
Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Unos atribuyen esta frase al Gallo, y otros a Talleyrand. A partir de ahora tendremos que mandarla a Macael para que la vayan pasando al mármol. ¿Cómo es posible que Manuel Gracia, el portavoz socialista en el Parlamento de Andalucía, haya dicho que el acuerdo de los cuatro grupos parlamentarios para exigir la Deuda Histórica en el proyecto de nuevo Estatuto era un simple brindis al sol? Eso es metafísicamente imposible.
Lo del brindis al sol lo habrá dicho, en todo caso, el portavoz de Muebles Manuel Gracia, una empresa que está situada en La Almunia de Doña Godina, provincia de Zaragoza. Búsquenlo en el google, que no tiene pérdida. Seguro que el buen aragonés – dentro de nada pertenecerá al Reino de Cataluña que aparece en ciertos libros de texto- se habrá confundido al leer la postura del PSOE sobre la Disposición Adicional Segunda, vulgo Deuda Histórica. Como el tema de la reforma del Estatuto ha traspasado la frontera natural de Despeñaperros, pues se comprende que el portavoz de Muebles Manuel Gracia haya soltado esa perla. Seguro que estaría pensando en la medida de una encimera de silestone -¡vaya premio que tiene el nuevo material!- o en la configuración de una despensa con seis estantes, seis.
¿Cómo va a decir nuestro Manuel Gracia semejante barbaridad? La Deuda Histórica se la ha reclamado su jefe de filas a Felipe González con una virulencia que aún late en la memoria. ¿Recuerdan aquellos encontronazos sonorísimos de Chaves con Felipe? Lo mismo hizo con Aznar aunque el tío del bigote no tuviera más remedio que aflojar parte de la pasta del año en que llegó a la Moncloa. Y ahora, con ZP en el poder, sigue erre que erre con la cantinela de rigor. ¡Qué grande es el presidente al que sus partidarios llaman Erchave! Los únicos brindis al sol que prodiga Donmanuel se refieren a su predilección por los más pobres. De ahí que prefiera brindar a los que tienen que conformarse con las metafóricas entradas de la solanera antes que ponerse al lado de los que están en la sombra... aunque no sea la de Alhaurín.
Si el portavoz socialista hubiera dicho que todo era un simple brindis al sol, el aparato de propaganda de su partido se hubiera caído como un castillo de “napies”, que diría Erchave. ¿Cómo iban a mantener semejante cambio de chaqueta, de camisa, de corbata y de ropa interior, gayumbos incluidos, ante la opinión pública? ¡Pero si llevan veinticinco años dando la tabarra con la Deuda Histórica! De vez en cuando se desmarca un “agradaó” del señorito Donmanuel y dice que estamos tan agustito, que no nos hace falta el pago de esa deuda. Somos pobres pero con mucho señorío y con mucha clase. Buen rollo, que diría el asesor áulico de San Telmo.
A pesar de que todo esté tan claro, uno empieza a dudar cuando consulta las páginas de los periódicos. No aparece el logotipo de Muebles Manuel Gracia, de La Almunia de Doña Godina, provincia de Zaragoza. ¡Horror evacui!, que diría otra vez Erchave para convertir el vacío barroco de su gestión en una gracia que suena a cagada. En las fotos que ilustran el texto se ve la figura salida de los pinceles de El Greco. ¡Es él! Es Manuel Gracia, el caballero que ya no tiene la mano en el pecho, sino en la montera con la que está brindando al sol que más calienta. No puede ser. Pero es. Se han quedado una vez más con el pueblo. Pero eso no es lo malo. Lo peor ni siquiera está por llegar: ya ha pasado. En el colmo de las quevedescas paradojas chavesianas, lo que ha pasado es lo que nunca tendría que pasar: la nada más absoluta. Han descubierto la gran mentira de la Deuda Histórica y no les ha pasado nada. Si esto sigue así, habrá que pedir asilo político –o ético- en La Almunia de Doña Godina: seguro que en Muebles Manuel Gracia tienen, al menos, un libro de reclamaciones.