que dejaron para siempre los que convirtieron la política en una manera de ganarse la vida. Lo de Climo Descubierta puede ser todo lo legal que se quiera: atajos tiene la ley, y ya se sabe que quien la hizo diseñó previamente la gatera de la trampa. Pero lo que no es normal, o al menos no debería serlo en una democracia avanzada, es el trío que forman los tres banderilleros de Climo Descubierta: uno hace el presupuesto, el segundo lo ejecuta y el tercero lo cobra.

Todo este asunto no es más que una gota en el océano de la red clientelar que ha ido tejiendo el régimen andaluz. Por eso no se dan cuenta de lo que hacen. Lo ven normal. Como los que llevaban camisa azul y repetían en aquellos años del tardofranquismo un refrán que justificaba sus actuaciones. “El que anda con miel se chupa los dedos”. Ahora van de republicanos a la francesa. Libertad, igualdad y fraternidad. Sobre todo mucha fraternidad.
El antiguo seminario que sirve de sede a la presidencia de la Junta ha vuelto por los fueros de su origen. Se ha convertido en un convento. El hermano Manolo, el hermano Leonardo y el hermano Antonio José. Sólo falta el monaguillo que dé explicaciones al populacho que critica la forma de vida de los nuevos privilegiados. Y para eso está, como siempre, fray Gaspar. Que Dios los coja conectados...